lunes, 30 de abril de 2012

Retenciones, España va mal Sr. Rajoy




   Es más que comprensible que para dos criaturas de tres y seis años, al cambiar una casa en plena naturaleza gallega con cientos de metros de jardín por un piso de sesenta metros cuadrados se aburran, por ello hemos decidio comenzar la mañana fomentando su libertad en varios parques próximos a casa. Mientras ellos se tiraban por toboganes retorcidos y aprendían a autocolumpiarse ví acercarse de manera peligrosa una nube baja y negra.

   Entre otras muchas cosas, el haber tenido un abuelo de campo me enseñó que el ver una nube de tales características debe invitarte a correr y buscar un lugar para cubrirte. Dicho y hecho, nada más avisar a mi cuñado y a mis sobrinos nos pilló una más que considerable tromba de agua, la cual nos obligó a resguardarnos en una marquesina de parada de autobús hasta la llegada del rescate por parte de mi mujer con su coche.

   Tras la accidentada tormenta, como el cura que encabeza el post de hoy (el cual disfruta viendo una corrida de toros con el alzacuellos desabrochado una calurosa tarde de agosto), decidimos encauzar el dia con algo que nos llenase, con algo que nos hiciese olvidar momentáneamente la nostalgia de que parte de nuestra querida familia mañana regresará de nuevo a estar a 600 km de distancia.

   Salimos a comer fuera de casa, después a tomar un café y un digestivo (buena ginebra con tónica, una buena rodaja de lima y otra de pomelo, sólo los adultos claro) y acto seguido a dar una vuelta por el centro comercial Plaza Norte 2. Al final, siempre pasa lo de siempre, "todos los tontos tienen suerte", el único que ha conseguido un polo precioso ha sido mi cuñado... ¡es broma Luis!. Sólo cabe destacar el polo de mi cuñado y que nos ha llamado mucho la atención como una sexagenaria vestida con atuendo deportivo se estubiera dejando depilar las cejas por una chica monísima con la única ayuda de un hilo, tecnología punta.

   Cada uno ve la crisis actual a su manera, que si no hay trabajo, que si la gente gasta poco en los bares, que si no dejamos propina. Mis sobrinos, al salir del centro comercial, desde una vista perfecta de la A 1 (autovía Madrid Irún) han quedado impresionados de la cantidad de tráfico que había, no suelen ver tal magnitud de coches en Salceda de Caselas, un pueblo de unos seis mil habitantes, donde residen.

   Pues ahí va mi traducción, aparejada a mi trabajo, la regulación del tráfico. Puente en Madrid, cuatro días libres, alguno hasta cinco. Muchas retenciones significan que la gente hace sus cuentas, ¿me viene bien gastarme 200 € en gasoil para viajar? ¿me viene bien gastar dinero en estancia en un hotel fuera de Madrid? ¿puedo permitirme un viaje lúdico o nos quedamos en casa y damos una vuelta por la Casa de Campo o los centros comerciales?. Opción A, gastamos sin reparar en nada, opción B, atémonos el cinturón por lo que pueda quedar aún. Yo creo que el 80% eligió la B, de ahí las retenciones. España va mal Sr. Rajoy.

   Buenas noches a tod@s.

   Pd: cuñados, sobrinos, gracias por vuestra visita, ha sido una inyección de moral que no podeis ni imaginar. Os lo agradecemos desde lo más profundo de nuestros corazones, buen viaje de vuelta y dar recuerdos al resto de familia. Os queremos mucho los tres.

domingo, 29 de abril de 2012

Disfruto, luego existo






   El único día de la semana que no suelo escribir en mi blog es el domingo de cada semana, pero hoy me veía en la obligación de escribir unas lineas con el fin de pedir disculpas, de una manera simbólica, a quien ayer echase de menos en falta mi diario.

   Mi excusa, más que justificada, es que debido a que nuestra casa se diferencia mucho (en cuando a lo que a dimensiones se refiere) a la Casa Blanca estadounidense, hubo que hacer unas variantes anoche en el mobiliario, para colocar las camas en las que dormirían mis cuñados y mis sobrinos llegados desde Pontevedra, y en esos enseres se encontraba también el ordenador.

   Pues si, casi casi de sorpresa, la hermana de Marta, Sonia, mi cuñado Luis y mis queridos sobrinos Cian y Aitana llegaron a Alcobendas ayer por la tarde; tuvieron a bien venir a pasar tres dias con nosotros y de paso conocer a su nueva sobrina.

   Como reza el encabezamiento de mi post hoy, disfruto. Me vuelve loco ver como sus primitos cogen la mano de Laia, la acarician, le hablan en gallego, en castellano, le observan los pies, ayudan a bañarla. Antes de ayer estaba repleto de felicidad porque aún me quedaban cuatro largos dias para disfrutarlos junto a mi familia, hoy, aunque a veces la nostalgia me pega un golpe en el cogote para recordarme que pasado mañana vuelve a producirse nuestra separación, intento vivir cada moemento al máximo.

   Es cierto que el tiempo no acompaña, para nada, pero hemos aprovechado el medio dia para tomar un buen Albariño en la Feria del Marisco de Alcobendas a la vez que escuchábamos la actuación en directo de diferentes grupos de folclore gallego llegados de diferentes puntos de toda España como Palma de Mallorca, Orense, Alcalá de Henares o Barcelona.

   Para reponer fuerzas y afrontar el dia de lluvia me encargué a las nueve de la mañana de comenzar a cocinar una buena fabada asturiana aclarándonos la boca con otro excelente vino de Cambados, buena tierra ¿eh Samuel?. Para hacer la digestión, dos pasos, el primero brindar con una botella de cava por la visita tan deseada y el segundo, aprovechar las dos horas de ausencia de lluvia para que mis sobrinos disfrutasen en un parque cercano a casa. Al aparecer la lluvia, no quedó más remedio que volver y repasar un poco de los conocimientos adquiridos en el curso de Mérida, que el exámen será el dia 7 y no se puede hacer el bobo.

   Como digo, disfruto de mi familia, de la música gallega que me encanta, de la gastronomía, del buen vino, de mis dos soles, ¿se puede pedir más?. Disfruto, amo, río, siento, pienso, luego existo.

   Buenas y lluviosas tardes a tod@s.

viernes, 27 de abril de 2012

Como en casa, ningún sitio




   Querida Laia:

   Cuando seas mayorcita seguro que tendrás muchas amigas, compañeras del cole que te invitarán a dormir en sus casas, o quizás vayas de excursión (siempre y cuando mamá te deje, con mi permiso ya cuentas), para experimentar lo que es pasar una o varias noches fuera de casa y jugar a ser mayor. No es mi caso, pero la verdad es que verme en una cama que no es la mia, lejos de casa, me hace ponerme de mala leche y retrasarme el sueño.

   El cansancio acumulado por extrañar la cama, la dureza de la materia del curso, los trescientos y pico kilómetros que separan Alcobendas de Mérida y la debilidad física por la deficiente comida de la Academia han hecho que terminase el viaje de hoy muy pero que muy cansado, pero cuando llegué al frontal de la puerta de entrada a casa con las llaves en la mano se me quitó el cansancio, bueno me quedaba un restillo, pero se esfumó al abrazar a mamá y al volver a contemplarte durmiendo. Tras una ducha y colocarme el pijama me he tumbado en el sofá, nuestro sofá, me he puesto al día de las noticias del país (al Rey lo operan de nuevo, una señora mejicana desarrolla un embarazo de 9 fetos, sube el IVA, comienza la Feria de Abril de Sevilla y el premio de moto GP en Jerez, etc) y me he rezagado sobre mamá. Dios santo, qué paz, qué tranquilidad, qué sosiego.

   Aunque te soy sincero Laia, de vez en cuando movía un poco tu carrito, no para prolongar tu sueño, todo lo contrario, para provocar tus quejidos, tener una excusa para cogerte y revivir la sensación de tenerte entre mis brazos. Por fin, gruñes, te estiras y llega el llanto. Ese olor, esa suavidad de piel, esos piececillos, esos ojos entreabiertos, ahora si que si, que bien se está en casa, cuánto he añorado ésto en la última semana.

