miércoles, 25 de julio de 2012

Tarde de toros en Collado Villalba




   Aprovechando la bondad de mi esposa al darme "cuartelillo", empleé la tarde de hoy en asistir a la primera corrida de la feria de Santiago Apóstol en Collado Villalba, para seguir practicando y puliendo mi técnica fotográfica.

   Se trataba de ganado de Doña Carmen Segovia, lidiado mano a mano por Uceda Leal e Iván Fandiño. Como crónica rápida del festejo para quien le guste la tauromaquia, diré que el ganado en general bajo mi punto de vista fue soso, pero noble. A algún toro se le veía el plumero de la mansedumbre casi desde lo alto del camión. Cabe reconocer que el mejor lote se lo ha llevado Uceda Leal, especialmente lidiando el quinto, un "colorao" que le ha brindado la oportunidad de torear lento con la mano zurda, encajando la faena en ocasiones unos "olés" del público sonoros y redondos.





   Ivan Fandiño por su parte ha estado aseado, como suele decirse en el argot taurino, o salvando los muebles, si bien es cierto que los repetidos fallos a la hora de entrar a matar le han hecho perder trofeos. Aunque la verdad sea dicha, Uceda Leal es que posee un arma de matar por brazo, ¡vaya estocadas en todo su sitio!.





   En fin, para quien no le gusten los toros, animo a todo el personal a asistir a las fiestas de Villalba, por lo que he podido observar en la corrida esta tarde hay un ambiente formidable, cordial y la marcha está asegurada, eso si, cuidado con los coches a la vuelta que está a un tironcillo de Madrid.

   Las numerosas peñas hacían sonar sus charangas compitiendo haber quien rompía los instrumentos de tocar más fuerte. Piezas como ¡Ay si eu te pego! o Verano Azul han sido de las más repetidas y aclamadas, después de Paquito el Chocolatero por supuesto...

   Mañana viajaremos al pueblo de mi madre (Munera) para visitar a la abuela y disfrutar de las Fiestas de la Juventud que se celebran este fin de semana, pero prometo que a la vuelta y tras retocar las fotos de hoy colgaré algunas para que quien lo desee las evalúe y opine, que la crítica siempre es buena. De momento hoy adelanto tres para abrir boca.

   Muy buenas noches a tod@s

martes, 24 de julio de 2012

¿Está todo el mundo preparado para vivir en comunidad?




   En cantidad de ocasiones, conversando con Marta, hemos tratado la capacidad que tiene la capital de España para estresar, para generar desencanto, para convertir a la persona más calmada en un adicto a los tranquilizantes. Pero a pesar de todo, el día tiene inexcusablemente 24 horas y pueden tardar en pasar más o menos, pero al final acaban por extinguirse.

   Llegada la noche, cada uno ansía entrar por la puerta de su hogar, cenar, pegarse una ducha y relajarse en su morada junto a su familia, su mascota o lo que cada cual desee. Pero claro, ahí es cuando entra en acción un colectivo importantísmo y decisivo, los vecinos.

   Esta misma tarde, en la piscina, con las pinceladas de unos pocos vecinos (de los que al menos intentan saber vivir en comunidad) hemos descrito el momento en el que ayer pretendíamos conciliar el sueño; en un bloque de 248 viviendas puede suceder de todo, pero la descripción de anoche era la siguiente: los dos perritos de un vecino ladrando sin parar absolutamente toda la noche, una pareja discutía hasta que sobre las tres de la madrugada decidían dormir en camas separadas y agotar la vía oral, un grupo de unos cuatro "vecinos", para esquivar el calor de los pisos decidieron subir a la azotea a tomar el fresco, reír a carcajadas y fumarse sus "petas" hasta que Marta, cual Teniente Coronel Tejero, con una sóla voz les hizo mudarse de ubicación para que siguiesen su cachondeo en otro lugar, etc, etc.

   Es decir, que a veces, a pesar de que Marta me afirma que le daría miedo vivir en el campo, en una casa individual que no tuviese cercanía de vecinos, podría obtener una respuesta completamente diferente si la conversación se iniciase en esta urbanización en la que deambulan más de un  ser de cuatro patas, con una silueta parecida al animal de la foto de hoy, si bien es cierto que "Manuela" (como se llama la burrita de mi hermano) duplica y triplica en nobleza a más de uno de mis "vecinos".

   Todo es cuestión de seguir echando la primitiva y esperar con ganas ese cupón extra del mes de agosto; con que tocase un pellizco para extinguir la hipoteca nos conformaríamos, pero si nos salpicasen algunos eurillos más intentaríamos allanar el camino de Laia lo máximo posible, ayudar a los nuestros y en definitiva, huir de Madrid, que a pesar de ser la capital de España, si lo comparásemos con la tierra donde Marta o mi madre nacieron, no tendría las de ganar, en absoluto.

   Mientras llega el resultado de la primitiva o el cuponazo habrá que seguir conciliando el sueño en nuestra cama con las ventanas abiertas para intentar paliar el calor; rezaremos para que los perros hayan cenado bien, la parejita se haya reconciliado y los fumadores de "petas" hayan agotado su presupuesto dedicado a la devoción...

   Buenas noches a tod@s

lunes, 23 de julio de 2012

Un paso diminuto de la venganza al desastre




   Fue la segunda o la tercera vez que visité la preciosa tierra de Marta. Era por estas fechas, a muy pocos kilómetros de Orense capital, la Guardia Civil de tráfico se veía obligada a cortar la carretera por un más que considerable incendio, que unía ambos márgenes de la carretera. Como si de un sapo se tratara, el fuego saltó de un lado al otro para, en tan sólo unos momentos desencadenar un incendio que arrasó con todo lo que se encotraba a su paso, eucaliptos, pinos, helechos, animales... Era la primera vez que lo veía tan de cerca y la verdad es que me hizo quedar muy impresionado.

