Y tan sólo es el comienzo

   Con los ecos muy recientes aún del júbilo desatado por la victoria de la selección española de fútbol, alguno o algunos de los protagonistas se empeñaban ayer en hacer la gracia de cara al público que ha compartido con ellos los momentos felices y también los no tanto, sin ir más lejos la tanda de penaltis ante la selección portuguesa.

   Habrá quien no comparta mi opinión excusando que se trataba de un día de alegría extrema, pero estoy convencido de que de la misma manera, habrá lectores que me den la razón a pies juntillas. Hasta el día de ayer, tenía un concepto intachable de Xavi Alonso, educado, respetuoso, limpio en su juego, todo eran adjetivos orientados a un perfil positivo, pero no me entra en la cabeza que un jugador de la actual campeona del mundo y de Europa sea capaz de pasar los filtros del seleccionador (a la cabeza) y del resto de directivos para consentirle agarrar semejante cogorzón y así "celebrar" la victoria. No quiero extenderme más en el tema, no lo considero de recibo y punto final.

   Pero no queda ahí la cosa, se solicita por parte de la cúpula de la Comunidad de Madrid que motoristas de la Agrupación de Tráfico escolten al autocar de la selección para asistir a una cena con posterior botellón interminable en la famosa discoteca Buda de Madrid... para quien no lo sepa, segundo domicilio de lo mejorcito de la farándula española, Kiko Matamoros, Yola Berrocal, Joaquin Cortés, Guti, etc, etc, etc, vamos que sólo sirven Sunny y Acuarius... Pongo otro punto y final y que cada cual piense lo que desee porque como de yo mi opinión de la realización del citado servicio. Caso distinto es por seguridad, el traslado de los jugadores desde el aeropuerto a Madrid centro, recomendable cien por cien la escolta de los motoristas, pero lo de la juerga...

    Seguro que esta madrugada ni Xavi Alonso ni algún otro habrán tenido que usar una mecedora como la de la foto de hoy para caer dormidos. Ni corta ni perezosa Marta se ha dirigido hoy a comprar una mecedora (preciosa dicho sea de paso) para intentar ganarle el pulso a Laia, que plantea un auténtico suplicio a la hora de caer dormida cuando tiene mucho mucho sueño.

   Recuerdo la mimbrería donde Marta ha adquirido hoy la mecedora desde que era un niño, siempre la ha regentado un inmigrante polaco, rubio, con melena y bigote largo, muy delgado y acompañado en todo momento por un perro mestizo, pequeño y del mismo color de pelo que su amo. Hoy en día, según me contaba esta misma tarde mi madre, le han dado a la tienda un aire contemporáneo y actual para intentar enmendar las ventas, tarea nada simple.

   De corazón, y me jode expresarlo, ni con mecedora, ni de pie, ni sentado, ni cantando nanas (ya me he aprendido dos de memoria), ni a oscuras, ni con luz, en el 90 % de las ocasiones no soy capaz de calmar el desconsolado llanto de Laia. Marta intenta calmarme diciéndome que es porque me pongo nervioso y Laia es bastante bruta, pero no se, podía intuir que era difícil la batalla de los primeros meses de vida de un bebé, pero tanto... A veces, de verdad, me da por pensar si en ocasiones estoy a la altura de las circunstancias y juro por lo más sagrado que no es falta de interés.

   Se de antemano que la niña reconoce a su madre, pero joder, es tan frustrante que Marta coja a la niña con una rabieta de órdago y que pasados diez segundos en sus brazos se esté riendo...

   Ensayaré con la mecedora yo sólo, sin niña para mejorar mis movimientos, aprenderé otro par de nanas que no sean tan agudas para no desafinar, en fin, puede que suene a cachondeo pero en ocasiones, como esta noche, uno se va jodidillo para la cama y si a todo esto le sumamos que en el trabajo tampoco he recibido hoy noticias muy alentadoras pues...

   Buenas noches a tod@s.