lunes, 4 de febrero de 2013

Alcolea en la onda




   
   Mi primera aparición en la televisión fue temprana, tan sólo tendría unos nueve o diez años. Mientras jugábamos en la plaza de la iglesia de San Pedro una tarde de invierno, antes de entrar a clases de catequesis, se nos acercó un señor de mediana edad, vestido con pantalones vaqueros y un palo metálico muy largo en una de sus manos. Mi abuela Alejandrina a diario me metía miedo con eso de que nunca se puede hacer caso a los desconocidos, además no se cómo se las apañaba, pero casualmente  todos los días me contaba que en el telediario había salido un niño que habían raptado en cualquier ciudad, u otro que habían matado en otro sitio, o que una amiga suya le había dicho en la peluquería que había un tío suelto por Alcobendas que se había escapado de la cárcel...

   En definitiva, que con los sesos alborotados por tantas historias macabras de peluquería de barrio, cuando se nos aproximó el señor del palo metálico largo casi me hice todo en los pantalones pensando que era el fugado de la cárcel y me mandaría a Marruecos para venderme, pero no, era un técnico de sonido de la serie "Ay Señor Señor", protagonizada por Andrés Pajares y Javier Cámara.

   El citado señor, lo único que nos propuso fue actuar de bulto en una secuencia en la que Pajares y Javier Cámara pasearían charlando, nuestra función era estar sentados en un banco de piedra, simulando una animada conversación en la que debíamos de gesticular mucho. Bueno, pues esa fue mi primera aparición, de bulto y con un chandal de color morado horrible, de esos que hacían más ruido al rozar las piernas caminando que un elefante en una chacharrería.

   A finales de los noventa, cerca de casa de mis padres, telecinco alquiló un gran local que hacía esquina para grabar a diario el programa El Informal, con Florentino Fernández y Javier Capitán como atractivos, además de una por aquel entonces desconocida Inma del Moral, que hacía las delicias de todos los adolescentes plagados de acné que nos juntábamos por allí. Tras los presentadores había un cristal que permitía la visión del público que allí se ubicaba y junto a mi buen amigo Miguel Ángel Galera, salimos dos días asomando la cabeza entre los hombros de los presentadores, si bien, para pillar buen sitio había que estar allí como mínimo dos horas antes del comienzo de la grabación.

   Después de aquello, ya de adulto he aparecido varias veces en televisión, pero siempre relacionado con mi trabajo, operaciones salida, controles de pesaje de camiones, o escuchando recientemente por transmisiones el mensaje lanzado por Su Majestad El Rey a los miembros de la Agrupación de Tráfico.

   Pero hoy por hoy, lo que me quita el sueño es mi debut en radio. No podía ser de otra manera, será hablando de toros, de mi pasión, de mi sueño de llegar a ser un reconocido fotógrafo taurino. Esta oportunidad me la ha brindado el fenómeno que figura en la fotografía de hoy, Diego Cervera, el cual con el mismo valor de un torero, se ha embarcado en un proyecto ambicioso pero desgraciadamente, carente del presupuesto que se merece por la situación actual del país.

   Él cree que yo le hago un favor asistiendo a su programa, pero indirectamente es él quien me lo hace a mi, al llenar mi pecho de orgullo por la posibilidad de que los aficionados escuchen mis argumentos y mi manera de ver el arte de la fotografía taurina, lo que yo siento tras el objetivo. Ya aportaré más datos el viernes por Facebook para todo aquel o aquella que quiera ver las fotografías realizadas en el estudio o escuchar el programa de El Tercer Aviso, en Cope Madrid Sur.

   Buenas noches a tod@s.

4 comentarios:

  1. suerte, vista y al..... micro

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  2. Mucha suerte Jose . Estoy segura que vas a quedar genial "como siempre" . Un beszo , tu tata.

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  3. Ojuuu, que nervios joeee!!! Que nota nadie y no me como a nadie!!!

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  4. Ojuuu, que nervios joeee!!! Que nota nadie y no me como a nadie!!!

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