viernes, 1 de febrero de 2013

¿Mejoras sustanciales? ¡Dios quiera!





   En el instante en el que decidimos montar nuestra casa para instalarnos lo antes posible, se hizo un tanto cuesta arriba el asunto, ya que había que invertir una cantidad de dinero bastante suculenta; debían adquirirse muebles, enseres y electrodomésticos entre otras cosas. Pero algo si que teníamos claro, que la lavadora tendría que ser de buena calidad ya que en nuestro trabajo diario es habitual manchar los polos y pantalones de grasa o humo, pero aun desconocíamos que cuando más trabajaría el citado electrodoméstico sería a la llegada de Laia.

   El tambor de la lavadora en ocasiones parece emitir humo, acaba la ropa de color, para seguir con la blanca, para empezar luego con la ropita de la pequeña y terminar con los uniformes. Si que es buena si.

   Hoy vino a Madrid desde Albacete mi amigo Salva para llevar a cabo unos asuntos particulares, al término de éstos, me hizo una llamada telefónica para avisarme de su disponibilidad e ir organizando la comida, tras la cual regresaría a La Mancha.

   Debido a que Marta tenía que trabajar Laia nos acompañó. Comimos en el restaurante donde Marta y yo celebramos nuestra boda, Restarurante Casa Juaneca (recomendable ciento por ciento a quien no lo conozca). A pesar de que Laia anduvo inquieta pudimos degustar un bacalao a la brasa yo y un solomillo Salva que podían resucitar a un muerto. Se avecinaba la hora de la merienda de mi pequeña, con lo que la sobremesa fue breve y concisa, retomando enseguida el camino de vuelta hacia Alcobendas.

   Una vez en casa y ya casi finalizando Laia vomitó un poco de su merienda, algo normal en los bebés y más aun si tienen moquetes como era hoy el caso. Lo que no esperaba yo era que en el momento en el que estaba cambiando a la niña el pijama que había ensuciado, le viniese otro regalo que hizo que el segundo en cambiarme fuese yo, en definitiva, que la despedida de Salva fue casi un trámite a cien por hora, cosa que me ha hecho sentir no muy bien, la verdad, parecía saliendo de casa sin ser amablemente acompañado que era mi vecino de enfrente de toda la vida en lugar de ese compañero de asuntos taurinos habitual pero tan sólo telefónicamente.

   Termino aludiendo al titulo de mi post, rezando al que habita en las nubes, para que a pesar de los paréntesis normales de un bebe, Laia nos regale más a menudo noches como la pasada, que tan sólo se despertó una vez para tomar su biberón, permitiendo a sus papás dormir un número de horas "decente". Pequeñita, hoy te vas a portar igual de bien o mejor ¿a que si?.

   Buenas noches a tod@s y buen fin de semana.

1 comentario:

  1. Si, efectivamente me fui muy ofendido, hasta el punto que desde ese mismo momento decidi no dirigirte mas la palabra en la vida, asi como destituirte en el cargo de mi representante para asuntos taurinos.
    La verdad es que lo hiciste fatal, por que lo que procedia en ese instante era dejar a la cria sola en la cama, desnuda con dos kilos de pota chorreando por el cuerpo, y tu, con otros dos kilos chorreando por tu camisa, te tenias que haber venido a la puerta a charlar un rato antes de despedirnos con un calido abrazo. Si si, digo un calido abrazo porque nos hubieramos quedado pegados (como la cancion de Sergio Dalma) y parte de la pota me la hubiera llevado puesta yo hasta que tres horas mas tarde llegara a Albacete y me pudiera duchar.
    Anda majete, ¿por que no te vas un rato a pasear por el campo a ver si te da el fresco y asi se te pasa mientras el sentimiento de culpabilidad?
    ¡No me jodas, anda!

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