jueves, 4 de abril de 2013

¿Antón Pirulero? ¡¡Ni parecido!!



   La semana es muy larga y siempre debe haber momentos para todo, es más, siempre me gusta conformar el blog con una de cal y una de arena; esta semana iba bastante seria, así que vamos a afrontar la tarde de hoy con algo irónico.

   O mucho me confundo, o la experiencia que voy a relatar a continuación todos la hemos vivido en alguna ocasión.

   Hoy en día las autoescuelas se forran con la multitud de alumnos matriculados que practican los conocimientos adquiridos en ordenadores portátiles haciendo test, quedaron lejanos aquellos ejercicios plastificados, llenos de arrugas y porquería que pasaban de unas manos a otras. 

   Cualquiera que utilice a menudo el metro o el autobús, podrá ver que la práctica totalidad de los adolescentes tienen su Iphone, o su mini mini mini aparato reproductor de música en formatos que hasta yo me he quedado obsoleto. Van con esos cascos en la cabeza similares a los que usan los futbolistas como Ronaldo, con las zapatillas desabrochadas, la lengüeta por fuera y los pantalones a la altura de los tobillos.

   En cuanto cumplen los 18 años, los padres compran para el nene o la nena un coche flamante, de paquete, nuevo a estrenar, con la falsa idea de que les hacen un favor haciéndoles el camino más llano y cuesta abajo, que a la postre se convertirá en no tan llano y mucho menos cuesta abajo.

   Pero bueno, que no quiero desviar la atención de lo que me ocupa hoy, la tecnología actual. Bien, si todo está tan sumamente avanzado, si existen aparatos para todo ¿por qué narices no pueden existir flautas dulces con auriculares?.

   ¡Antón Pirulero!, ¡El Himno de la Alegría!, ¡Cumpleaños feliz!, la madre que parió a los profesores. Claro, resulta que antes las clases de música se daban exclusivamente en el colegio, se estudiaban nociones básicas de solfeo, y se preparaba alguna canción conjunta con los compañeros o algún villancico para dejar boquiabiertos a nuestros padres en la función típica de Navidad. Es más, los profesores eran señores de cuarenta o cincuenta años que vestían con corbata y americana o mujeres de la misma edad que repetían el mismo traje de falda y americana de lana al menos tres días en semana.

   Ahora no, ahora la mayoría, son jovencitos con simpatía a esa raza cada vez más común, los perroflautas. Bueno, no generalizo, alguno hay por ahí suelto.

   En definitiva, que no se donde vivirá el vecinito que me tiene la cabeza como un tambor esta tarde. Debe ser que el/la pobre mañana tiene exámen, porque lleva tocado el "boceto" de Antón Pirulero unas 300o 400 veces. ¿Para cuando inventarán la flauta con auriculares para autodeleite?.

   Me da la sensación de que el/la pobre vecinito/a debe dar clases particulares si es que desea encaminar su futuro hacia la rama folclórica, u otra opción, que empiece a aficionarse al cajón flamenco...

   ¡Suerte vecino! la vas a necesitar hijo mio...

   Buenas noches a tod@s.

1 comentario:

  1. Con estos musicuchos que salen ahora, luego pasa lo que pasa, que se creen que conocen los pasodobles, cuando realmente no tienen ni puta idea

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