   El incendio de Cataluña supera ya las 48 horas de duración, lleva aparejadas ya 4 víctimas mortales y parece que no va a ser fácil su extinción. Al parecer los focos principales son la Junquera y Portbou, en Gerona y se barajan como hipótesis principal en ambos incendios colillas de cigarros mal apagadas.

   Muchos de los incendios que se comen millones de hectáreas españolas cada verano muestran su intencionalidad desde que prácticamente se quema el primer arbusto. Unos hacen saltar la chispa por herencias que no acabaron como se esperaba, otros creen que arrasando todo se embolsarán millones con las subvenciones, otros pillan el rebote de turno con el Alcalde de su localidad y deciden coger la sartén por el mango prendiendo la cerilla. En fin, enfados, rebotes y represalias que acaban tiñendo el monte verde de negro zahíno, abrasando a muchas especies que desisten de huír resignándose a su fatídico final, o incluso, en el peor de los casos, le acaba costando la vida a personas inocentes que pretenden acabar cuanto antes con el desaguisado que ha liado algún infeliz.

    No es casualidad que cada año se produzcan cerca de 200 detenciones por todo lo descrito. Y a los dementes que la lían parda con su caja de cerillas se les une los mongolos (que no tienen otro adjetivo), que no pueden comer un bocadillo en el campo o una tortilla de patatas y se les ocurre encender una barbacoa rodeados de arbustos color oro que arden como la pólvora a la mínima que se les da la oportunidad.

   En fin, a ver si es verdad que prospera la reforma del Código Penal para que el parvo (como se dice en Galicia) espabile y no tenga que llorar delante del de la toga y el mazo o para que el despechado de la caja de cerillas se piense en esos seis años de cárcel la magnitud de su fechoría. La reforma sería de un máximo de seis años de prisión, frente a la actual condena que es de entre tres y cinco años.

   Para terminar hoy, hacer saber a mis lectores que el blog de aquí en adelante lo escribiré de lunes a viernes, dado que se me han propuesto algunos retos para fotografiar en días venideros (carreras en el circuito del Jarama, toros en Collado Villalba, etc) y necesito no sólo realizar las fotos, sino retocar, que es lo más laborioso y lo que más tiempo me descuenta. Todo ello gracias a que Marta se encarga la mayoría del tiempo de Laia y me permite algo de tiempo libre para dedicarlo a las fotografías, pero tengo que ayudarla en todo lo posible, espero que todo el mundo me entienda, que hay seguidores y seguidoras que por suerte para mi, me extrañan en cuanto falto un día a mi cita; menudas broncas me echa mi amiga la polilla cuando no escribo...

   Buenas noches a tod@s.

viernes, 20 de julio de 2012

La anéctoda del gazpacho



  
   Hoy comimos en casa de mis padres y durante la sobremesa, salió a relucir lo normal que es la pérdida de apetito durante los meses de verano y cómo, por el contrario, apetece mucho el beber líquido.

   Casi al unísono, mi madre me ofreció un vaso de gazpacho para iniciar la comida; para mi el gazpacho es como las judías verdes o las lentejas, si tengo que comerlo porque no haya más remedio, pues lo como, pero si puedo esquivarlo lo prefiero. Nunca he sido muy amigo de la textura empalagosa del gazpacho, de los tropezones. Justo al rechazar el ofrecimiento de mi madre, mi padre me lanzó el reto de tratar en el post de hoy la famosa anécdota del gazpacho, que me ocurrió cuando yo tenía, más o menos 14 años.

   Siempre he sido más de letras que de ciencias, si bien es cierto que lo que me costaba de una manera u otra era sentarme a estudiar, porque admito que tonto no he sido nunca ni lo soy ahora. Pues bien, cuando comencé BUP en el colegio de las monjas del Sagrado Corazón, una de mis cuestas arriba más pronunciadas eran las matemáticas y de hecho no pasaba ni una sóla evaluación sin traer suspensa la citada asignatura en mi mochila desde Fuencarral a Alcobendas.

    Mis padres, como siempre, intentaron ayudarme y buscar una solución, que no fue otra que contratar el apoyo de una chica que me daría clases un par de días a la semana para recuperar el suspenso. La chica se llamaba Manuela, la verdad es que bastante guapa y vivía en la otra punta de lo que aquel día era Alcobendas (hoy el que vive en la otra punta soy yo), en el barrio de la Zaporra.

   En lugar de venir Manuela a mi casa, tras la primera entrevista para conocernos, se acordó que yo iría a su casa para dar las clases. Siempre que yo acudía a su casa me recibía su madre, que poco a poco me fue cogiendo mucho cariño y prueba de ello era los pellizcos que me pegaba en la mejilla todo los santos días que iba a recibir las clases de apoyo. Manda narices, yo que ya iba mosqueado porque me tocaba meterme dos horas de matemáticas, sabía que encima, a los dos segundos de tocar el timbre de aquel chalet pareado me llevaría un pellizco que se lo daría yo de buena gana en...

   Pero la tarde de marras sucedió una cosa que no esperábamos. La semana anterior, por motivos laborales de Manuela, hubo que cambiar una clase y la aplazamos para la semana próxima. O Manuela se explicó mal o yo no la entendí bien, el caso es que hubo una confusión, cuando yo llegué aquella tarde a casa de Manuela, me abrió su madre, me pegó el pellizco de rigor y justo a continuación me dijo que Manuela no estaba en casa. Como alternativa, y ya que por aquel entonces no existían los teléfonos móviles todavía, su madre me propuso que subiese a su habitación y la esperase allí porque seguro que no tardaría. Nada más entrar en la habitación de Manuela hubo una cosa que ya me hizo presagiar que había algún error, ya que siempre que yo iba a recibir clases, Manuela tenía su habitación en perfecto estado de revista y aquella tarde había un sujetador negro sobre una silla y unas chanclas junto al escritorio.