   Si bien es cierto, y lo venía hablando con Álvaro (mi compañero de habitación y pupitre en el curso), que nos hemos juntado un grupo excelente en Mérida, con lo que conseguimos hacer que los días sean más amenos, evadirnos, para que la lejanía de nuestros seres queridos sea más llevadera. Samuel es un chico corpulento, gallego, de Cambados, el típico gallego colorado, bonachón, noble. Todo lo que tiene de grande lo tiene de bueno, cuando se ríe, como yo le digo, parece un oso amoroso que dan ganas de abrazar. Como está destinado en las islas, aprovecha este puente para visitar Jerez y disfrutar del premio de motociclismo. Bea es una cabo asturiana, al igual que Samuel está destinada como motorista en Canarias, junto a su padre y uno de sus hermanos. Bea tiene muy buen humor, siente mucho su trabajo y fuma como un carretero, algo tenía que tener regular, y hoy se ha puesto en carretera para visitar a su familia de Asturias a la que hace un año que no ve, entre otros a su ahijado. Álvaro es, como dije antes mi compañero de pupitre y habitación en el curso. Gaditano y destinado en Buitrago, un pueblo de la sierra madrileña, también venía con gran ilusión hacia Madrid por tener a su esposa embarazada de cinco meses, un niño que se llamará Ícaro.

   En definitiva, como en casa no se está jamás en ningún sitio, pero es cierto que las penas con pan, son menos penas, y el grupillo que hemos formado, aún sin conocernos con anterioridad (salvo Álvaro y yo de trabajar algún día juntos) hace de pan en estos días alejados de nuestras familias y seres queridos.

   Ahora, a disfrutar lo máximo posible, que lo bueno siempre se pasa muy pronto. De momento esta noche cambiaré algún pañal y ayudaré a mi Laia a expulsar los gases, pero de corazón, prefiero no pegar ojo y estar contemplando a mis dos soles descansar que estar separado de ellas aunque sólo sea unos metros.

   ¡Buenas noches a tod@s desde mi casa!

jueves, 26 de abril de 2012

¡¡Jueves y bajando!!



   Voy a empezar dándole la satisfacción a mis lectores culés, porque hay alguno que se piensa que me cuesta reconocer las verdades, ¡craso error!, si no hay nada mejor en la vida que ser franco (tómese franco como adjetivo...).

    Mi post de ayer terminaba afirmando que marchaba al centro de Mérida para ver ganar a mi Madrid, hasta ahora todo es tal y como sucedió, pero como en casi todo hay un pero, a pesar de que el resultado fué superior para los de la camiseta inmaculada, se trataba de una eliminatoria, partido de vuelta, por lo que el cómputo global eran tablas. Que el Madrid la pició cerrandose atrás tras el 2-0, cierto Raúl, pero date prisa en disfrutar que el final de la liga está casi aquí y te volverá el ardor de estómago del pasado martes, lo mismo a ti que a más de un@.

   Pero la verdad es que el penalti de Sergio Ramos me interesa hoy bien poco, a mi esos multimillonarios no me dan de comer, ni me dan tantas satisfacciones como mi familia, esa familia a la que mañana tendré entre mis brazos. Ha pasado lenta la semana, como cuando ves en el campo un caracol y le marcas imaginariamente un punto final en su trayectoria; por más que el animal avanza no parece llegar nunca. O como cuando en las mañanas de verano la única nube del cielo se mueve lenta. Pues así, o aún más lenta se me ha pasdo a mi la semana, pero llegó el jueves, y ya tengo toda mi maleta lista para encaminar el rumbo hacia Alcobendas.

   Se reía la señora que me ha atendido hoy en una tienda, porque le he encargado un regalo a Laia, cuando me preguntó qué edad tenía la niña le respondí que me diese la talla más pequeña, "¿tan pequeña?" me interrogó extrañada y al descubirle que Laia aún no cuenta ni con un mesecito de vida miraba para el suelo con una sonrisa en la boca. En el post de mañana incluiré una foto de su detalle para que me deis vuestra opinión.

   Marta, como me decías ayer, dormiré poco seguro este puente, estos días que podré disfrutar a vuestro lado; ¿puedes imaginar lo que me ha costado coger el sueño esta semana tan alejado de vosotras?, cambio "a pelo" las ocho horas continuas que he dormido los últimos dias por el abrazo y la cantidad de besos que os voy a plantar mañana en cuanto atraviese el marco de la puerta. Es un ejemplo que no se ajustará totalmente a lo que yo estoy pasando, pero allá por el mes de agosto, cuando tengas que reincorporarte de nuevo al trabajo me darás la razón.

   Después de muchísimo tiempo, ayer en un bar de Mérida pude ver tres toros de la corrida en Sevilla, de ahí la foto del post de hoy. Tras descubrir mi afición, varios compañeros empezaron con la coña de mi pinta de torero (a veces creo que me parezco más a un caballo de picar, pero bueno), que recurrido es para esos casos el mostrar el carnet profesional de banderillero de novillos, eso si, después de las risas les dejé bien claro el amor que le tengo al mundo del toro y el respeto a los profesionales. Aún hoy duraba la anécdota y las risas, viene bien un escape para la saturación de conocimientos de esta semana, pero bueno, como decía anteriormente mañana a estas horas estaré con mis dos soles. No me canso de recordároslo, os quiero muchísimo.

   Buenas tardes a tod@s. Mañana escribiré desde casa, donde mejor se está.

miércoles, 25 de abril de 2012

Más frío que veinte gatetes



 
    Cuando hice el curso de motorista hace cuatro años aquí en Mérida había muchos más dias calurosos que nublados, lluviosos o frios. En cambio, en esta ocasión, desde que llegamos sólo hemos encontrado aire, nubes y por si fuera poco, unas aulas y unas habitaciones en las que rápido se te pone la nariz como a Fofito del frio que hace, pero no hay para calefacción, mala época.

   La mañana ha sido durilla. Con seis horas de clase de ADR (para quien lo desconozca, transporte de mercancías peligrosas) ya hemos tenido suficiente como para que al llegar las dos de la tarde, las tripas crujiesen como las ruedas de un carro de mulas. Cuando estás en tu propia casa vas a la nevera con la satisfacción previa de que vas a quitarte el ruido con algo que a ti te apetezca o te haga gracia (una tapita de queso, una croqueta que hubiera sobrado del dia anterior), pero aqui... al llegar al comedor ves a compañeros sentados en las mesas que han llegado antes, ya están degustando el suculento menú del día. Claro, uno llega con hambre y a pesar de que el menú está plasmado en unas hojas al comienzo de la fila del buffet, la impaciencia hace que adivines lo que hay de comer mirando las bandejas de los compañeros.

   Finalmente me decanté por paella y huevos "al pastor" como les han bautizado aqui. La paella como casi todo, sosa, y los huevos al pastor no son más que huevos refritos refritos refritos acompañados de patatas con pimentón y salteadas con algo de carne picada. En definitiva, tras bautizar la paella con bastante sal, tan sólo he podido con un huevo, así que ahora me vuelven a crujir las tripas. Entre las comidas y que he traido el propósito de correr día si y día no, a ver si puedo hacer que me ensanchen un poco los pantalones y estar guapo cuando mi niña comience a ver con sus ojitos y que se sienta orgullosa del figurín de su papá.

   Lo que si que no echo nada en falta es la televisión. Las noticias suelo verlas en los descansos entre clase y clase, en la web de el mundo digital o el país, a través de la conexión a internet de mi teléfono móvil. La semana pasada, cuando estuve con mi primo Francis, me decía que en Austria los programas de televisión son bastante, pero bastante más selectivos y didácticos que los españoles. Con mucho acierto, me hacía otra reflexión, pongas la cadena que pongas, en España todos o casi todos los programas están cortados por el mismo patrón. Cuando sucedió la caida del Rey, ¿os acordais que en todas las cadenas hablaban del mismo chiste? ¿y qué pasó con lo de Froilan? o con la "espantá" del hijo adoptivo de Ortega Cano, etc etc etc. Por eso no echo en falta el Sálvame ni Gran Hermano, aunque reconozco que soy marujón.

