Quiero antes de nada, agradecer a todos y todas el apoyo tan unánime recibido después del post de ayer. Como decía, ayer en el terreno laboral no fue un día nada agradable, quizás fue eso lo que hizo que mi cerebro ordenase a mis dedos que escribiesen esas letras, en parte desesperadas.
Como bien me habéis dicho much@s, entre ellos tú Marta, yo noto los cambios, percibo que poco a poco Laia va uniéndose a mi de manera similar (para nada igual) a su madre. No es menos cierto que es que la "señorita" da algunos ratos de muy Señor mio, como por ejemplo para dormirse esta noche; ese es el motivo de sentarme a escribir el post de hoy a las 00:20 horas. Pero bueno, como dice Vasi (un amigo de Marta y mio), esto son sólo los primeros 18 años, así que ya nos quedan únicamente 17 años y nueve meses.
Vamos con el tema de hoy. Como bien es sabido, con dos o tres semanas de servicio se puede juntar, casi con total seguridad, un número suficiente de anécdotas para escribir un libro.
Esta mañana hemos salido de servicio tres componentes en lugar de la típica pareja y sobre las 11 hemos decidido montar un punto para controlar vehículos articulados de transporte de mercancías (ósea camiones con semiremolque o trailers, en palabras de estar por casa) cerca de la localidad de Colmenar Viejo.
En cierto momento, uno de los componentes paró un camión cisterna, rotulado con el famoso nombre de DANONE. En un momento concreto, cada componente nos encontrábamos controlando un vehículo diferente, pero pasados unos diez o quince minutos otro compañero y yo habíamos terminado de controlar nuestros respectivos usuarios y el tercero aún continuaba subido al camión de Danone.
Según la legislación, los vehículos cisterna que transportan leche o productos lácteos, si no prestan su actividad a más de ciertos kilómetros de donde la empresa titular esté domiciliada, no se necesita hacer uso de tacógrafo, por ello precisamente no entendíamos la tardanza de R (inicial del apellido de mi compañero), así que intrigado me dirigí hasta las proximidades de la puerta del lado del conductor.
¡Vaya grata sorpresa!, el conductor del camión, de unos 45 años de edad es primo de un Capitán del Cuerpo al cual conozco bien por haber trabajado con él durante casi cuatro años, pero no era eso lo que atraía la atención de R. El motivo de su tardanza no era otro sino que el conductor le estaba mostrando el libro de poemas que escribe a bordo del camión en sus ratos libres. El chófer, en los largos ratos que espera en los polígonos industriales esperando para cargar o descargar, encuentra la inspiración y se dedica a escribir poemas. Tratan de muy diversa temática, de hecho, el amable conductor ha decidido leernos tres en voz alta para obtener nuestra opinión.
Lo cierto es que Esteban, que así se llama, escribe fabulosamente bien, de hecho nos comentaba que sus poesías no se las deja copiar a nadie para que no sean utilizadas de manera fraudulenta en concursos o exposiciones. Él las redacta y una vez plasmada en papel se las deja a una chica de su confianza para su corrección ortográfica (que ahí si que el pobre de Esteban anda bastante "verde") y posterior impresión en una imprenta de Madrid.
Ahora, sin duda, lo mejor ha sido escuchar de sus labios la carta que le ha dedicado a su mujer: "por si en cualquier momento me atacase el alzheimer y no me acordase de todas las cosas que le quiero dedicar". Una carta emocionante a más no poder, según él su mujer desconoce de su existencia pero lo que si que existía era la fotografía en la cabina del camión, junto al volante, de su esposa.
No protesta Esteban por ser camionero, manifestaba que le gusta y le entretiene, quizás porque no hace unos recorridos excesivos, quién sabe, el caso es que el trovador de Danone, por el mero hecho de haberle escuchado, nos ha prometido dedicarnos unas palabras y dedicárnoslas por escrito para la posteridad.
Cariño con el trabajo que tienes, te pasan muchas anedoctas.
ResponderEliminarQue la niña tarde en dormirse es normal Ainara esta despierta has las 11 muchas noches, tu hija esta muy bonita la vi cuando la mecedora y se reía mucho conmigo ó de mi jjjajajaja, un beso guapo