Mayúscula ha sido mi sorpresa al comprobar que uno de los concursantes en un programa de televisión era un amigo de la infancia.
La televisión hoy en dia, bajo mi punto de vista, carece de aliciente, prácticamente todo es repetitivo, soez, hueco y otros muchos calificativos despectivos. Me parece de pena, pero de pena de verdad, que medio país pasase una mañana de perros, cayéndose de sueño en el trabajo por acostarse a las tantas de la noche para ver saltar a un morlaco de más de cien kilos a una piscina desde un trampolín de cinco metros de altura, todo ello adornado con un bañador embutido de volantes, que estéticamente parecía más un morcón de Salamanca.
Increíbles, el programa emitido esta noche en Antena 3 me parece un programa que entretiene, que muestra el lado oculto de personas que en cierto modo, se sienten diferentes, sea para bien o para mal. Yo llegaría a afirmar que un alto porcentaje de los concursantes tienen una considerable superioridad en su coeficiente intelectual y personalmente, no siempre calificaría este aspecto como positivo.
Conozco el caso de un compañero que tiene una hija superdotada; al parecer, cuando confirmaron este aspecto en el colegio fue como si les hubiese tocado la lotería, todo era felicidad e ilusión, pretendían acudir donde fuese necesario con el único fin de desarrollar al máximo la inteligencia que Carmen (nombre ficticio) podía poseer. Pasaron los primeros meses, el primer curso avanzado, pero no pasó ni siquiera un año más, Carmen pasó de la risa al llanto y tuvo la necesidad de ser atendida por un psicólogo porque se sentía desplazada, aislada y repudiada. Los padres creían que no era un motivo de preocupación, pensaban que la problemática se esfumaría con la misma ligereza con que llegó la situación inicial, pero no fué así y la niña tuvo que estar visitando al psicólogo dos largos años. Afortunadamente hoy Carmen estudia una carrera que le llena y que está a punto de finalizar.
Casualmente hoy he conocido a otra persona que sin duda, tiene algo de paranormal en cuanto a su coeficiente intelectual se refiere. Hace dias que mi padre me emplazaba a comer hoy con él, sabía que vendría más gente pero no tenía más datos, desconocía la identidad del resto de compañeros de mantel.
Admito que al llegar al restaurante, he observado detenidamente a ese señor inmejorablemente trajeado, los zapatos le brillaban como si estuviese calzado con dos espejos, perfectamente afeitado, podía intuir su edad pero se me hacía extraño que con sus años tuviese ese inmejorable estado físico. Pero al escucharle conversar fue cuando me ganó por completo. Creo que nunca en mi vida he podido recibir una lección tan magistral de memoria histórica, fechas, nombres, apellidos, apodos, anécdotas, en definitiva, un atlas andante con corbata y pañuelo de seda.
En definitiva, llegará el próximo viernes y el programa Increíbles contará con un fiel seguidor, me ha entretenido.
Buen fin de semana a tod@s.
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