jueves, 9 de enero de 2014

¡Ojo! Que el asunto no es "moco de pavo"



   Invito a todo aquel o aquella que lea mi blog a que contemple con atención el siguiente video: http://www.youtube.com/watch?v=VtYtOOEC-aE en él se puede observar a un Capitán Psicólogo de la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil, hablando en primera persona de varios asuntos extremadamente importantes. De todos ellos yo destacaría ese crudo recuerdo que siempre perdurará en mi memoria, el recuerdo del primer accidente de tráfico con resultado de fallecidos que me tocó atender.

   A veces, uno se esfuerza con ahínco en que ese residuo fatídico desaparezca, pero no es tan sencillo; por el contrario, también existen los recuerdos que no se desean perder, que son didácticos y sirven para madurar. 

   Precisamente uno de esos recuerdos didácticos que guardo en mi retina y en mi memoria es el de mi primera detención. Mis profesores estimaron que mi periodo académico había sido superado, por tanto, las puertas de mi carrera se abrían para despegar y comenzar a forjar mi profesión. Joven, muy joven, con apenas 19 años de edad y un primer destino turístico y transitado, San Pedro del Pinatar, Lopagán, Murcia. Siempre tuve claro que cada uno de mis pasos deberían ser firmes, que el retroceder para volver a marcar una huella emborronada sería peliagudo, por ello y porque uno con esa edad es capaz de comerse el mundo, fueron vitales los consejos de los veteranos.

   Nouar El Afraic era un chaval de mi edad, marroquí, compartía piso con tres compatriotas, al parecer una discusión boba y sin ninguna repercusión finalizó en que uno de los inquilinos estrelló su puño contra la mejilla de Nouar, éste irritado e impotente cogió un cuchillo de cocina y apuñaló a su agresor en una pierna. No era para nada agresivo, pero la situación se le fue de las manos y tuvo que afrontar las consecuencias. Lejos de escapar, llorando como una magdalena, sin camiseta, en chanclas y con un pantalón corto lleno de sangre de su compañero de piso esperaba nuestra llegada sentado en la acera. El Brigada me dio la orden concisa de introducirlo en el coche debidamente inmovilizado, temblando más que él saqué mis relucientes grilletes de una funda que aún le quedaban muchas horas de servicio para "domar" esa piel de vacuno que no había quien la doblase. Aun recuerdo el baño de alcohol que le di a los grilletes nada más encerrar a Nouar en los calabozos para eliminar cualquier resto de sangre. Por cierto, guardo el recorte de prensa del día siguiente como oro en paño.

   Todos estos recuerdos me venían hoy a la memoria al ver en el telediario una grabación de dos vigilantes de seguridad, apaleando en Torrevieja a un matrimonio en presencia de sus hijos. Sin duda unas vacaciones en nuestro país las de este matrimonio que no olvidarán en su vida, y los menores menos aún. 

   No soy jurista, ni político, ni nada que se asemeje. Mi opinión no cuenta para las reformas de leyes como la de seguridad ciudadana, doy por supuesto que en un colectivo como el de los vigilantes de seguridad, como en cualquier colectivo, habrá de todo, personas que sabrán exprimir la inteligencia de la palabra para aclarar multitud de asuntos, liger@s de porra y puntapié, meros receptores de sueldo que en vez de vigilar whatsapearan a toda la lista de contactos y los que como yo, se lo piensen mucho antes de sacar los grilletes de la funda, que por cierto, después de casi catorce años ya está muy bien "domada". Detener a una persona no es pegar una patada a un pobre gato, sabiendo de antemano que no podrá nunca hablar para acusar a su agresor, para mi la detención serán siempre palabras mayores. Para mi, como titulo el post de hoy, el asunto no es "moco de pavo". Los ladrones, antes de entrar a robar deben tener claro por donde deben salir para no ser atrapados, pues lo mismo debe hacer el que está para coger ladrones, cada uno sabrá como actuar para no pillarse los dedos.

   Buenas noches a tod@s.