   Hoy tan sólo he valorado tres noticias de las que he podido leer, que Adolfo Suarez ha sido ingresado de nuevo, que entra un frente por el norte de España de aire y lluvia y, eso si, el pinchazo del Barcelona. OOOOOOOOOOOhhh, yo siento que le moleste a quien me lea que sea simpatizante del Barça (Marta no te molestes), pero que maravilla de noticia, que penalti más bien fallado, que arte Dios mio, que arte. Así que me voy a ir despidiendo que voy a ir a ver ganar a mi Madrid (como hacían antaño las mocitas madrileñas), pero yo voy al centro de Mérida, no a Concha Espina.

   Precioso tu comentario de ayer Padre, en tu linea. Tranquilo que iremos despacito para Madrid.

   Un beso para tod@s. Buenas tardes.

martes, 24 de abril de 2012

Papá un beso enorme desde Mérida




   Aunque tendría que dedicarte unas palabras hoy por ser tu cumpleaños, no tengo foto adecuada, tiempo, ni es el lugar idóneo. Por lo tanto, de momento te envío un beso enorme Papá, te deseo que pases lo que queda de día lo mejor posible y con la novedad este año de tu nieta, esperamos verte cumplir muchos muchísimos años más. Que sigas igual de bien de salud, que bajes un pelín el buche y nos sigas mostrando el camino a seguir de la misma manera acertada que hasta hoy lo has hecho. Feliz cumpleaños.

   Y como contraste a la felicidad del cumple de mi padre, estacazo de la Alcaldía de Madrid a mi buzón. Otro disgusto que le doy a la pobre Marta, denuncia de velocidad en los túneles de la M-30. Por supuesto, quien la hace que la pague, como dice nuestro lesionado Monarca, pero tengo que defenderme: 100 € por estar limitada la velocidad a 70 km/h y yo circulaba a 80,9; al menos los radares de la Guardia Civil los ponemos con un margen algo superior... En fin, si no lo has hecho ya Marta, págala que prometo echar los euros a la hucha en cuanto cobre y aparecer con las orejas gachas cuando abra la puerta de casa el viernes... Aunque lo cierto es que las voy a poner pronto de punta en cuanto os vea de nuevo a ti y a la pequeña. Por cierto, animo a quien esté leyendo ésto a que vea el comentario que ha añadido al post de ayer mi esposa, de los que te hacen apretar el culo a la silla. Gracias a ti por todo y como no, ¡por nuestro Tesorazo!.

   Cambiando de tercio; me alegra una barbaridad saber que tenemos tan buena fama los motoristas de la Agrupación de Madrid - Norte. Algo me habían contado y ya me habían advertido de que por aquí tardaría poco el profesorado en preguntar quien venía de Madrid Norte, pero me he llevado una sorpresa muy muy grata. Dicen que siempre es bueno tener fama, pero claro mucho mejor si es buena.

   Así es, en cada clase, todos los alumnos se vuelven para mirarme porque siempre surge algún ejemplo en el que sale a relucir la buena forma de actuar de los motoristas de Madrid. La verdad es que para sobrellevar la dificultad de la materia viene genial de vez en cuando esas inyecciones de autoestima. En cambio, se lanzan unos puyazos increíbles a la manera de actuar en las Canarias, en el País Vasco, Málaga o Cataluña, pero no por personal del Cuerpo, sino por la Administración o las Policías Autonómicas respectivamente.

   Hoy habrá que descansar de ejercicio físico, porque el cuerpo no es una máquina que recupere el fondo en diez minutos, así que mañana habrá que retomar otro poco, y pasado mañana más y así sucesivamente. De momento y a la salud de mi padre vamos a tomar un par de cañas que el día ha sido de los difíciles.

Buenas tardes a tod@s.

lunes, 23 de abril de 2012

Vuelta al cornetín




   Queridas Marta y Laia:

   Desde que visto el uniforme verde, más o menos vengo saliendo a una media de cuatro años, si, más o menos cada cuatro años me veo en algún centro docente de la Benemérita. Primero fué la Academia de Baeza para el curso de Guardia, repetí para el de Cabo, después fue la Escuela de Mérida para el curso de Motorista y hoy, repito escenario para realizar el de la especialidad de Transportes.

   La verdad es que la Escuela ha cambiado muy poco en los cuatro años que hace que no la veía. Tan sólo hay una diferencia, donde se ubicaba la pista de atletismo ahora existe una pista muy lograda para la práctica de conducción policial, con chorros de agua para mantenerla mojada etc. Ya me ha dicho un pajarito lo que ha costado la construcción de la misma, pero prefiero no hacerlo público; en cambio si haré público que esta mañana, durante todas las clases hemos tenido que estar con el chaquetón puesto porque la calefacción estaba apagada y a pesar de que el Inspector del Ministerio de Fomento que nos ha dado la clase estaba rompiendo la camisa con los pezones, la economía hoy venció al cargo.

   El resto sigue todo igual. Igual que cuando tu estuviste aquí Marta, la comida, ya sabes, patatas fritas, albóndigas y menestra sosa ha sido mi menú hoy, la otra opción eran los spaguetti o lentejas estofadas, pero bastante diferentes a las que te hago yo en casa...

   Para que toda la fritanga y lo congelado no se me pegue al trasero y me impida subir a inspeccionar los camiones en un futuro próximo, junto a mi compañero de habitación (gaditano pero destinado en Buitrago, Madrid) y otro compañero de Toledo, nos hemos metido para el cuerpo 7 kilómetros y medio de trote, en lugar de la siesta por la que han optado el 95 % de los alumnos del centro docente. La verdad es que aunque hacía aire la temperatura era bastante elevada y he llegado bien jorobado a la habitación, pero bueno, nada que no pueda recuperar una cruzcampo fresquita dentro de un ratillo.

   De nuevo los madrugones, las carreras para no llegar tarde a clase, los tostones de teoría, eso si, nos han dado la grata noticia de que nos iremos una semana de prácticas a la provincia de Huelva, no hay mal que por bien no venga ¿verdad?, veremos a ver el resultado. Además el Capitán tutor del curso me ha dado la responsabilidad de la llave del aula, yo cierro y abro la misma, una banderilla cualquiera.

   Eso si, me llena la cabeza el sinsabor del egoísmo, me siento fatal de pensar que no compartes con nadie el esfuerzo de cuidar a Laia, cosa que me hace sentir muy impotente y repito, soy consciente del ofrecimiento de todo el mundo para ayudarte. Además cada video o cada foto que veo de Laia me hace tragar saliva muy rápido seis o siete veces.

   Me quedaré con el lado positivo, ya he tachado el día en mi calendario, ¿y vosotras?. Os quiero.

   Gracias a todos y todas los que me seguís, el blog será mi desahogo estos días. Buenas tardes a tod@s.


sábado, 21 de abril de 2012

Nuestra primera despedida



    Querida Laia:

    Mamá y papá sabran explicarte cuando seas algo mayor la similitud del refranero español con la realidad cotidiana de esta vida que nos envuelve. Uno de esos dichos populares reza de la siguiente manera: "donde hay patrón, no manda marinero".

    Cuando yo decidí a mi mayoría de edad formar parte del Cuerpo, sabía que este refrán iba a repetirlo mucho en mi cabeza, aunque estuviese decidido a estudiar muchísmo para ascender muy rápido y llegar a ser suboficial u oficial. Aunque también es totalmente cierto que en muchas otras ocasiones he utilizado el conformismo de pensar en un proverbio que alguien me dijo hace mucho tiempo, afirma que cuando una persona se considera pobre porque va comiendo cáscaras de fruta recogidas de un contenedor, al tirarlas al suelo rebañadas, alguien está peor aún, te sigue y se come esas sobras de tus sobras. Podemos estar mejor si, pero también mucho peor.