   En fin, intenté que mis hormonas no me convenciesen para echar el sujetador a la mochila y me dispuse a abrir el libro, ponerlo sobre el escritorio y hacer tiempo, para ver si llegaba mi profesora particular. Era verano y como el camino desde la casa de mis padres era todo cuesta arriba, parece ser que llegué más colorado de la cuenta, así que tan sólo dos minutos después de mi llegada, la madre de Manuela asomó por la puerta con un vaso de gazpacho sobre un plato blanco. ¡El vaso era inmenso!. Yo puse buena cara e intenté disimular para retrasar lo máximo posible el trago (era espesísimo), pero la madre de Manuela no se marchó hasta que lo había probado y ante la inevitable pregunta de "¿te gusta?", no tuve otra opción que responder con una sonrisa y asegurar que estaba exquisito.

   La buena mujer con la tranquilidad de que me había encantado su gazpacho bajó las escaleras para dejarme estudiar. Tenía ante mí un vaso del tamaño de los rascacielos de Plaza Castilla, tenía que beberlo como fuese, así que a la vez que me tapaba la nariz, le fui pegando buchitos muy breves hasta que por fin, lo terminé. Manuela no llegaba, así que miraba mi reloj cada dos por tres y me propuse que cuando llegase la aguja del minutero al 12 comenzaría  a recoger mis cosas y me bajaría a casa de mis padres. ¡¡¡Al traste mis planes!!! No, no es que Manuela llegase, ¡¡¡peor!!! escuché los pasos de la madre de Manuela subiendo las escaleras de madera, y recé, recé mucho para que no se cumpliese mi presentimiento, pero se ve que Dios estaba en algo más importante, porque acerté con mi presagio, la madre de Manuela me traía otro "vasito" de gazpacho y otro pellizco.

   Yo educadamente di las gracias a la Señora e inmediatamente después, ella retomó el camino hacia la planta baja. Sé que está mal, sé que no es correcto, pero estaba ya de gazpacho hasta las orejas, así que la solución fue rápida, eficaz y drástica, fui al baño, simulé una meada con el vaso de gazpacho, tiré de la cisterna dos veces para que el retrete se tragase los tropezones de pepino, dejé el vaso sobre el escritorio de Manuela y tras recoger mi mochila a la velocidad de la luz me despedí de la encantadora señora poniendo como excusa que tenía que ir a comprar con mis padres y era tarde. Cuando cerré la cancela del chalet eché a correr sin mirar atrás por si me llenaba un taper del jodido gazpacho para cenar...

   Esa es la anécdota, ahora me río, pero cuando la vi asomar por la puerta con el segundo vaso XXXL de gazpacho yo me quería morir, me corría por la frente cada gota de sudor como fundas de guitarra.

   Ya contaré otro día la anécdota de los zapatos, que esa seguro que le hará más gracia a mi madre que a mi padre.

   Pero eso será otro día, ahora toca imitar a Laia y a su mamá.

   Buenas noches a tod@s.

jueves, 19 de julio de 2012

Del patito a los manguitos de Dora la exploradora




   Querida Laia:

   Cuando mamá y yo llegamos a vivir a nuestro actual barrio apenas se veían padres empujando carritos de bebé, ahora en cambio, lo que es raro observar es a parejas jóvenes que no lleven biberones en la mano o que no tengan ojeras de las noches en vela.

    Esta tarde, cuando estábamos en la piscina, recordaba los baños solitarios que me pegaba yo hace casi tres años, en cambio ahora el pequeño recinto parece un patio de guardería. Esta misma tarde he contabilizado 11 niños, de los cuales 6 érais menores de dos años. Sin duda es una buena señal, y la algazara de vuestras risas unidas a vuestros llantos hacen que la urbanización cobre vida, hasta la gente que asiste a la piscina en soledad suelta alguna carcajada cuando ve a los niños coger el berrinche por no querer cumplir el deseo de los padres de remojar al retoño.

   Otra cosa que me ha llamado la atención esta tarde Laia, es que Decathlon debe de hacer una caja inmensa a base de vender esos churros o palos de corcho que tanto ayudan a los niños y niñas a flotar para perder poco a poco la fobia al agua. Incluso Pablo, nuestro vecino, ha hecho que me quedase con la boca abierta cuando me ha pedido que lo metiera al agua junto a mí, ya que el año pasado sin ir más lejos, lo máximo que se acercaba a la piscina era a un metro y medio del bordillo y tumbado boca a bajo para que sus coches de juguete se salpicasen de agua.

   Por su parte, Carolina, nuestra minivecinita se ve colmada de valor con sus manguitos de Dora la exploradora y no se lo piensa en cuanto su mamá le quita la ropa, coge carrerilla y salta al agua a los brazos de su padre, con una risa que ilumina por completo su pequeño rostro.

   Mamá y yo pretendemos apuntarte pronto a natación, para que tú solita seas la que te armes pronto de valor con un churro de colorines y nos des la oportunidad de estar fresquitos en la piscina los dias en que como hoy, permanecer en el piso se convierte en un suplicio.

   Querida pequeña, te contaré hoy que tu tío Manolo heredó de papá un flotador de patito de color azul, del mismo azul que los azulejos de las piscinas. Tenía pintados dos ojos muy grandes y unas pestañas que ya quisiera la Sra. Pataki. Con ese flotador fué con el que yo perdí en primera instancia el miedo al agua, allá por aguas del Mediterráneo, en las playas de Mazarrón. Recuerdo unas vacaciones que pasamos en Murcia, donde nos acompañaron mi jovencísima Tata y su casi casi estrenado noviete, mi actual tío Manolo. Ambos lucían el peinado típico de la época, unos pelos como el herizo ese del anuncio de los seguros Génesis.

