Decisiones, elecciones, sólo una vida.

   Querida Laia:

   Por supuesto, eres aún muy pequeña para darte cuenta de que papá este fin de semana viajó a Munera para llevar a cabo la vacunación anual de los animales que allí tenemos, y por consiguiente tu corazón no me echaría en falta, lógico. En cambio mi caso fue totalmente distinto, cada día que pasa me cuesta más alejarme de tu cuna de puntillas en la oscura habitación y más aún, me es más y más difícil no darte un beso para no despertarte de ese sueño tan frágil que posees, con lo que no verte en dos días se me hace un auténtico mundo.

   Tengo que admitir que en ocasiones, me pesan tanto los párpados que hasta me plantearía hacer algún ruido adrede para no sentirme como el único bobo que abre las calles del barrio cuando no son ni las seis de la mañana, pero una vez que el agua helada ha contactado con mi rostro, planteo la jornada como el regalo que Dios nos aporta y la oportunidad de vivir esa aventura de un puñado de horas que tengo por delante. 

   A esa mañana le sucederá una tarde, que dará lugar a una noche, y así un día, y otro día. Antes de éstos, ya se han agotado otros muchos, meses, años, décadas incluso. Está claro pequeña que cada época en la vida ofrece la oportunidad de vivir situaciones acordes con la situación en la que nos encontremos.

   A ti te llegará tu primer día de cole (nos inflaremos a llorar todos, pero bueno), traerás tus primeros deberes a los que estaré encantado de ayudarte a desarrollar; formarás tu circulo de amigas y amigos, saldrás, entrarás, en definitiva, te harás una mujer con todo lo que ello conlleva, pero una cosa si que es cierta y más clara "que el caldo del asilo", vida no hay más que una, por lo que debe construirse firme y tenzamente.

   Hoy he visitado a mi amigo Justo Algaba, el mejor para mí de los sastres de toreros, y he podido hacer fotos al torero de Munera, José María Arenas, el cual, dicho sea de paso se está haciendo un vestido de torear de los más bonitos que nunca he visto, eso sí, está en buenas manos. A la salida de la sastrería Jose María y yo hemos hablado de muchas cosas, de caza, de toros ¡cómo no! e incluso hemos tratado en dos pinceladas de la fugacidad de la vida. En ese momento me vino a la cabeza un comentario que me hizo otro amigo hace tan sólo dos semanas. ARC son las iniciales de un compañero que fue a mi colegio en la época de EGB. Es de mi edad, era un chico guapo, con dos ojos azules preciosos e incluso íbamos a clases de Judo juntos.

   Pues bien, hacía años que no sabía de él. Me hubiera gustado seguir ignorando su vida, pero no Laia, no puede ser así, porque ya soy conocedor de que calló en el infierno de las drogas, en la red de la cocaína, picó el anzuelo del querer más y más y más, lo que le llevó a aceptar ganar un dinero extra haciendo portes de polvo blanco. Mala suerte, le trincaron y actualmente cumple condena en prisión.

   Al parecer no hizo caso de su familia que le recomendó asistir a un centro de ayuda en Barcelona, y a pesar de que le pagaron un billete de avión para acudir al encuentro de la citada ayuda, prefirió pasar un fin de semana de "arte" en la ciudad Condal para luego regresar sabe Dios cómo a Madrid y seguir con sus historias.

   Equivocó su elección pequeña, cogió el camino inadecuado, desaprovechó la oportunidad de buscar un pequeño o una pequeña como tú, de formar una familia y ser lo más feliz posible. Lástima, de corazón que me da lástima y me obliga a tragar saliva la situación de este pobre.

   Recuerda Laia, no porque el camino esté más llano y limpio de broza aparentemente sea el mejor. Lo normal es que encuentres cuestas arriba, cuestas abajo, chinas, pedruscos, charcos, de todo, pero con buen calzado y un bastón rígido de olmo donde apoyarte llegarás a alguna llanura donde seguro que disfrutas tomando el sol de la primavera. Si tienes alguna duda de cual elegir, no dudes en consultar a papá y mamá, que estaremos muy cerca tuya para recorrerlo a tu lado.

   Te quiero mucho pequeña.

   Buenas noches a tod@s.