    Aplico el refrán mencionado Laia; mañana por la tarde tengo que marchar a Mérida (Badajoz). Tengo que ir a realizar un curso de perfeccionamiento durante un mes. Mis jefes han depositado una confianza en mi que, moralmente, tengo que corresponder. Tras una primera fase a distancia que culminó en un exámen (fue vital la ayuda de mis compañeros que son especialistas en la materia) que superé, debo realizar una fase de presente que durará casi cinco semanas. Sin duda es un curso que sirve para avanzar en mi profesión, para aprender cosas nuevas muy interesantes y para más motivación, es un curso que cientos de compañeros están interesados en realizar y no han tenido la misma suerte que yo.

    Esa es la parte que me alegra y la que me hará dormir esta noche con la conciencia limpia y relajada. Pero hay una parte que me hace despertar todo el sistema nervioso de mi cuerpo. Tengo que separarme de ti con tan sólo 14 dias de edad, queda mamá con la total responsabilidad de lo que es atenderte como bebé. Me preocupa sobremanera el dejaros a las dos sólas. Ya sé que tu madre es válida en grado sumo y que contaís en todo momento con la oferta de ayuda de los abuelos, de los vecinos, de amigos, de compañeros de trabajo, pero entiéndeme Laia, es nuestra primera separación, tu conciencia aún es prematura y no distingue el sentimiento de la nostalgia, pero a mi se me va a hacer muy pero que muy cuesta arriba estos dias.

    Me servirá sin duda el escribir todos los dias mi blog como hasta ahora, (si es que en la Academia puedo acceder a internet), buscaré la manera de hacerlo. No podré poner fotografías pero seguiré expresándo con una suma más que generosa de palabras lo que mi corazón siente a más de 300 km de vosotras.

    Hasta hoy y desde el pasado dia 8, tu aroma a perfume de bebé, tu tacto, tus patuquitos, tus gestos de fruncir el ceño cuando precede al llanto reclamando el pecho de mamá, eres mi todo. Cantidad de personas que ya habían experimentado la paternidad antes que yo me decían que aprovechase para dormir, que cuando nacieses no lo haría, cierto, no les voy a quitar la razón, pero también es verdad que me auguraban una felicidad absoluta cuando te viese por primera vez entre mis brazos; tampoco se equivocaron. Y por mucho que quieras imaginarlo y saber lo que tu corazón sentirá, todo es poco, no puede expresarse con caracteres. Esa es mi inquietud Laia, que tengo muchos dias por delante en los que no voy a experimentar todo esto. 

   Sabrás entenderme y eso si, todos los viernes será mi coche el primero que enfile la carretera hacia Madrid.

   Quedas en buenas manos, unas manos que estarán a tu lado por muchos años, que te cubrirán siempre. Espero que cuando tengas uso de razón, valores el esfuerzo tan grande que tu madre va a hacer este próximo mes, esfuerzo Marta que te agradezco enormemente por anticipado, del mismo modo que valoro tu comprensión y tu amabilidad.

   Cuidaros mucho la una a la otra y empezamos a tachar dias en el calendario a partir de mañana ¿de acuerdo?. Os quiero mucho y os extrañaré más que nada.

   Buenas noches a tod@s, hasta el lunes siempre y cuando me sea posible.

   

viernes, 20 de abril de 2012

Mi primera exposición fotográfica



   Hoy ha sido un dia de los que suelo considerar rápido pero positivo. Como el tiempo no invitaba mucho a pasear, hemos decidido seguir esperando con nuestra pequeña Laia a que lleguen los habituales dias de primavera, los que invitan a salir de casa, escuchar los pájaros, pasear un largo trecho y lucir palmito en manga corta.

   Mientras llegan esos dias, comenzó la mañana con visitas para Laia, David, Virginia y Pablo, que cada dia que pasa está el triple de grande que el anterior. Llegó el medio dia, la sobremesa y comenzada la tarde llega la segunda visita para Laia, venian a conocerla Sonia y Carmina. Ésta última ha debido de caerle muy bien a Laia porque al pegar su carita contra su pecho ha decidido echarse un largo sueño que ha durado hasta el momento de marcharse. Os agradecemos mucho la visita y todas vuestras muestras de cariño antes, durante el parto y ahora que Laia ya crece a nuestro lado.

   Y para rematar la tarde, mi primo Francis, Paco como le conocen muchos. Imperdonable que en mi post de ayer, en el que trataba de la inmigración y la migración no recordase el tema de mi primo. Pero bueno, él me disculpa y de la misma manera puedo tratarlo un poco por encima hoy.

   Tras diversos trabajos aqui en Madrid, y como el muchacho no es muy culto... (Licenciado, hablando perfectamente inglés, alemán y algún otro idioma que no recuerdo), encontró trabajo en Viena (Austria), ni corto ni perezoso marchó a la aventura y gracias a Dios, en la actualidad, deja el pabellón de España muy muy alto trabajando para varias páginas web (venta de todo, corbatas, ropa interior, bañadores, ¡tirantes!, a mi me encantan...), las cuales recomiendo abiertamente, quien desee conocer los enlaces que se ponga en contacto conmigo.

   Retomo el hilo; tras conocer y besar a Laia, como es un amante de la fotografía le he pedido un favor, si bien es verdad que ha sido sobre la marcha, no lo tenía previsto, que me ayudase a colocar la composición que voy a presentar mañana en la primera exposición de fotografía taurina que se realiza en Alcobendas, y a su vez la primera exposición fotográfica en la que voy a participar.

   Si, me he decidio a presentar 28 fotografías a la citada exposición. La cual, (por si alguien desea visitarla), va a estar expuesta en el Centro de las Asociciones La Esfera de Alcobendas, Avenida Olímpica nº 14 desde mañana dia 21 de abril que es la inauguración, hasta el próximo dia 21 de mayo. Menos mal que me ha ayudado mi primo con la composición porque si no... jamás hubiera pensado yo en coger el metro y poner las fotos simétricamente, perfectas, ni hubiese pensado en presionarlas con un trapito para no mancharlas al colocarlas, ¡vaya fenómeno!.

   ¿Os habéis parado a pensar alguna vez la escasa atención que a veces prestamos a nuestros propios familiares?

    Después de colocar las fotografías (que han quedado de lujo, por cierto), hemos decidio ir a estrenar la Feria del Marisco de Alcobendas. Nos hemos tomado una botella de Albariño riquísmo fresquito, con un poquito de empanada, nos hemos reido mucho, hemos recordado la niñez, nuestra familia común, me ha contado peculiaridades de Austria que yo no tenía ni idea, en definitiva, he disfrutado de ese ratillo lo que no he disfrutado de él en 30 años que tengo.
   
    ¡Que absurdo!, lo he tenido viviendo muchos años a 2 km y ahora que vive a 2.000 es cuando me doy cuenta de lo fantástico que es. Qué bobos somos, nos cuesta tanto a veces valorar lo que tenemos delante de nuestras narices... En fin, primo, buen viaje de regreso a Viena, ya sabes donde tienes tu casa en Alcobendas y prometemos que cuando Laia sea un poquito más mayor hacerte una visita. Muchas gracias por esta tarde y por tu valiosa ayuda con las fotos.

   A todos los demás, espero que vayais a ver la exposición y que sepais defender al autor de ellas si escuchais críticas.

   Buenas noches a tod@s.

jueves, 19 de abril de 2012

Carretera y manta



  
    Por aquello de mi trabajo, y sobre todo en mi época en el servicio rural, tuve la oportunidad de conocer los dos extremos del inmigrante afincando en España.