   Más o menos al año siguiente de aquellas vacaciones yo ya empecé a nadar sueltecillo, por lo que el patito pasó a ser propiedad exclusiva de tu tío. El patito perdía aire por mil sitios y además el jodio tenía una rebaba de plástico que hacía que cuando se lo quitaba, marcara un arañazo en el costado izquierdo. Enseguida comenzó a perder autonomía de inflado y mi padre (tu abuelo) se negaba a tener agujetas en los carrillos de tanto soplar, además, con tu abuela Anita no hacía falta el uso de flotador, ya que ella sólo nos permitía entrar al mar hasta la altura que ella consideraba comprometedora, la rodilla como mucho... Tu abuela Laia, en cuanto alguien le salpique más de la cuenta saca el silbato escondido en el bañador para llamar al socorrista. Pobre, le tiene un miedo...

   En fin Laia, que a pesar de que hoy te limitabas a mirar con ojos como platos al agua de la piscina, seguro que se nos pasa el año volando y te tendré dentro de nada en mis brazos dándole a los pies y enseñándote a saltar de cabeza o a hacer bombas para mojar a los cobardes que se sientan en el bordillo más de una hora para luego decir que no se bañan.

   Estoy deseando de revivir esos momentos que permanecen en mi memoria con otros intérpretes muy allegados.

   Te quiero mucho pequeña.

   Buenas noches a tod@s.

miércoles, 18 de julio de 2012

En casa del herrero...




   Después de dos días convaleciente retomo el blog.

   Las desgracias no vienen solas, es cierto como la vida misma, cuando viene una situación difícil se suele juntar con otra, después es casi seguro que se junte otra, y otra y otra, así hasta que Dios quiere parar.

   Mi querida suegra Elvira ha tenido hoy la visita del cartero, ¿para qué?, para llevar una notificación que provenía de León... denuncia al canto. No puedo quitar la razón a Marta cuando dice que es mucho más prudente que yo al volante, aunque en este caso ha sido al manillar en lugar de al volante.

   En el último viaje a Galicia, como ya reseñé en otro post, nos llevamos la moto para probarla en un viaje medianamente largo, pues bien, a la vuelta, allá por Benavente un radar fijo me cazó de lleno. Menos mal que trabajamos en lo que trabajamos y puedo "justificar" que tan sólo sobrepasaba en 16 km el límite establecido, la vía estaba limitada a 100 km/h y la matrícula de la moto junto con mi cogote fueron  fotografiados a 116 km/h...

   Me van a doler los 50 euros de regañina, pero me parece genial. No hay justificación válida cuando se comete una infracción y mucho menos de las calificadas como graves, además, es que el que trabaja a diario en la "oficina" del asfalto como yo, tenía que pagar un plus, pero vamos, que voy apañado con los 50 euros, me servirá para escarmentar.

   Una de cal y otra de arena, para reconfortarme y de manera totalmente sorpresa, he recibido una llamada telefónica de un señor el cual trabaja para la Embajada de Argentina en España. Me sorprendió sobremanera su llamada y aún más de qué manera pudo conseguir mi teléfono particular. El caso es que su mensaje era de felicitación hacia mi por las fotografías que obtuve el pasado dia 8 en Las Ventas. Me ha hecho subir mucho la moral ese reconocimiento, una moral que se arrastraba por el suelo como alma en pena desde el domingo. Tardará en reponerse por completo, pero no me queda más remedio, además Laia me ayuda una barbaridad con sus risas y su comportamiento, el cual experimenta una mejoría día a día.

   Seguiré esforzándome con las fotos, creo que puedo tener cualidades y quiero aprovecharlas, aprender mucho, disfrutar y hacer gozar con mis imágenes. Sólo necesito una cosa, oportunidades, pero seguro que también llegarán, sólo hay que tener paciencia.

   Buenas noches a tod@s y gracias, no puedo cerrar hoy el post sin agradecer con el corazón en la mano las muestras de apoyo en mis momentos complicados, no fue fácil y ahora toca remontar. Un saludo afectuoso, buenas noches.

lunes, 16 de julio de 2012

Algo más que un perro




   Aunque el dia se extingue con la maravillosa noticia de que Dafne, la hija de dos muy buenos amigos, ha llegado a este mundo sana y con éxito, me es imposible deshacerme de la pesadumbre y del dolor que arrastro desde ayer.

   La historia en este caso no termina con final feliz, sino que acaba con la odiada palabra para la que no cabe solución, la muerte.

   En casa de mis abuelos Pepe y Esperanza siempre hubo perro, desde que tengo uso de razón. Por aquel entonces, la que habitaba el corral de mis abuelos era Loli, una perrita mestiza como todos los canes que hemos tenido. Loli era gris, cariñosa y muy paciente con el niño que siempre le hacía juderías, le tiraba de las orejas o le cogía el rabo. Tan sólo era eso, un mocoso con un pañal con un par de nudos en los costados y pasaba las horas muertas a su lado contándole mis historias en el corral rodeado de gallinas y conejos. Loli murió de viejecita a los 14 años.

   Tras Loli llegó Cuki, preciosa, pequeñita, de pelo corto, blanca y negra con una mancha muy curiosa que le dividía la mitad del cuello de cada color. También tenía unas pintas negras por todo el cuerpo, como si hubiese sido salpicada de alquitrán líquido. Aunque Cuki acompañaba a mi abuelo la mayoría de los días al campo, en una cesta artesanal de alambre con un cojín ubicada en un rincón del tractor, nunca desarrolló el instinto de la caza. Cuki parió dos cachorros bicolores, uno blanco y negro que era macho y una hembra blanca y marrón que la bautizamos como Adelaida. Ambos los regalamos. Cuqui murió plácidamente, durmiendo por una eutanasia que mi abuelo pagó para que dejase de sufrir los problemas motrices que le causó la edad de 15 años.

