Querida Laia:
Habrá padres que calmen su nerviosismo pegando una patada a lo primero que pillen, otros serán los más pacientes del mundo, sin duda existirán aquellos que no quieran tener a un bebé en lo brazos porque no se ven capaces, pero por el contrario puede que sean unos "fieras" haciendo biberones o poniendo lavadoras llenas de pijamitas vomitados.
Tu papá no ha destacado ni por un extremo ni por el otro, pero si es cierto que como no has sido fácil a la hora de dormir, he tenido que buscarme las mañas para intentar calmarnos los dos, tanto a ti como a mi mismo.
Como habrás podido comprobar no soy Plácido Domingo, pero desde el primer día de tu vida elegí la opción de cantarte para conseguir que tu corazón volviese a su ritmo normal de latidos e intentar de una vez por todas que tus párpados se juntasen, al menos por una horita.
Ya vas dando tus paseos, cortitos, pero al fin y al cabo es un avance, para ti positivo, para nosotros no tanto. Ayer ya causó baja una escultura del salón, una planta hizo el recorrido obvio que impone la ley de la gravedad e incluso he tenido que situar los sofás de una manera estratégica con el fin de entorpecer tu camino hacia los enchufes, a pesar de estar debidamente tapados.
Esta misma tarde aprovechando que estabas distraída y que te apetecía caminar por aquí, me entretuve en ver repetida en canal plus, una corrida de toros de Sevilla, del año 2007 (por cierto faenas memorables de Morante y Alejandro Talavante). He de reconocerte que me ha costado parar de reir cuando te has puesto a imitar el mugido de un toro sin necesidad de incitarte a ello. Así me gusta, que te vayas haciendo tú solita aficionada, porque la verdad es que las canciones de baby tv ya me las se de memoria...
Pero lo que más me ha llamado la atención ha sido tu memoria. Ya ha llegado un momento en el que el cansancio ha hecho mella en ti y como consecuencia han llegado tus protestas y tus gruñidos habituales. Como última alternativa y con el fin de hacer tiempo hasta el baño, se me ocurrió la idea de cogerte en brazos y ponerte tumbada boca abajo sobre mi pecho. Como la momentánea solución ha funcionado, he querido rematar con una canción que de sobra debías reconocer, la nana que siempre te he cantado mientras te mecía.
Creo que ya lo mencioné en un post hace algún tiempo, me decanté por una nana, muy atípica, la cantaba Joselito en una película en la que la trama era su rapto por unos bandoleros que se hacían llamar la Banda del Cucú. Si alguien desea saber de cual se trata sólo tiene que buscar en youtube la nana del bandolero, la letra es muy sencilla y funciona...
Pues esa ha sido mi sorpresa, cuando ya llevabas más de un minuto tumbada sobre mi pecho, al comenzar a cantar los primeros sones de la citada nana, me has levantado la carita, me has mirado a los ojos con ellos más abiertos de lo habitual. Has esbozado un pucherete, de nuevo has vuelto a retomar tu posición y has permanecido inmóvil por otro par de minutos mientras te acariciaba la espaldita a la vez que seguía cantándote.
La verdad es que como ya no suelo mecerte hace mucho que no te la cantaba y la sensación fue como si me dijeses: "oye, esa canción me suena y me gusta, así que sigue". En definitiva, no dejas de sorprenderme, cuánto me quedará por aprender... Te quiero mucho pequeña.
Buenas noches a tod@s.
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