    En mi primer destino en la Operación Verano de aquel 2001, en San Pedro del Pinatar (Murcia), prácticamente a diario teníamos los calabozos llenos. Sabíamos de antemano que tan sólo era trabajo burocrático que iba a quedarse en eso, en burocracia, ya que eran detenciones por hurto y uso de vehículo a motor, allanamiento de morada, posesión de cantidades no muy grandes de droga, piratería, etc. En fin, que no eran delitos de gran importancia como podrían ser parricidios u otros parecidos y sabíamos que al día siguiente los tendríamos que llevar al Juzgado y en menos de dos horas estarían de nuevo en libertad. Aunque ahora que recuerdo, la primera vez que coloqué mis relucientes grilletes fué a un marroquí llamado (no se me olvida ni se me olvidará nunca) Nouar El Afraik, de 23 años de edad, por apuñalar en el costado a su compañero de piso, aún corservo el recorte de prensa.

   El cuartel tenía tres calabozos y como he dicho antes, casi todos los dias teníamos colgado el cartel de "no hay disponibilidad de habitaciones para hoy". En el 90% de los casos, los detenidos eran marroquís y el 10% restante eran habitantes de una colonia de etnia gitana muy cercana a la casa cuartel.

   Ya una vez destinado en mi segundo puesto, Torrejón de Ardoz, cambiamos los detenidos marroquís por los procedentes de Rumanía, ya fueran gitanos o no. Todo lo que es el corredor del Henares (Alcalá de Henares, San Fernando de Henares, Coslada, Mejorada del Campo, etc) desde hace bastantes años atrás vienen siendo municipios en los que casi iguala la población censada española a la rumana.

   A lo que voy, por mi trabajo he conocido lo peor de casi todas las nacionalidades y el otro extremo, el que está clasificado en menos malo, bueno y excelente. Sin ir más lejos, un trabajador que acompaña a mis tíos desde hace varios años, polaco, currante como pocos españoles, responsable y noble; o un electricista que conocemos Marta y yo, Vasile, de Ucrania, desde que le llamas para cualquier necesidad no deja pasar ni 24 horas para darte una solución, o el conserje de nuestra urbanización, Fausto, ecuatoriano, jamás le he visto parado, siempre limpiando, barriendo, regando, y para que te acepte un café con leche tienes que rogárselo 30 veces. 

   Al ver gente de este tipo me da por pensar, lo grande que debe ser su necesidad para abandonar su país, sus costumbres, en muchos casos cambiar de idioma, sus familias. Qué cruda tienen que ser las fiestas navideñas a tantos kilómetros del país que les vió nacer, que doloroso tiene que ser felicitar las Pascuas por web cam a tus padres, a tus hermanos, a tus hijos (ahora puedo saber lo que sentiría lejos de mi Laia). Cuánto tiene que doler el corazón cuando tengas esos días de bajón, mires por la ventana llover y no tengas más consuelo que un compatriota conocido o una canción de añoranza sonando en un reproductor de música...

   La foto del post de hoy, el título, me hace recordar dos casos muy conocidos, el de mi abuelo Pepe (que en paz descanse) y el de mi suegro Rolando. Ambos tuvieron que emigrar allá por los años 60 y 70 a Suiza. Mi suegro al volver de allá, tras trabajar en lo que mejor sabe, las canteras de piedra, pudo casarse y formar su familia que hoy también es la mía. Mi abuelo, en cambio, dejó a mi abuela, mi madre y mis tios Pepe y Esperanza y marchó para trabajar como constructor. De esa manera, consiguió dinero para hacer la casa en la que siempre han vivido y dar una vida un poco mejor a su mujer y sus hijos, cuando en Albacete no había otra salida que la del campo, el duro trabajo en el campo, extremista de calor y frío. Hace dos semanas me enseñaba mi madre dos postales que le había enviado mi abuelo desde Suiza para felicitarle por su décimo y undécimo cumpleaños y al leerlas se me ponían los vellos de punta.

   En la actualidad, que la cosa no funciona mucho mejor, conocemos dos casos próximos de sendos vecinos que se disponen a emigrar fuera de España para encontrar la estabilidad económica y laboral que en la actualidad les es imposible encontrar. La primera, Sole, pretende viajar a Francia con unos familiares para intentar trabajar en cualquier cosa posible y el segundo Paco, se dispone a viajar a Estados Unidos a casa de su tío, para trabajar en un negocio familiar de mecánica del automóvil, de nada o casi nada le ha servido su Licenciatura como Ingeniero Informático.

   Me ratifico en mi idea, que afortunados somos algunos, podemos ver a nuestros hijos a diario, besar a nuestros padres si no a diario, pasados unos dias, podemos quedar con amigos para charlar o reir, nos es posible organizar una comida con familiares y mil cosas más.

   Mi amigo y compañero David, Torrecilla como le conocemos en el trabajo, me ha propuesto tratar este tema hoy en mi blog. Te lo dedico a ti por ello y te agradezco tu idea a la vez que te envio un beso para ti, Virgi y Pablo.

  
La patria, posiblemente, es como la familia, sólo sentimos su valor cuando la perdemos.
Gustave Flaubert (1821-1880) Escritor francés.
Buenas noches a tod@s.

miércoles, 18 de abril de 2012

Recuerdos otoñales




   Querida Laia:

   Aprovechando el sueño que te has echado sobre mi antebrazo, mamá y yo hemos cenado a la vez que observábamos el telediario.

   Ha sido un telediario entretenido, muy dinámico. Comenzó con las disculpas de Su Majestad, disculpas que unos creen necesarias y otros no tanto. Algunos ponen de parapeto la crisis contra el gasto de la cacería, otros justifican que nuestro monarca cazaba elefantes en una reserva en la que la superpoblación de los paquidermos afecta a cultivos, a la seguridad de los habitantes de la zona y que además, fué sin coste alguno porque cazaba invitado. El caso es, que al parecer por un apretón de tripas en plena selva negra, Don Juan Carlos besa el suelo como el Papa después de haber bajado rodando doce peldaños sobre su cadera. Eso unido a lo del yerno corrupto y la falta de tacto de Marichalar como instructor de tiro... Va el año redondo para la Monarquía.

   De segundo plato en el telediario, la religiosa que supuestamente repartía bebés como si de cartones en el bingo se tratase. Continuamos con que al término del informativo se van a remover una vez más en sus tumbas a la Sra. Carmina Ordóñez y al maestro Paquirri. No dejan títere con cabeza...

   En definitiva Laia, mientras tu respirabas rápido con tus jóvenes pulmones y tu corazoncito bombeaba sangre a tu cuerpecillo, ha llegado la previsión del tiempo. Y ahí ha sido cuando he obtenido la información más valiosa que me ha ayudado a escribir el post de hoy.

   El meteorólogo, convencido, afirmaba que la lluvia que ya ha llegado a España y que aún falta por llegar será formidable para las personas a las que nos gusta buscar setas en otoño. De repente Laia, me han venido a la cabeza la cantidad de veces que junto a tus abuelos Jose y Ana he ido al campo a buscar setas de cardo, un verdadero manjar para el sentido del gusto.

   Cuando yo tenía aproximadamente unos 10 años, la base militar del Goloso no estaba delimitada con alambradas como actualmente lo está. Era un sitio donde nacían muchísimos cardos seteros, que como siempre ocurre, ayudados por las lluvias del verano y de la primavera, pudren su raíz, para posteriomente dar lugar al crecimiento de la seta. Muchas tardes de otoño mi padre me preguntaba que si quería acompañarle, nunca me negaba. Cada uno llevaba en uno de sus bolsillos una bolsa de plástico (generalmente de Continente, actual Carrefour) y una pequeña navaja, de Albacete por supuesto. El problema radicaba en que yo, como es normal en un niño, tras una hora de andar caminando por el campo mirando al suelo ya estaba cansado y me quería ir a casa; mi padre en cambio, podía tirarse horas y horas sin parar, luego le caía la bronca al llegar a casa por "tener a la criatura tanto tiempo por el campo". Además en muchas ocasiones nos sorprendía la lluvia y no llevábamos paraguas ni chubasquero, así que volvíamos como dos sopas y la bronca se hacía mayor.

   Otro sitio donde solíamos ir era al Soto de Viñuelas, en la M-607 carretera de Colmenar Viejo. Allí me hacía menos gracia ir, porque aunque eran mansas, de vez en cuando ibas buscando setas y al levantar la cabeza, a tan sólo unos metros, tenías a una vaca gigantesta mirándote fijamente, y yo había escuchado en la radio y en la televisión que varias personas, buscando setas en fincas privadas de ganado bravo habían perdido la vida como consecuencia de las cornadas de algún toro.