   Mis abuelos ya tenían una edad considerable cuando murió Cuqui y la verdad es que yo les ví muy afectados, fué entonces cuando me enteré de que un compañero de la banda de música de Munera estaba buscando gente que quisiera adoptar dos cachorros. Era enero, recuerdo que era una noche lluviosa y de muchísimo frío manchego cuando Benjamín me puso en las manos una perrita que tan sólo llenaba parte de una de mis palmas. Era blanca y negra y aún no había abierto los ojos, se veía que iba a tener mucho pelo y duro, pero de inmediato le afirmé que me quedaba con ella, tan sólo había que esperar unas semanas para poder destetarla de su madre.


  
   Desde el primer día que Dona (como la bauticé) entró en casa de mis abuelos, me propuse llevarla conmigo al campo siempre que fuese, aunque sólo fuera para media hora. Pronto empecé a despertar su carácter cazador tirándole una pelota para jugar. La pelota tenía un pito en su interior, así que cada vez que yo apretaba la goma y sonaba el pitido, ella estiraba sus orejas intuyendo que comenzaba el juego. Por muy lejos que le tirase su juguete ella era capaz de encontrarla y devolverla ante mis pies. De hecho a veces me sorprendía sobremanera porque la pelota caía en arbustos o cepas llenas de hojas ocultándose por completo, pero su instinto le hacía llegar hasta el mismísimo lugar.

   Un día, siendo ella muy pequeña aún, no tendría ni un año, paseando por el campo se puso a dar vueltas alrededor de una oliva pequeña, no paraba de mover su rabo, hasta que de repente se quedó inmóvil, dejando la punta blanca de su rabo apuntando hacia el cielo. De pronto pegó un salto, tan sólo me dió tiempo a escuchar chillar el conejo que había atrapado y quitárselo de entre los dientes. Desde aquel día las vueltas por el campo en época de caza las daba con mi escopeta en la mano, pero cuando me "levantaba" algún conejo no me atrevía a disparar por si su reacción era escapar asustada por la detonación.

   En una de nuestras excursiones, se tiró más de un cuarto de hora intentando sacar de entre unas ramas a un conejo viejo, que se refujiaba del calor tumbado a la sombra; tanto peleó Dona que al final el conejo salió de su escondite y puse a prueba dos cosas, mi puntería y su resistencia al ruido. Salí victorioso en ambas, ella no se asustó y corrió a rematar el conejo que había alcanzado con mi tiro. Ese fue el primero de innumerables días de caza juntos, ha soportado a mi lado calor, frío, viento, granizo, y desde el día 1 de enero de 2006 cuando ella nació firmamos un cariño que duraría para toda la vida.

   No contábamos con el día de ayer. Yo Dona, pensando en tu bienestar, al ver el calor sofocante que hacía el sábado en Munera, pensé que dormirías mucho mejor en el campo, en la finca, junto a Napol, Lua, Pistones y Candi. No creía que tu inestimable amor hacia mi haría que buscases ese mínimo rebaje que existe en el cemento para la salida de agua de lluvia.

   Dona se escapó por allí, inició la búsqueda de su compañero de excursiones, hasta llegar a la carretera donde la fatalidad quiso que un coche pasase por allí y tras pegarle un fuerte golpe en la cabeza, acabase con su vida.

   Cuando mi padre me dijo que no estabas donde yo te había dejado me temí que nunca más volveríamos a vernos, que nunca más volvería a verte taparte con la manta como si fueses humana, que nunca más volvería a verte sentada delante de mí llorando de impaciencia para que sacase la escopeta de su funda, pero no quería despedirme de ti como lo hice, viéndote en el arcén...

    Salvando las diferencias, de corazón, sin contar los días del fallecimiento de mis abuelos, jamás, nunca, había sentido tanto dolor y había llorado con tanta amargura como desde ayer lo estoy haciendo. El corazón me late a mil por hora y mi pecho espontáneamente suspira de dolor cada poco. Sólo espero que como te pedí antes de taparte al enterrarte, sepas perdonar mi descuido. He vivido contigo experiencias en seis años que no viviré jamás con ningún humano y sobran mencionar tus muestras de cariño hacia mi. Me va a costar mucho superar tu pérdida, lo sé, pero ¿sabes el único consuelo que tengo Dona?, la imagen del abuelo Pepe contigo encima de sus piernas. Sin duda volveremos a encontrarnos, pasearemos juntos, jugaremos con la pelota y recuperaremos todo el tiempo no disfrutado. Si hubo negligencia por mi parte, te pido disculpas amiga, hasta siempre.

   Buenas noches a tod@s.

jueves, 12 de julio de 2012

Oficios, una especie en extinción




   Cuando Laia comience a comprender el significado de las palabras y escuche a su padre o a su madre hablar del alfarero, del taxidermista, del guarnicionero o del boticario, estoy seguro de que pondrá una cara similar a las que ponen las vacas que pastan en Aranjuez cuando ven pasar el AVE de Sevilla.

   Esta misma tarde he visitado el taller de taxidermia de mi amigo José Lagar. Cabe la posibilidad de que algun@ de mis lectores/as desconozca que el taxidermista es la persona cuyo oficio consiste en disecar animales, ya sea tan sólo el cráneo, la cabeza completa con piel y cráneo o hasta el animal entero. Bien, José tiene en su taller un venado que cacé en el mes de octubre del año pasado. Para quien haya leído mis entradas anteriores, el salón de la casa que deseo tener algún día en Munera sueño con adornarlo con cabezas de toros, dado mi extrema afición por la Fiesta y las cabezas disecadas de los animales que he cazado. De momento este venado es el único animal de caza mayor que forma parte de mi repertorio y entre lo cara que es este tipo de caza y lo selectivo que soy para dicho deporte, no creo que vaya a acabar con la vida de muchos animales más...

