viernes, 24 de mayo de 2013

Las Ventas 24 de Mayo de 2013



   Los toros de Don Victoriano del Río para la corrida de Pamplona descansaban antes de ayer plácidamente en la dehesa.




   De la misma forma, "Artillero" intentaba despistar con sus orejas a las moscas que le incomodaban y le impedían disfrutar de ese momento tan placentero tras almorzar sus correspondientes kilos de pienso. Esas orejas que le servían de abanico tenían dueño, un joven matador de toros que tenía que quitarse una espina clavada muy honda en su valiente corazón.




  Junto a "Artillero" (derecha), "Embarrado" (izquierda) y otros cuatro toros de inmejorable presencia esperaban pacientemente la llegada de ese camión que en la madrugada del día siguiente les trasladaría a la plaza más importante del mundo, la Monumental de Las Ventas.




   El aspecto hoy del coso venteño no podía ser mejor, ya en los alrededores se apreciaba la expectación. Imposible consumir nada en los bares instalados en el ruedo debido a la multitud. Don Victoriano caminaba despacio hacia el Patio de Arrastre, iba pensativo, con la mirada inquieta tras sus gafas ahumadas. Llegado hasta donde yo me encontraba intercambiamos unas leves palabras, lo típico, "¡Suerte Don Victoriano!, "Gracias Jose, que disfrutemos todos es lo que hace falta", mi admiración por este Señor y toda su familia va en aumento.



  Este señor quería registrar el aspecto de la impresionante Plaza de Madrid.




   Localidades más incómodas...




   Gomina, gafas de sol, americana y ¡a los toros!




   Aficionados que no terminaban de verlo claro




   Otros que buscaban a su esposa, que para no discutir, tiene el abono en la otra punta del coso




    Señoritas muy elegantes




    También elegantes los caballeros




   El de lo refrescos que se preguntaba, igual que yo,  dónde está la crisis




   Puros de infarto que casi habría que llevar un soplete para encenderlos


   Por fin Talavante formó el lío con una faena cumbre a un toro cumbre "Artillero"



   "¡¡Presidente!!, dale las dos orejas que como baje..."



   Y se las dió, vaya que se las dió.




   Y se abrió el cerrojo de la Puerta Grande de la calle de Alcalá 

   

   Todo ello narrado por excelentes profesionales como el matador de Albacete, Maestro Manuel Caballero.

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