   Lo que me ha sorprendido siempre es que gente que no conoce ninguna variedad de setas ni de hongos, por el mero hecho de que la gente lo suele hacer, marchan al campo, cogen todas las setas que se encuentran y sin miedo ni comprobación de ningún tipo se las comen. Claro, el resultado en muchas ocasiones es nefasto, fallecimiento por intoxicación. 

   Pero la mayor de las anécdotas nos pasó más cerca de Alcobendas. Mi hermano acudía a clases de piano en un colegio de La Moraleja, por cierto el profesor era un señor búlgaro, llamado Alexander Lubomirov, estaba como una regadera pero de música sabía una barbaridad. Frente a la escuela había y aún hoy existe, un gran espacio de campo donde se criaban muchas setas. Así matábamos mi padre mi madre y yo el tiempo mientras duraba la clase de piano. Por ese trozo de campo pasaba habitualmente un pastor con un rebaño de ovejas no muy numeroso. Pues bien, era un lunes, el viernes estaba previsto un viaje al pueblo de mi madre para visitar a mis abuelos.

   Cuando ya la luz de la tarde tocaba a su fin y la clase de piano estaba a punto de concluir, nos fuimos acercando por el campo hacia la escuela, pero algo nos hizo detenernos en seco, un balido, muy cerca de nosotros un cordero, aún con el cordón umbilical colgando llámaba desesperadamente a su madre. Era precioso, blanco y marrón. Ya no había ni tiempo ni luz para buscar al pastor, que además no sabíamos dónde guardaba las ovejas. Al llegar a casa, lo primero que hicimos fue comprar un biberón en la farmacia de debajo de casa. Rocky (que así lo bautizamos) se clavó el primer biberón de cuatro chupetazos. Le cogimos tanto cariño que hablamos con mis abuelos del pueblo para ver si ellos estarían dispuestos a criarlo. Sabíamos de antemano que no nos iban a negar nuestro deseo, así que mantuvimos a Rocky en el piso hasta el viernes (vaya odisea); cuando tenía hambre que era cada media hora, se mataba a balar y pronto aprendió que si nos seguía a mi hermano o a mi, tarde o temprano obtendría un biberón, así que os podeis imaginar al cordero por el pasillo de un segundo piso siguiendo a dos niños. Que los niños iban al baño, el cordero detrás, que íbamos a la terraza, el cordero a la terraza, ¡vaya cuadro!.

   Mis abuelos criaron al cordero hasta que se convirtió en un macho de más de 25 kilos. Era muy manso, pero jugando, pegaba cada cabezazo a mis abuelos que ya empezaba a ser peligroso. El final de Rocky nunca lo conocimos, sólo recuerdo su imágen subido en una furgoneta. Mis padres nos dijeron que un pastor estaba interesado en él por ser de una raza diferente a la que predominaba por allí y que lo usaría como semental, a cambio a mis padres les dieron muchas chuletas de lechal ya cortadas y listas para consumir en bandejas plastificadas.

   Yo por si acaso, no probé carne en un buen tiempo. Deseaba que verdaderamente Rocky siguiera igual de feliz pero rodeado de hembras en el campo, en plena libertad.

   Recuerdos de otoño de hace ya algunos años. Como suele decirse, ya ha llovido desde entonces...

   Buenas noches a tod@s.

martes, 17 de abril de 2012

Nos acordamos de Santa Bárbara sólo cuando truena



   Como cada dia y fomentando mi afición taurina, he leido hoy en una página web las noticias del mundo del toro. Entre triunfos de matadores, cogidas, percances y otros temas, me ha llamado sustancialmente la queja que plantea en la actualidad el gremio de criadores de toros de lidia.

    La queja está basada en que cuando termina la temporada taurina en España, que coincide con los últimos coletazos del verano, actualmente los ganaderos se "comen con patatas" casi la mitad de la camada de reses que disponen para vender. El problema viene como casi todos hoy en dia, no hay dinero, al no haber dinero los Ayuntamientos recortan gastos, donde antes en las fiestas de los pueblos se daban tres o cuatro festejos taurinos, ahora se dan dos, uno o quizás ninguno. De esta manera las Concejalías pueden llegar a ahorrarse cantidades más que importantes, ya que no pagan empresa organizadora del festejo, no pagan matadores, no pagan cuadra de caballos para picar los toros, no pagan quirófano de urgencia, etc, etc, etc.

   Los afectados: en primera instancia los toreros, novilleros y banderilleros; torean menos por lo que cada vez resulta más difícil llegar arriba y tan sólo se benefician las principales figuras del momento e incluso ellos, al echar cuentas al final de la temporada se ven obligados a cruzar el charco y realizar la temporada en Hispano América (Quito, Méjico, Bogotá, Cali...) para compensar la balanza de gastos-beneficios.

   Los segundos afectados: los ganaderos. A éstos es a los que quiero darles hoy un buen "pescozón". Hace unos 10 o 12 años, un toro para lidiar en plazas de primera categoría como Madrid, Sevilla, Bilbao, Nimes (Francia), Pamplona, u otras plazas similares podía costar fácilmente la friolera de 10.000 o 12.000€. Ojo, hablo de un sólo toro, para el que no esté muy puesto, una corrida está compuesta por seis, y al menos hay que presentar dos toros suplentes, lo que se conocen con el apelativo de sobreros. En esos cuatro o cinco años que el animal se desarrolla en la finca, su alimentación prácticamente está compuesta de pasto, si bien en épocas de sequía puede complementarse con algo de pienso especial. Ese pienso más los gastos de vacunas y resto de cuidados higiénico sanitarios, por cabeza de ganado, puede sumar un total de unos 300 o 500 €, el resto del dinero era limpio para el ganadero, ¿os haceis una idea de la caja al final de la temporada?, mínimo que cada camada se componga de unos 50 o 60 machos. Claro, así pasaba, flamenquito todos los dias, chicas jóvenes y guapas en minifalda, juergas, drogas, coches de altísima gama. 

   Existen ganaderos que no llegaban al nivel exigido para el toro de Madrid o Sevilla, pero si podían lidiar animales para plazas de segunda categoría o tercera. Toros que podían rondar los 2.000 o 3.000 €. El empresario que tenía unos milloncillos ahorrados y encima era aficionado, pues sin tener ni puñetera idea de genética, compraba una finca, una punta de vacas, tres o cuatro sementales y a hacer toros como si fuesen churros.

   Pero amigo, ahora viene el problema. Cae el ladrillo, llueve la crisis, los bolsillos se agujerean. Ganaderos los hay a patadas, la competencia es máxima. Los Ayuntamientos como dije antes suprimen festejos. El precio de los animales baja un 40 o un 50%. El resultado de toda esta operación es el siguiente: ganaderos que se quedan con más de la mitad de la camada sin vender, camada que por pasarse de edad para el año siguiente, el Reglamento Taurino en vigor no permite que se lidien en las plazas. Alternativas: existen dos, vender los toros para festejos populares como capeas o encierros, donde pueden arañar unos 500 € por toro más o menos, como máximo. Segunda y última solución, mandar los toros al matadero y obtener 200 € por cabeza.

   Ahora truena, ¡vamos a rezar a Santa Bárbara!. Al coche de lujo le echamos gasoil del barato porque está por las nubes, las juergas flamencas las dejamos sólo para la Feria de Abril, las chicas, mejor invitamos a las mujeres titulares y en vez de cocaína, hachís a pachas.

    No me da ninguna pena esta clase de gente. Estos de la gomina y la corbata, de los tacones y los bolsos de Carolina Herrera. Me da pena la burrada de parados, las enfermedades, eso es lo que me da pena, los otros, como se dice en en argot taurino, son sólo "Chuflas".

   Siempre lo ha dicho mi madre: "Hijo, cuando se tiene es cuando hay que guardar".