   A lo que voy; el taller de taxidermia como decía es de un amigo, José Lagar, el cual en unos diez años más o menos procederá a disfrutar de su merecida jubilación. Como la vida está como está y animados más aún porque siempre lo han "mamado", los dos hijos de Jose han aprendido el oficio de su padre y trabajan a diario los tres juntos. Se dedican a disecar todo tipo de animales nacionales e internacionales, esta tarde en el taller tenían dos venados incluido el mío, un gamo, dos muflones (para quien no entienda podría traducirse como cabra montesa española), un toro, un kudu (tipo de mamífero africano con unos cuernos de más de un metro y medio de largos) y un pavo real que estaba disecado el cuerpo entero con la cola recogida.

   Cuando veía al hijo mayor, César, retirar las agujas que tenía la cabeza de uno de los venados sosteniendo la piel sobre el molde que simula el macizo del cráneo, me daba por pensar que el oficio de taxidermista es otro más de los que como no se remedie tiende a desaparecer. 

    Yo siempre he sido Guardia Civil, no he trabajo nunca en otra cosa, por eso pienso que ante cualquier circunstancia extraordinaria que me hiciese perder mi trabajo no sabría por donde salir; yo no se disecar animales, ni hacer huchas de barro o arcilla, ni se curtir una piel y hacer de ella un cinturón o una alfombra, ni siquiera se hacer un corte de pelo... Los oficios, es algo en lo que casi nunca se piensa y están ahí, enfocados hacia el camino de la desaparición.

   Mi abuelo Pepe fue zapatero y siempre disfrutaba observando con detenimiento zapatos de piel en sus manos para ver si estaban bien rematados, o los arreos de mi caballo para ver si estaban bien hechos los agujeros de la cabezada. Con el paso de los años, era menos perfeccionista al hacer sus arreglos express, pero la verdad es que era muy mañoso y siempre encontraba una solución para todo con un trozo de piel, una aguja de zapatero y un hilo bien grueso.

   Es ese concepto de los oficios el que temo que se pierdan, las carteras de piel hechas a mano, o las monturas de caballerías, o los jarrones policromados hecho totalmente a mano, etc, etc, etc.

   Vaya desde aquí mi reconocimiento a José Lagar, que le ha dado un toque a mi venado que la verdad es que parecía que iba a echar a correr en cualquier instante, parecía estar vivo, muy muy logrado.

   Para finalizar, comunicar a todo el que me lea que tanto mañana viernes como el sábado me será imposible escribir el blog ya que viajamos a Albacete para la boda de nuestros amigos Antonio y Ana. Ya os contaré lo mucho que habremos disfrutado, seguro que lo pasamos genial.

   Por tanto, me despido hasta el lunes, un beso para tod@s y muy buenas noches. 

miércoles, 11 de julio de 2012

Leña al débil



   Tiene muchísima razón mi suegro, cuando dice con su marcado acento gallego referido a los políticos:  "A mesma merda con diferente cheiro", fácil traducción, pero por si alguien no es capaz: la misma mierda con distinto olor.

   ¿Qué más da la derecha que la izquierda?, el caso es el mismo, no hay un mísero duro y ahora toca recuperar a base de coscorrones, iva, peajes, paro, hasta ahora casi todas las medidas nos afectaban a mi y a mi familia (gracias a Dios a excepción del paro, aunque los "tiros" del desempleo han alcanzado a miembros directos de nuestro clan), pero la medida adoptada por el Gobierno hoy si que nos ha pegado de lleno. ¿Pero qué culpa tenemos los funcionarios para que se decida ahorrar miles de millones de euros a base de quitarnos las pagas extras de Navidad durante tres años?.

   ¡Tres años!, no uno, ni dos, ¡tres!. Soy el primero que me compadezco de la gente que ni siquiera recibe el paro, pero por favor, tampoco es de recibo que en una encuesta realizada a ciudadanos, micrófono en mano y a pie de calle, gane la respuesta de: ¡que se jodan, ellos al menos tienen sueldo fijo!. Ruego una respuesta simple, en lo que a mi, a mi esposa, a mi padre y a mi tío Esteban nos compete, ¿alguien conoce a algún Guardia Civil que le hayan regalado la oposición, los duros meses de formación y nuestro trabajo diario?.

   La foto del post de hoy la tomé en carretera recién destinado a la Agrupación de Tráfico, el conductor volvía a casa después de comer, según su manifestación, con el Ministro de Sanidad de por aquel entonces y el señorito había tomado unas copas de más, por lo que tuvo que pasar por la Vicaría, como todo hijo de vecino. Y al solicitarle la documentación para formalizar los trámites, ¡sorpresa!, era vehículo de empresa. ¡Arrea! (pensé yo), un Aston Martin, vehículo de empresa, 180.000€ de coche de empresa, acojonante...

   Y yo con mis eurillos ahorrados para casarme y poquito a poco seguir pagando la hipoteca que es la mitad de lo que vale el "coche de empresa"...

   Los constructores, formando ganaderías de toros y comiendo a reventar en los mejores restaurantes de Madrid, etc, etc, etc, pero amigo, llega el batacazo, comienzan a salir a relucir los supuestos delitos de blanqueo, de malversación, de cohecho, de, de, de y mil veces de. No hay problema, dejemos pasar el tiempo que hay más de cien mil bocas tapadas entre policías y guardias civiles; son el as en la manga del Gobierno que ocupe la Moncloa, sea rojo, verde o amarillo, de derechas, de izquierdas o del centro. Quien me conoce lo sabe, no me interesa la política en absoluto porque ya hace años que me di cuenta de que la escoba grande está guardada detrás de la puerta del Congreso de los Diputados para barrer hacia dentro siempre, junto a la sartén gorda para meterle en la cabeza al que menos culpa tiene.

   Veremos a qué punto llegamos, de momento estoy seguro de que los de la bata blanca van a tener trabajo al llegar las Pascuas (y no precisamente conmigo, porque nunca ha sido ni será mi estilo), pero de verdad, no hay derecho, no hay por qué recortar en langostinos, turrones o regalos de reyes para sufragar lo que otros fueron tirando por la borda con los ojos vendados y las manos ocupadas por botellas millonarias de champagne.

