Estoy completamente convenido de que el querido y admirado Pedro Fornés, no esperaba ni mucho menos que su coqueta plaza de toros llegaría a estos extremos.
Quien conoce el coso de la imágen sabe también de la mala suerte que ha corrido el mismo, para quien no lo conozca, paso a dar a conocer en dos lineas la situación:
La bella plaza de toros de Munera fue construída en 1913 con los fondos de un excelente aficionado, Don José Antonio Fornés Arenas, el cual, pasó el testigo a su hijo, Pedro Fornés, mejor aficionado si es que era posible. Durante la etapa en la que los Fornés regentaron la plaza, los mejores toreros hicieron el paseíllo en las tradicionales corridas de la Feria de Munera, entre el 20 y el 25 de Septiembre de cada año. La afición munereña y de la comarca en general, presumía de plaza, hacía alarde de su extraordinaria afición taurina y los tendidos de sol y sombra se llenaban "a reventar".
Pero aquella etapa, irremediablemente con el paso de los años, dio paso a otra. Don Pedro Fornés fallece y deja en su herencia la plaza de toros a un sobrino, Antonio Paños, con la única condición de mantener la celebración de un mínimo de dos festejos anuales en Feria. Pero la cosa no queda ahí, tras más de 18 años de trato interminable, Antonio Paños se la vende a Víctor Rubio.
Quien conoce al citado Víctor, sabe de su atracción por los billetes, cuanto más grandes mejor. Ahí empezó la decandencia de la plaza de toros de Munera. Desde que soy niño recuerdo huecos en los tendidos, cambios injustificados en los carteles anunciados, precios de las localidades que parecían más de plazas como Las Ventas o la Monumental de Barcelona. Todo ha sido echar piedras al camino, mala gestión: ni un duro en pintura para las tablas, ni un torero medio decente para justificar el precio de la entrada, ni un mal parche de hormigón, un desastre. Constantes desacuerdos con el Ayuntamiento para acordar el reparto del posible beneficio de la taquilla, en una palabra, todo al garete.
El Señor Víctor vive en Paraguay, dedicado a no se qué cosas, creo que a traslados de ambulancias aprovechables, desde España al otro lado del charco, es aficionado al toro "de medio pelo", y su relación con el pueblo de Munera ha finalizado, debido a lo mucho que ha tensado la soga y a sus faltas de respeto por doquier. ¿Quien paga? el pueblo de Munera y su centeraria plaza, anunciada en internet como si de un juguete se tratase.
El precio inicial del coso es de un millón de euros, que seguro que si lo cobrase mi amigo Víctor lo donaría a la ciencia o lo gastaría en apadrinar niños de Sudáfrica... Aunque estoy seguro que quien llegase con la mitad o incluso menos, se quedaría con las llaves de la centenaria. Yo desgraciadamente no tengo ese dinero, pero si tengo en mi posibilidad el hacer unas fotos a la plaza y anunciarla en mi blog, para que nunca vuelva a suceder lo que sucedió, que un desalmado deje volar una propiedad tan valiosa como esta.
La plaza cuenta con un amplio embarcadero para bajar y subir el ganado desde la plaza al camión, existen tres amplios corrales y un pasillo descendente que conduce a los chiqueros; ésta sería la zona que a mi juicio más requiere de trabajos de reforma (carpintería, etc). El coso es de Tercera categoría, cuenta con un aforo de 3.000 localidades, dispone de dos entradas (tendido de sol y sombra), los baños deberían de ser reformados ya que son urinarios antiguos. Justo al lado de la entrada de la sombra existe un pequeño bar y una casa aneja al tendido que podría ser ocupada por un guardés. En cuanto al patio de caballos, decir que cuenta con una pequeña capilla, un desolladero contruído hace unos diez años y unas instalaciones totalmente destruidas donde antaño se ubicaba la enfermería.
En definitiva, mi conciencia se quedaba más tranquila si hacía este anuncio público. Adjunto fotografías realizadas este mismo fin de semana, si alguien estuviese interesado que me lo haga saber, o que directamente busque el anuncio en la página de Milanuncios.
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