   Buenas noches a tod@s.

lunes, 16 de abril de 2012

Pasan los dias, perdura tu ausencia




   Cada vez que llego a mi trabajo, cada vez que veo algún guardia de los que están destinados en la Imprenta Escuela con su ropa de trabajo azul o su bata, cada vez que paso por ese portón grande que da acceso a tu último destino te recuerdo. Tenía bastantes años menos cuando pasaste a la situación de reserva y es por ello que mis recuerdos son más bien pocos, eso si, no puedo olvidar cómo pasaba yo los sábados que te tocaba ir a trabajar entretenido con mi padre, haciendo tiempo hasta que llegara la hora en la que pudieras abandonar la imprenta.

   Recuerdo como jugaba al fútbol con una pelota de tenis con mi padre; el juego consistía en poner un límite de tiros a puerta para ver quien marcaba más goles y la portería estaba delimitada por ese portón gris de acceso a lo que siempre ha sido la Imprenta Escuela, esa que veo en la actualidad cada día, cada mañana. Nunca me faltaba un bolígrafo bic, del color que quisiese, casi siempre era rojo, pero también coleccionaba los azules y negros que me habías regalado como si de un tesoro se tratara, de hecho, llenaba una caja blanca de zapatos.

    Son también muchas las fotografías que conservo de mi jura de bandera y de mi entrega de despachos, pero ésta que encabeza hoy el post es la que me marca un referente. Yo creo que nunca llegaste a saber lo mucho que significó para mi que acudieses vestido de uniforme el día que recibí el título de Guardia Alumno en prácticas, si bien el abrazo seguido de llanto que nos pegamos después de haber recogido mi despacho te pudo dar una idea. Cuando el entonces Director General del Cuerpo, Santiago López Valdivielso nos observó acabado el acto a los tres juntos conversar durante el vino que se sirvió se acercó a nosotros, nos saludó y preguntó que si éramos familia, entonces tú con orgullo le recalcaste que tenía delante suya a las tres generaciones de la familia. El Sr. Valdivielso se quedó sorprendido y tardó poco en reclamar al fotógrafo para inmortalizar el momento. Yo sacaba tanto pecho que casi me estallaban los botones de la guerrera, que momentazo, que manera de acaparar miradas, que maravilla.

   Ayer realizamos una comida de familia que despertó en mí dos sentimientos, en primer lugar diversión, alegría, felicidad, no podía parar de reir. Sentado junto a mis primos Francis y Sebas es complicado estar serio más de dos minutos seguidos, la verdad y si a eso le sumas el vino blanco fresquito ya no hay más que hablar. Además tenía muchas ganas de ver al primero, sin menospreciar a ningun@ del resto de mis prim@s, ya que el que viva en Austria hace que sean contadas las ocasiones de disfrutar de momentos como el de ayer. En segundo lugar tenía rabia porque la mesa no estuviera completa, faltaba mi tía Paqui, mi tío Esteban y mis primas Gema y Laura por residir en Almería y a los que siempre se les extraña una barbaridad a cada evento de este tipo que se organiza (por cierto, que casi siempre es mi padre el que lo hace). En segundo lugar no estaban ni mi mujer Marta, ni mi madre por tener que quedar alguien con la pequeña, con el nuevo fichaje, mi Laia, mi querida Laia (cúanto te hubiese gustado tenerla entre tus brazos y a mi observar ese momento como cuando la mece la abuela).

   Pero lo que me llevé en los bolsillos de mi camisa, los más próximos a mi corazón, fué tu ausencia. Esa es la que me remueve el pensamiento al saber que desgraciadamente no podré tenerla más. Con lo que te gustaba comer abuelo (cómo me cuesta hablar en pretérito). Hay miles de cosas que un camarero puede ofrecer de postre, pues no, nos ofreció lo que más te gustaba, crema catalana, esa que bautizabas con el chorrito más que generoso de JB...

   Marta y yo decidimos hacer una visita a tu sepultura el día anterior a tu cumpleaños, llevar una planta y rezarte. Pedirte que fuese cuando fuese, ayudases mucho a que Marta y Laia afrontasen el momento del parto sin trauma alguno, que todo fuese más o menos fácil. Llegó el día 7, tu cumpleaños (y el de mi tía Paqui) y Laia empezó a querer llegar a este mundo. No coincidió con tu fecha, pero no me cabe duda de que el llegar el mismo Domingo de Resurrección no fue casualidad. Y cuento con tu ayuda diaria, con tu compañía, con que iluminas cada paso nuestro y cada decisión.

   Recuerdo tus valores, tu paciencia, tu serenidad, tu buen humor. Perdura en mi trabajo diario tus consejos, tus maneras de ver la disciplina y tus anécdotas de la Guardia Civil de antaño que siempre tenían un trasfondo. Pero perdura también una cosa que no me gusta tanto, tu ausencia. Seguiré intentando llevarla lo mejor posible, pero hazme un favor, en cuanto te sea posible, lanza al aire un silvido de los tuyos para saber que estás en la retaguardia. Recibe un beso enorme abuelo.

   Buenas noches a tod@s.

sábado, 14 de abril de 2012

Madridista de nacimiento



   Después de pasar todo el dia de doy en casa de mis padres, cuando nos hemos despedido hasta mañana, al ver a mi padre sentado en el sillón viendo nervioso el partido del Real Madrid en la tele, me ha venido una imágen bastante lejana a la mente.

   Allá por el año 1988, una tarde de invierno, mi padre me preguntó si quería ir por primera vez a ver un partido al estadio Santiago Bernabeu. Por supuesto, asentí y corriendo fuí a contarle la novedosa noticia a mi madre que se encontraba cosiendo en el salón unos pantalones que yo había medio destrozado esa misma tarde en el parque. Aquella tarde jugaba el Real Madrid contra el Osasuna, y aunque ya había comenzado el encuentro, mi padre le pidió a mi madre que nos hiciese unos bocadillos para marchar pronto al campo.

   Por aquel entonces, los miembros de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado entraban gratis a casi la totalidad de los espectáculos, simplemente indentificándose como tal en la puerta de entrada. Recuerdo con gran exactitud la imágen del Paseo de la Castellana cortado, policias por todos lados, incluso a caballo. Mi padre, para intentar abreviar lo máximo posible y llegar pronto al campo, le pidió el favor de aparcar en el parking del Hospital San Rafael al vigilante de seguridad de la entrada. Para el que no lo conozca, es un hospital que dista del estadio del Real Madrid unos cuatrocientos metros aproximadamente.

   De camino hacia el campo, al ver los puestos en los que se vendían pipas, agua, refrescos o banderas y camisetas del Real Madrid quedé prendado de una bandera y de una gorra de Hugo Sánchez. Mi padre ni corto ni perezoso, como casi todo lo que ellos se han podido permitir y nunca nos han negado, me compró mi primera bandera y mi gorra de Hugo Sánchez. Me la encajé hasta las orejas y de la mano de mi padre nos apresuramos a llegar a las puertas de acceso al estadio que dan a la madrileña calle de Concha Espina. Mi padre tras identificarse accedió al estadio tirando de mi brazo y recuerdo perfectamente como un portero con chaleco azul y una tripa que me recordaba a los hipopótamos de los documentales que me encantaban de la segunda cadena, se dirigió a nosotros preguntando "¿y la entrada del niño?", mi padre para eso andaba rápido, y un "hemos salido dos puertas más allá para que hicera pis hace un momento" fué la solución, ¡los dos para dentro!.