   Como se dice en los toros: ¡Que Dios reparta suerte!.

    Buenas tardes a tod@s

martes, 10 de julio de 2012

Madre no hay más que una. Felicidades.




   Me llena de nostalgia y sentimiento pensar que algun@ de mis seguidores lea el post de hoy pudiendo llegar hasta lo más hondo de vuestros pechos, añorando a vuestras madres pero debéis de comprender que igual que cuando ellas vivían a vuestro lado, todas mis palabras de amor y respeto hoy se dirigirán a la mía, a mi Anita, a mi morena de melena larga y cariño desmedido por los suyos.

   Abro mi corazón hoy, mamá, con la misma alegría con la que se abren las puertas del armario una mañana de abril para coger una camisa de manga corta y poder disfrutar de un hermoso día de primavera tras el largo y duro invierno.

   Como rezaba en la tarjeta pegada en el ramo de flores que hemos decidido enviarte hoy, era impensable poder pasar por alto un día como hoy, un diez de julio, tu cumpleaños, pero aún más, tu primer cumpleaños como abuela. No se aprecian canas en tu melena perenne, no muestras decadencia en tus gestos de cariño, no varías tu amabilidad para con los demás, todo lo contrario, crece en ti lo positivo y no aparece por ningún lado el egoísmo, el rencor o la desidia, adjetivos que nadie jamás habrá podido usar para describirte.

   Sólo es posible describirte como la madre del siglo XXI que aún hoy hace rosquillas, bizcochos, muñecos de ganchillo, toquillas y tantas y tantas cosas que para mi (lo siento por mi mujer, mis abuelas, mi suegra y demás familiares y amigos) nadie podrá hacer como tú. Por muy bien que mi mujer planche o doble la ropa, o incluso yo mismo cuando lo hago, ¿quién no piensa en ocasiones como le dejaba su madre una camisa preparada para el día siguiente?, por muy bien que nadie pueda cocinar (y repito mi mujer es extraordinaria en todo), ¿quién no hace memoria recordando sabores e incluso olores de las comidas de su madre?, por muy bien que nos pueda cuidar un familiar o nuestra pareja cuando una enfermedad nos aborda, ¿quién es capaz de igualar los cuidados de una madre?, podría seguir lanzando preguntas al aire y cada uno encontraría la misma respuesta, "mi madre, siempre mi madre".

   Estoy convencido Anita de que no podrás creer la imagen cuando se produzca ante tus ojos, Laia en mis brazos... Pero el sentimiento es mutuo, la abuela Esperanza te aportó el don de la vida, tú siendo muy joven me lo aportaste a mi, hoy, fruto de nuestro amor que sin duda será perpetuo, Marta ha dado vida a lo que para nosotros hoy es punto de partida y final en todo instante, Laia, tu nieta, mi hija, ¡qué grande es la vida!.

   Y quizás algún día mamá, esperaré a Laia a la salida del colegio en la misma puerta pequeña del gimnasio en la que tu nos esperabas a mi hermano y a mi, o tal vez sea lo pesado que tú eras conmigo en la búsqueda de una educación que hoy guardo como oro en paño, y seguro que tendré que encubrirle alguna mentira piadosa, aún sabiendo de su existencia, para no ponerla en evidencia, como tantas y tantas veces tu hiciste conmigo.

   No me extiendo más, todo giraría como un molino, en la misma dirección, en el camino que me lleva hasta el amor más hondo hacia tu persona, tu carácter y tu bondad. Siempre tendrás mi respeto y pido a Dios que te guarde ante mis ojos mucho tiempo, así de guapa, así de buena, así de... así de Anita. Te quiero mucho mamá, feliz cumpleaños.

   Buenas noches a tod@s

sábado, 7 de julio de 2012

Tus primeras rebajas




   Querida Laia:

   Como de costumbre, era de esperar que tras coger la rabieta típica cuando te entra el sueño, en brazos se te pasarían todos los males y no nos hemos confundido, pero esta vez he sido yo el que te llevaba sobre mi hombro.

   No sabíamos ni mamá ni yo como llevarías el bullicio de la gente, el aire acondicionado fuerte de las grandes superficies, pero bueno como el que no arriesga no gana hemos decidido llevarte a dar una vuelta por Plaza Norte 2, uno de los mejores centros comerciales que yo he conocido nunca.

   Te habrás inflado de dar vueltas corazón, pero este año es uno de esos en los que las bodas inundan nuestras agendas y como uno sigue siendo un poco presumido no le gusta repetir atuendo por tanto esta tarde lo que buscábamos era un traje para papá, pero no ha habido suerte, tenemos que seguir buscando la semana próxima.

   Me hacía gracia verte calamadita sobre mi hombro, con tus pequeños pero expresivos ojitos mirando hacia todo (por cierto, creemos que al final los vas a tener de color verde, pero no estamos seguros del todo). Te llamaba la atención lo estático, el brillo del mármol del suelo y las paredes, también el movimiento, las jovencitas arregladísimas con sus mini mini mini faldas y sus tacones que iban eléctricas mirando todos los escaparates para fundir los cuarenta o cincuenta euros que sus padres les habían entregado tan sólo media hora antes como presupuesto, incluso me ha sorprendido verte mirando fijamente a un chico de rasgos latinos que promocionaba en un estand la famosa maquinita de quitar "pelotillas" a la ropa. Mirándolo bien es una compra excelente, porque como están los sueldos no se puede uno estar comprando ropa nueva todos los meses.

