jueves, 5 de julio de 2012

¿Tanto cuesta vencer el pulso al tabaco?




   Nunca está de más una reunión con lo compañeros de trabajo de vez en cuando, de hecho creo que sirven para mucho más que para hablar de fútbol; considero que son momentos muy útiles para estrechar lazos y para conversar sobre temas que por lo que sea, no salen a relucir durante las horas de servicio, a pesar de ir ocho horas montados en el mismo coche codo con codo.

   La semana pasada uno de los compañeros propuso reunirnos hoy para echar una comida de esas sin prisas, de las de café, copa y puro. Así ha sido y a través de estas lineas recomiendo a quien no lo conozca el Restaurante Casa Juaneca Punta Galea (A-1 salida 30 sentido Irún), considero que no existe en todo Madrid un lugar con mejor relación calidad precio, el trato del personal es amable y muy correcto y destacan las carnes (cochinillo, cordero, etc), de hecho fue allí donde Marta y yo celebramos nuestra boda y será allí donde en un futuro muy próximo celebraremos el bautizo de Laia, por cierto ¡hoy duerme en su moisés desde las 21:25, le ha dado el biberón su padre y la ha dormido su padre! ¡¡Progresamos adecuadamente!!.

   Recomendaciones gastronómicas aparte, uno de los compañeros con lo que hoy he tenido la suerte de compartir mesa, J, lleva contados los 6 meses y 7 dias que hace que dejó de fumar. J es nervioso de por sí y cuando yo llegué destinado a la Unidad se fumaba a diario dos paquetes de tabaco rubio, como mínimo. Si es cierto que cuando fumaba y compartía coche conmigo jamás se encendía un cigarrillo sin preguntar antes si me molestaba, pero la verdad es que era una auténtica pasada lo rápido que J podía fumarse un cigarro, le pegaba unas caladas que hacían que el ascua se pusiera rojo como una herradura en la fragua.

   Una vez terminada la comida, sentados, tranquilos, riéndonos los unos con los otros, hemos pedido al buen cámarero que casi siempre nos atiende cuando vamos al citado restaurante unos cafés y dos puros, dos buenos Montecristo, uno para R y otro para mi. J al ver la humareda (parecía que acababa de pasar el Orient Express por allí) amenazó con la boca pequeña con pedir él un Fortuna, pero al momento echó una risas afirmando que de momento se contiene, aunque afirma que el "mono" no lo ha perdido aún, es más, asegura que no descarta volver a fumar de nuevo cualquier dia antes de que finalice el verano.

   Junto al restaurante vive el traumatólogo que me ha tratado el tema de mi pequeña lesión de la rodilla y se ha sentado en nuestra mesa a tomar un "poleo" (así denomina él al Bacardi con coca cola), por cierto la lesión definitivamente se resume en inflamación leve del tendón rotuliano y una pequeña bolsa con líquido que se ha formado delante, esperemos que el tratamiento que me ha puesto Juan resulte para evitar más pruebas.

   Aprovechando la compañía de Juan, el cual también se fuma dos paquetes de ducados diarios, mi compañero J le ha preguntado si era normal seguir con el ansia y las ganas de fumar que tiene después de medio año desintoxicándose, a lo que Juan le ha respondido de manera positiva. Pero claro, J también ha explicado la cantidad de cosas que han cambiado en estos seis meses: su olfato es mucho mejor, no le duele la cabeza, ni la garganta, en definitiva que Juan ha tenido que dejarle a J un cigarro sin encender para terminar la conversación y llegar a la conclusión de que todo depende de la que llevamos sobre los hombros.

   Yo nunca he sido fumador de cigarros, jamás he comprado un paquete de tabaco, tan sólo fumo un buen habano cuando como con los amigos o la familia algún día especial, pero en muy contadas ocasiones y si por cualquier motivo no puedo fumarlo, no me cuesta en absoluto abstenerme, por eso lo desconozco, pero me intriga, ¿de verdad es tan difícil dejar de fumar y no volver a retomarlo?.

   Buenas noches a tod@s.

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