   Jamás podré olvidar la sensación que me produjo subir las escaleras agarrado a un pasamanos blanco, y ver, al coronar la escalera ese impresionante estadio, esa cantidad de público, esa nube de humo que destacaba sobre los focos. No paré de experimentar sensaciones nuevas durante el tiempo que duró el encuentro, cada dos por tres sonaba una alarma que indicaba que en otro campo de España se había anotado un nuevo tanto, y a veces me pillaba tan de sorpresa, que me asustaba pensando que venía el portero gordinflón para echarnos a la calle por no sacar mi entrada. Al descanso, mi padre sacó nuestros bocadillos de jamón, nos los comimos de pie y con un botellín de agua que mi madre había preparado, aunque a mi supo como si hubiera degustado el mejor manjar. Antes de inciar el segundo tiempo repasaron la alineación de la plantilla blanca: "Sin cambios para el Real Madrid Club de Fútbol, con el uno Buyo, con el dos Chendo, con el tres Gordillo, con el cuatro Hierro, con el cinco Sanchís...", Butragueño, Martín Vázquez, Michel y algún otro completaban la alineación.

   El resultado fue de empate a uno, pero me llevé mucho más que un empate. Al ver a la gente marchar del estadio mientras sonada el Himno del Real Madrid (el antigüo, el de toda la vida, el de las mocitas madrileñas) pude contemplar con más serenidad la hermosura de aquel cesped, la magnitud de aquel espectáculo. Nació mi sentimiento madridista que aun hoy perdura en lo más hondo de mi.

   Al montar de nuevo en el Renault 18 azul que por aquel entonces tenía mi padre, éste me preguntó si me había gustado, yo, abrazado a mi bandera y con mi gorra encajada hasta las orejas, respondí un Hala Madrid expontáneo que provocó las risas de ambos.

   Hoy, le han regalado a Laia un carnet de socia de la Peña Madridista Munerense (gentilicio del pueblo de mi madre), es la número 126 y figura su fotillo de recien nacida. Al ver ese carnet me ha despertado aquel recuerdo. El recuerdo de un niño de siete años hondeando su bandera entre una multitud de camisetas blancas, con su bocata en la otra mano y una gorrilla de Hugo Sánchez. Como todo, qué pronto se pasa el tiempo. En un futuro no muy lejano habrá que pedirle al abuelo que le compre a Laia su primera bandera y la lleve a ver un partido, lo único, que en vez de bocadillo habrá de darle el potito.

   Recuerdos que perduran y lo harán siempre.

   Buenas noches a tod@s.

viernes, 13 de abril de 2012

Vecinos, compañeros y amigos




   Siempre he tenido una frase muy presente en mi vocabulario: Donde menos te lo esperes salta la liebre. Además de por mi afición a la caza, este chascarrillo lo he usado en innumerables ocasiones por la veracidad de su trasfondo.

   El verano pasado, una tarde que me encontraba en la piscina de la comunidad charlando a la sombra (yo no soy de sol porque me pongo como un carabinero), inciamos una conversación varios vecinos, el socorrista, el conserje del edificio y yo. Es la típica conversación que surje entre personal civil cuando alguno sabe que tú trabajas de motorista de tráfico, que si a mi cuñado el otro día le denunciaron por hablar por el móvil, que si han puesto un radar nuevo en tal sitio, en fin, que el trabajo lo solemos llevar en la mochila hasta en la piscina, cosa que a mi no me disgusta. Cuando ya habíamos desarrollado un poco la conversación, tanto Fausto, el conserje, como Sergio, uno de los vecinos, me señalaron hacia una chica que estaba tumbada en una amaca al sol y se disponía a recoger sus enseres para marcharse. Cuando lo hizo, a modo de cuentacuentos y casi susurrando, Sergio me informó de que estaba casi convencido de que esa chica morena y su pareja eran policías y se habían trasladado a nuestra urbanización a vivir de alquiler.

   Ahí quedo la información, pero sin comprobar la veracidad de la novedad de mi fuente. El caso, es que durante los primeros meses del embarazo de mi mujer, tuvimos en nuestro piso dos cachorros de mastín, hasta que estuvieron vacunados, desparasitados y con su chip correspondiente, momento en el que ya los llevamos a una finca que tenemos en el pueblo de mi madre. Todas las mañanas antes de irme a trabajar, como a las 6 de la mañana, bajaba a los perros a la calle para que hicieran sus necesidades y así dejaran dormir a Marta hasta por lo menos las 9 o las 10.

   Una de las mañanas, me encontré a la misma chica morena de la piscina, con un peinado que no creo que era el que más le favorecía, una cara de sueño de infarto y su peculiar pijama. Estaba paseando a su perrita pastor alemán, Lana. Tras saludarnos y darnos los buenos dias mantuvimos una conversación de dos segundos, ya que noté que ella estaba tremendamente avergonzada por encontrarme allí, frente a ella, casi recien salida de la cama con unas zapatillas de estar por casa moradas. La conversación fué breve y sin contenido pero ese mismo medio dia, a la vuelta del trabajo le conté lo sucedido a Marta y le comenté la posibilidad de que esa chica fuera policía. Poco tarde en averiguarlo, al día siguiente volvimos a coincidir, y se ve que por si acaso estaba el cansino de los mastines por alli ese día si se había peinado y vestía calzado deportivo y chandal. No me plantee la posible respuesta y le pregunté directamente si era cierto que ella era policía, tras asentir con cara de sorpresa y despedirnos, ella enfiló el camino hacia su piso ubicado en el bajo y yo a coger el ascensor.

   Pues bien, pocos dias después, paseando de nuevo los cachorros volví a encontrarme con ella, esta vez acompañada de su novio. Ese día les desvelé que tanto mi mujer como yo éramos tambien Guardias Civiles y llevamos a cabo la presentación oficial que después se completaría al presentarles yo a Marta. Se trataba de Raquel y Óscar ambos policías.

   De aquel día a hoy nuestra amistad ha avanzado mucho. De momento comentar que Raquel es nacida en Alcobendas, pero aún hoy me rio mucho con sus palabras influenciadas por los orígenes castellano leoneses de sus padres: habla de perrines, pantaloncines o palabrinas como si todo el mundo se tuviese que adaptar a sus diminutivos cariñosos. Óscar nació más lejos, en Lérida, pero trabaja en Alcobendas en la actualidad.
   Ambos disfrutan con su trabajo, pero bien es cierto que Óscar hace que sus ojos brillen cuando relata su peculiar manera de hablar con los delincuentes, intentando comprender su situación mediante conversaciones que Raquel jura que no mantendría nunca, encima ella se mofa cariñosamente comparándo su manera de hablar con la de un cura. Recuerdo dos hechos que me hicieron recapacitar y darme cuenta de la calidad humana de este chico. Una tarde en casa nos contaba su pasado de niño, el cual llevó a cabo en un centro interno por no haber podido su madre hacerse cargo de él en aquellos años. Con serenidad, pero a la vez con una madurez extrema, entendía las explicaciones que su madre le dió el día que retomó el contacto con ella. Me sorprendió, aún hoy le miro a los ojos y veo la nobleza más absoluta que he reconocido nunca en una mirada. Nobleza y buen corazón que demostró en el segundo aspecto que me llamó la atención, las lágrimas que se le saltaron al ver el video de mi boda con Marta. Él se limitaba a explicar que todas esas cosas le hacían sentir bien y emocionarse.

   Si bien Raquel no llora no significa que la considere peor persona, siempre estamos de broma y de hecho, a petición suya, (porque casi me ha retado), es la dedicatoria a ellos del post de hoy. Nuestra amistad crece, visitaron a Laia en el hospital y hoy de nuevo han venido a darle la bienvenida a casa.

   Lo que decía al comienzo, no sabes ni intuyes que cuando conoces a alguien, además de profesión comparte ideales contigo, que puede llegar a ser gran amigo y encima, son mis conejillos de indias junto a mi esposa para degustar mis inventos gastronómicos y por ahora me los he ganado totalmente. Gracias por vuestras muestras de cariño y esperamos contar siempre con vuestra amistad. Ya sabeis, nunca se sabe dónde va a saltar la liebre...

   Pido disculpas por escribir tan tarde los post últimamente, pero el ayudar en lo que puedo con la llegada de Laia me quita bastante tiempo de la tarde, pero prometo intentar seguir escribiendo religiosamente de lunes a sábado; y por cierto, reitero que acepto que me propongaís temas de desarrollo, ¡a mi me encanta!.

   Buenas noches a tod@s.