lunes, 23 de julio de 2012

Un paso diminuto de la venganza al desastre




   Fue la segunda o la tercera vez que visité la preciosa tierra de Marta. Era por estas fechas, a muy pocos kilómetros de Orense capital, la Guardia Civil de tráfico se veía obligada a cortar la carretera por un más que considerable incendio, que unía ambos márgenes de la carretera. Como si de un sapo se tratara, el fuego saltó de un lado al otro para, en tan sólo unos momentos desencadenar un incendio que arrasó con todo lo que se encotraba a su paso, eucaliptos, pinos, helechos, animales... Era la primera vez que lo veía tan de cerca y la verdad es que me hizo quedar muy impresionado.

   El incendio de Cataluña supera ya las 48 horas de duración, lleva aparejadas ya 4 víctimas mortales y parece que no va a ser fácil su extinción. Al parecer los focos principales son la Junquera y Portbou, en Gerona y se barajan como hipótesis principal en ambos incendios colillas de cigarros mal apagadas.

   Muchos de los incendios que se comen millones de hectáreas españolas cada verano muestran su intencionalidad desde que prácticamente se quema el primer arbusto. Unos hacen saltar la chispa por herencias que no acabaron como se esperaba, otros creen que arrasando todo se embolsarán millones con las subvenciones, otros pillan el rebote de turno con el Alcalde de su localidad y deciden coger la sartén por el mango prendiendo la cerilla. En fin, enfados, rebotes y represalias que acaban tiñendo el monte verde de negro zahíno, abrasando a muchas especies que desisten de huír resignándose a su fatídico final, o incluso, en el peor de los casos, le acaba costando la vida a personas inocentes que pretenden acabar cuanto antes con el desaguisado que ha liado algún infeliz.

    No es casualidad que cada año se produzcan cerca de 200 detenciones por todo lo descrito. Y a los dementes que la lían parda con su caja de cerillas se les une los mongolos (que no tienen otro adjetivo), que no pueden comer un bocadillo en el campo o una tortilla de patatas y se les ocurre encender una barbacoa rodeados de arbustos color oro que arden como la pólvora a la mínima que se les da la oportunidad.

   En fin, a ver si es verdad que prospera la reforma del Código Penal para que el parvo (como se dice en Galicia) espabile y no tenga que llorar delante del de la toga y el mazo o para que el despechado de la caja de cerillas se piense en esos seis años de cárcel la magnitud de su fechoría. La reforma sería de un máximo de seis años de prisión, frente a la actual condena que es de entre tres y cinco años.

   Para terminar hoy, hacer saber a mis lectores que el blog de aquí en adelante lo escribiré de lunes a viernes, dado que se me han propuesto algunos retos para fotografiar en días venideros (carreras en el circuito del Jarama, toros en Collado Villalba, etc) y necesito no sólo realizar las fotos, sino retocar, que es lo más laborioso y lo que más tiempo me descuenta. Todo ello gracias a que Marta se encarga la mayoría del tiempo de Laia y me permite algo de tiempo libre para dedicarlo a las fotografías, pero tengo que ayudarla en todo lo posible, espero que todo el mundo me entienda, que hay seguidores y seguidoras que por suerte para mi, me extrañan en cuanto falto un día a mi cita; menudas broncas me echa mi amiga la polilla cuando no escribo...

   Buenas noches a tod@s.

1 comentario:

  1. Si es por Marta y Laia prometo no echarte la bronca......
    Pero de lunes a viernes se te espera Por aquí, que los q nos hemos aficionado te echamos de menos cd faltas ....
    Un beso familia.
    Ali.

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