Querida Laia:
Ayer, cuando esperaba sentado frente al sillón donde a Mamá le hacían la prueba de monitores para comprobar que todo en el embarazo marcha correctamente, al escuchar el latido apresurado de tu corazoncito pensaba en algo que lejos de preocuparme, diría que me sorprende, la fugacidad de la vida. Por eso precisamente, por lo rápido que dan vueltas las agujas del reloj, debemos rodearnos de buenas personas para que, aunque rápido, todo nos vaya lo mejor posible. En la fotografía que encabeza mi pequeño artículo de hoy aparecen dos amigos, amigos de los de verdad, de los que igual que yo, tú en un futuro, irás asignando a cada dedo de una sóla mano.
Desde los tres añitos, cuando tu abuela o la tía Paqui me llevaban a preescolar, cursé estudios en un colegio de Alcobendas, el Juan XXIII. Finalizados esos dos años de preescolar más los ocho cursos reglamentarios de la ya extinguida EGB, con 13 años marché al distrito de Fuencarral, a un colegio de monjas, el Sagrado Corazón donde realicé BUP y COU. De este último y sin desmerecer al anterior, recordaré siempre dos cosas, la primera, el altísimo nivel de estudios que se poseía y la exigencia de nuestros profesores, y la segunda y fundamental, lo que me reí, las personas tan extraordinarias que me rodeaban y el lazo con cien mil nudos que hice con Antonio y Santi, los cuales aparecen en la foto de arriba. La verdad es que nuestras notas, en lugar de calificaciones parecían partidos de tenis por el número de suspensos, seis, siete, seis... Gracias a Dios a ninguno de los tres nos ha ido mal en la vida, los tres tenemos nuestros trabajos, nuestros hogares, hemos encontrado nuestras medias naranjas e incluso Antonio ya mece entre sus brazos a Miguel desde hace tan sólo unos dias y anda ya haciendo planes para ver si podemos ser consuegros en ese futuro que llega volando.
Hoy he mantenido con mi compañero de trabajo una larga e interesante conversación. Entre otros muchos temas salió lo importante de tener a tu lado siempre buenos amigos. Lo importante que es descorchar una botella de buen cava para, aún sin tener ningún motivo especial por el que brindar, celebrar el reencuentro que no sabes de antemano cuando volverá a producirse.
Laia, aunque ya no se suele hacer mucho, antes los albañiles tenian un utensilio con un marco de madera y fina malla, con el que cernían o limpiaban de piedras de inadecuado tamaño la arena para hacer la masa junto al cemento que usarían para sus edificaciones. Siempre lo he pensado, desde que comiences a tener uso de razón, tendrás que llevar tu criba (que así se llama el utensilio descrito) particular en un rinconcillo de tu corazón. Yo aún hoy en dia, con 30 años, la saco muy a menudo, y hasta granitos de arena que tenias en tu montón desde hace mucho tiempo pensando que te valdrían para hacer tu masa y construir tu vida ladrillo a ladrillo, resulta que descubres que son inadecuados para ello, asi que, con el máximo dolor hay que desecharlos. ¿Por qué motivo no sabrán esos granos de arena que deseo mantener aislarse de los que les perjudican?, aunque sólo sea el tiempo imprescindible que tardemos en disfrutar la botella de cava entre risas, no lo entiendo y tengo que confesar que a veces me quita el sueño esta duda.
Afortunadamente Antonio y Santi son excelentes amigos y no son los únicos, mi criba está en perfectas condiciones y ha seguido haciendo extraordinariamente su función: familia, compañeros de trabajo, vecinos, etc, toda mi arena está en perfectas condiciones para cuando la necesite y todos los dedos de mi mano tienen asignado un nombre con sus dos apellidos.
Cuando aprendas a escribir Laia, papá te ayudará a escribir esta frase tan bonita de Juan Luis Vives y la guardaremos en un sitio secreto donde sólo tú y yo lo sepamos como parte de nuestro peculiar tesoro:
No esperes que tu amigo venga a descubrirte su necesidad, ayúdale antes.
Te quiero pequeña, buenas noches.
Buenas noches Jose, hoy es una de esas noches, uno de esos días... en los que uno no sabe lo que habrá hecho a lo largo de todos estos años para tener unos amigos como los que yo tengo.
ResponderEliminarA Dios le doy gracias por tener los que tengo y los momentos tan especiales que he pasado, paso y pasaré con ellos.
Jose, despues de todos estos años de gran amistad, te doy las gracias por ser como eres y todo lo que hemos pasado juntos, que bien nos lo hemos pasado !! y que de cosas le contaré a Laia...
Hablando de Laia, espero que tenga paciencia por todas las historias que oirá de nosotros....
Un abrazo Jose, Te Quiero Amigo !!
Antonio.