viernes, 28 de diciembre de 2012

¡Ojo que es 28!




   Quien conoce me conoce tan sólo un poco, sabe que me encanta vivir la vida con alegría, con buen humor, que me vuelve loco gastar bromas y que soy de las personas que saben también recibirlas, porque hay muchísimos graciosillos unidireccionales, de esos que les encanta reírse de los demás pero por el contrario se enfadan cuando les salpica a ellos el asunto.
 
   Por estas fechas hace dos años, hice una de las mejores bromas que he hecho nunca. Las víctimas fueron mi cuñada S y su marido, L. Ellos viven en Galicia en una formidable casa de piedra, con una inmensa parcela con césped muy cuidado, con un orrio típico, un pequeño estanque con peces de colores y una cocina en planta baja con chimenea, baño y garaje para dos coches. En definitiva, una casa que posee un valor por encima de los 300.000€. Pues bien, aprovechando que ya nos volvíamos para Madrid Marta y yo, tras pasar allí unos cuantos días, compré en una tienda de orientales un gran cartel de esos naranjas fluorescentes que sirven para anunciar propiedades en venta.
 
   Con el fin de que el anuncio recibiese muchas llamadas, con letras grandes y claras puse como precio de venta del "casutón" 30.000€. El teléfono que figuraba era el de mi cuñada y el cartel lo até en una de las columnas de piedra que cerca el perímetro de la casa. Para que mis cuñados no lo vieran al salir a despedirnos aproveché unas arizónicas para enmascararlo.
 
   Los padres de mi cuñado L, o lo que es igual, los suegros de mi cuñada S viven justo en la finca de al lado, y regentan un bar. Alguno de los clientes pasó por delante del novedoso cartel y ante la duda, decidió consultar el motivo de la venta a la madre de mi cuñado. Claro, la mujer corrió a casa de L y S y le preguntó si estaba loco o si es que había algún aspecto que ella desconocía.
 
   Fue entonces cuando mis cuñados miraron el calendario. Automáticamente marcaron mi número de teléfono móvil para repasar a mi familia, eso si, con muy buen humor. No llegué a recorrer ni 90 kilómetros desde que puse el cartel hasta la mencionada llamada...
 
   Hoy la cosa ha sido mucho más light. Tan sólo he hecho a mi hermano que fuese a comprobar si era cierto que dos furgonetas llenas de personas desconocidas nos estaban robando la aceituna de nuestro olivar. Pero también han vuelto a caer mis cuñados S y L, les he hecho darle vueltas al coco ante un supuesto premio de 360€ en unos de los décimos que llevábamos para el sorteo de Navidad.
 
   Una absurdez si lo comparamos con la cantidad de mentiras que nos hemos soltado por whatsapp en el grupo de amigos de la banda de música de Munera: falsos ingresos en residencias geriátricas de ciudadanos ancianos del pueblo, falsos romances escondidos, en fin...
 
   Es maravilloso encontrar entre col y col una lechuga, y más en estos tiempos ¿o no?. Buen fin de semana para todo el mundo.
 
   Buenas noches a tod@s. 

1 comentario:

  1. eres un bromista, ya lo sabemos de sobra. hoy me ha tocado currar y no me ha tocado ninguna inocentada... bueno un saludo de tu hermano espaldas anchas.-

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