De la misma manera que dos más dos son cuatro, era consciente de antemano que la tarde de hoy me depararía guasa. Al fin y al cabo era otra tarde de operación salida más para echarme a las espaldas y por lo general, siempre suelen suceder cosas que no dejan de sorprenderte por muchos años que trabajes.
Sólo dos ejemplos: Alguien cree que es normal que un pijin de los de pantalón de pinzas a la altura de las axilas y zapatos castellanos relucientes desatienda los consejos del personal de un concesionario, recoja su coche a estrenar y por no repostar en la gasolinera anexa a la Toyota y querer llegar a casa se quede parado justo en mitad de la M-40???? Gracias a Dios que nos ha pillado justo al lado y le hemos propuesto empujarle para apartarle de en medio, eso sí, me daban ganas de darle un sartenazo cuando no quitaba la marcha para permitir que le empujásemos con toda la M-40 cortada para el del peinado a raya; es más, ha habido que invitarle a bajar del coche para que pesase menos y de paso nos ayudase a empujar... en fin, paciencia que nos faltaba otra desdicha.
Una señorita que circula tan tranquila y observa dos perros en la calzada abandonados. Pobres animales (pensó la rubia de bote), al ir a calmar a los perros que tienen el rabo entre las patas de ver pasar coches y más coches, casi la hacen ganar el concurso de disfraces de la noche de Halloween, le han pegado un bocado en el brazo que casi se lo arrancan, te digo yo que...
Seguro que Yolanda, la persona a la que quiero dedicar mi post de hoy ya habrá soltado un par de carcajadas. Hoy me expresaba a través de facebook su simpatía por mi blog, claro, al no ver comentarios suyos al igual que de otra mucha gente, yo desconozco si me leía o no, pero me ha confirmado que si afortunadamente.
Como breve resumen diré que Yolanda Carnero G (prefiero omitir el segundo apellido), fué compañera mia de clase durante al menos ocho años, ya que no recuerdo si a párbulos llegamos a ir también juntos. Era una chica pecosilla, inquieta como una salamanquesa, chinchona, estudiante del montón (tampoco se mataba a estudiar) pero a pesar de todo, a mi hasta llegaba a gustarme. Pero la jodía me daba calabazas y encima me hacía rabiar cada dos por tres, así que pronto tuve que tirar la toalla.
Hoy la admiro por varias razones, pero esencialmente son enumerables cuatro. La primera: es una chica que desde que tuvo la oportunidad no ha parado de trabajar para sacar su hogar adelante junto al que hoy es su marido. La segunda razón, la tercera y la cuarta van asociadas, son sus tres preciosas hijas. En muchas ocasiones, me he visto absolutamente desbordado por Laia, por su nerviosismo o por la cantidad de trabajo que supone un bebé y mucho más cuando por cualquier circunstancia no ha estado mi mujer conmigo en ese momento. Cuando veo tus fotos en la playa Yolanda con tus hijas, cuando veo tu disposición para preprararles la mejor tarta de cumpleaños, crece mi admiración tanto por ti como por tu marido. Quizás, de la misma manera que a mi no sueles hacerme comentarios en el blog, tampoco yo te expreso mi admiración, pero hoy públicamente lo hago.
Es más, tan sólo ver la carita de tu segunda hija, me viene a la mente la castañita jodona que se divertía pintándome las hojas de los libros o dándome codazos sin que te viese Don Juan, pero vamos, te aseguro que las tengo todas guardadas para el día que te coja sin cinturón de seguridad en la rotonda de Silillos. Desde aquí mi abrazo para tí y toda tu familia, no dejes de leerme.
Al resto, por favor si os vais de puente madrugar, echar gasolina, cargad los móviles, no acaricies perros desconocidos y disfrutad mucho, todo lo que os sea posible, que ya sabéis: ... ¿Qué es la vida? un frenesí ¿Qué es la vida? una ilusión, una sombra, una ficción, y el mayor bien es pequeño, que toda la vida es sueño, y los sueños, sueños son. Me encanta...