   Mi pequeña Laia, parece que se nos está pasando muy lento el tiempo, pero ya hoy cumples tres meses de vida y si bien es cierto que han sido tres meses durillos, soy reacio a pensar que vas cogiendo cuerpecito de "niña pequeña" y vas saliendo de la descripción de "bebé", el tiempo no vuelve atrás y de aquí a nada me veo convenciendo a mamá para que te de veinte eurillos más para que aproveches las rebajas y llenes el armario empotrado de tu habitación verde de "trapitos" nuevos, como dicen las chicas de hoy en dia. Pero eso si, no se qué será lo que se lleve cuando tu tengas 15 o 16 años, pero lo que si te aseguro es que tratarás con mamá el presupuesto de compra y conmigo, exclusivamente conmigo las características de los "trapitos" a comprar...

   Me consuelo con saber que aun mañana serás pequeñita cuando te despiertes y volverás a hacer pedorretas como la que hoy me ha hecho explotar de risa, es que me han llegado las babas hasta la frente. Pero me quedo con otra satisfacción aún más grande, que te he tenido sobre mis piernas y apoyada en mi tripa viendo el primer encierro de San Fermín, como decía en mi post de ayer, ¿quién me iba a decir a mi cuando veía los encierros en Munera con tu bisabuela que hoy vería a los toros de Dolores Aguirre correr en Pamplona con mi hija sobre mis piernas?, tengo que conseguir mi propósito de hacerte una extraordinaria aficionada y a los toros en las Ventas se tiene que ir elegante así que vete aprendiendo el camino de Plaza Norte y recordando las fechas en las que se desarrollan las rebajas, aunque tú siempre has estado desde el primer dia preciosa y lo estarás siempre pequeña.

   Buen domingo para tod@s

viernes, 6 de julio de 2012

Viva San Fermín




   Sonó puntual el chupinazo de este año 2012 en el cielo pamplonica a las doce de la mañana. Una hora a la que casi todos los mortales se tomarían ese café con leche para engañar un poco al estómago o una cañita con una tapa pequeña para no perder el hambre del todo, pero en Pamplona hoy era distinto. Al igual que lo que restan de fiestas, son días en los que la mayoría de la gente enganchará la cogorza bien temprano y no la soltará hasta entrada la noche, cuando las piernas y la cabeza no aguanten más, en ese momento habrá que buscar un trozo de césped libre, donde no haya nadie siendo atendido por las ambulancias por el coma etílico, o donde no haya una pareja jugando a los médicos.

    Al margen de eso, serán días en los que vayas por donde vayas, todas las calles apestan a vómito y orín. Cantidad de jóvenes y no tan jóvenes de todos los países del mundo visitan Pamplona para conocer esta impresionante y famosa fiesta de los San Fermines. De hecho, en las imágenes de los telediarios o de los encierros se pueden ver chinos con su pañuelito rojo, norteamericanos rubios como las candelas con el atuendo típico de pantalón blanco, camisa blanca y zapatillas deportivas, centro americanos que gritan un ¡viva Colombia! mientras levantan el vaso de calimocho de litro, etc etc etc.

   Pero deseo hacer un inciso en lo que a lo taurino se refiere.

    Si algo caracteriza a los San Fermines son los encierros. Me vienen a la memoria las imágenes de mi abuela Esperanza y yo, siendo bien pequeño, sentados delante del televisor para ver los encierros. Yo casi todos los veranos por estas fechas ya llevaba varios días de vacaciones en Munera, solía dormir en la misma habitación que mis abuelos, en una cama que está aún hoy colocada perpendicular a los pies de la de ellos. Ya la noche anterior yo le pedía a mi abuela que me despertase para ver los encierros la mañana siguiente, ella madrugaba mucho para dar de comer a las gallinas, barrer la puerta con su escoba artesanal realizada con materia prima del campo, y refrescar la acera con un cubo de agua y la única ayuda de la palma de su mano, parece que la estoy viendo...

    Mañana, como cada mañana de encierros, la imagen del Santo Patrón hará el recorrido del encierro en brazos de alguien de la Corporación Municipal hasta llegar a la capilla ubicada hacia la mitad de la Cuesta de Santo Domingo, una calle con un 6 % de desnivel que los toros recorren cuesta arriba por el asfalto desde los corrales. Sonarán los tres cantos típicos de los mozos pidiendo ayuda a San Fermín, es inevitable que en los 825 metros del recorrido haya algún herido, y casualidades de la vida, hay un alto porcentaje de éstos que son extranjeros y están ebrios. El gran problema es que el toro cuando embiste no da avisos previos y alguno de estos foráneos regresan a su país en avión, a gastos pagados en un caja de pino. Ya lo dice el dicho, la risa casi siempre acaba en llanto y con el toro, aún siendo profesional, se ríe uno muy poco.

   De hecho, son conocidas en el mundo taurino las hechuras de los toros que los ganaderos reservan para San Fermín, suelen ser toros serios, de importantes pitones, fuertes de kilos y bien entrenados, ya que saben de antemano que tendrán que correr el encierro por lo que son movidos bastante en el campo para que se encuentren en plena forma el día que les toque correr por la calle Estafeta.

   Muchos toreros son reacios a torear en la plaza de toros de Pamplona, unos porque alegan que los toros están reventados del encierro y después no valen para la lidia, otros porque dicen que el ambiente de juerga que hay en los tendidos hace imposible estar centrado en el toreo y otros como Enrique Ponce, El Juli, El Cid, Morante, Cayetano, Perera o Talavente, consideran que cobran poco por los derechos de imagen de las corridas televisadas. En fin, que hay para todos los gustos, pero como siempre los que tienen su carrera bien encauzada pueden elegir y el que no entra en este grupo tiene que ponerse delante de lo que le salga por toriles para jugarse la vida y así poder seguir soñando con ser algo en el mundo del toro, ya sea el morlaco negro o colorao, astifino o veleto, manso o bravo, hay que jugársela.

   A mi mañana me tocará ver los encierros en el trabajo, esperemos que no haya que lamentar víctimas en este primer encierro de San Fermín 2012.

   Buenas noches a tod@s