martes, 27 de marzo de 2012

La vida ligada a la terminología taurina.



   Como bien sabe la gente que me conoce, he sido y seré siempre un amante de los toros, tanto a lo que este animal representa en libertad, como a la tauromaquia en lo más amplio de su significado. En mi familia tan sólo le gustaban los toros a mi abuelo Pepe, aunque siempre se metía conmigo diciendo que tenía poco valor y que tenía la cabeza "estrozá" cuando toreaba de salón en casa.

   Estoy convencido de que en alguna ocasión todo el mundo ha utilizado o ha escuchado expresiones ligadas a la tauromaquia que se llevan a lo cotidiano de la vida. En algún momento se ha "toreado con la mano izquierda", cuando se ha querido salir airoso de alguna situación que no era muy agradable, o "se ha apretado los machos", cuando se afronta con más o menos convencimiento un instante comprometedor en algún aspecto y seguro que también sin querer, "se ha liado una capea", equiparando el término a una pelea o una tangana.

   Pues bien, hoy hacia lo mán hondo de mi, he lanzado otra expresión con la que finalizaré mi post y seguro que todos los lectores y lectoras lo entenderán:

   Hoy afrontaba un exámen a las 10 en punto, 9 en las Islas Canarias. Si bien, considero que no es un exámen que fuera a condicionar de ninguna manera mi futuro más cercano, como casi todo en la vida quería dejar el pabellón bien alto, más aún cuando del resultado dependía el asegurarme el realizar un curso en la Escuela de Tráfico de Mérida el próximo mes. Se trata de un curso que mucha gente desea realizar, entre ellos un compañero que se disputaba la plaza conmigo.

   Voy echando en una bolsa imaginaria los valores que quiero inculcar a mi hija en los próximos años hasta que ella misma los ordene en su interior y en esa bolsa no pienso ilcluir el rencor. Pero, fastidia saber de buena tinta que por una trampa evidente y para nada elegante, mi compañero contaba con una amplia ventaja antes de que el cronómetro de 30 minutos comenzase a bajar para contestar las 40 preguntas tipo test. El exámen bajo mi opinión fué complicado y al finalizar hemos comprobado que mi compañero había acertado tres preguntas más que yo, con lo que ha vencido la batalla.

   Ante todo deportividad y educación (estos dos valores si los tengo ya guardados en mi bolsa para Laia),  como él ha realizado el exámen en una habitación contigüa a mi oficina, me he desplazado hasta su ubicación para estrecharle la mano y darle la enhorabuena. Él ha puesto cara de satisfecho, me lo ha agradecido y con cara de bueno se ha despedido para regresar a su unidad de destino. Qué agradable...

   Ahí va la frase prometida y con la que acabo: ¡tened cuidado y no os fieis nunca de los mansos, que a veces pegan arreones y embisten!.

   Buenas noches a tod@s.

1 comentario:

  1. Yo a esa frase última que has puesto añadiría también la siguiente: "quién tiene padrino se bautiza", unas veces les toca a unos y otras a otros, es la cruda realidad que se ve desde una mera instancia o solicitud que uno echa para que su hijo pueda ir al colegio que le gusta, ten presente que si tienes "mano" en ese colegio, alguno habrá que se quede fuera por ti, es la cruda realidad contra la que no se puede luchar. (Raúl)

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