Retomando mi afición por la lectura

   La mañana se me hizo corta tras salir de los Juzgados de Alcobendas, mero trámite de continuación por un episodio vivido con un camionero holandés ayer. Por cierto, orgullosos salimos mi compañero y yo, tras haber sido escuchados, valorados y defendidos por una señorita que representaba al Ministerio Fiscal. Personalmente no es que haya tenido muchos juicios, pero si es verdad que el de hoy, ha sido sin duda en el que más respaldado me he sentido, a pesar del empeño por parte de la señora intérprete de escapar por la tangente. En definitiva, faena de dos orejas.

   Aprovechando que mamá trabajaba esta tarde y aprovechando que la tarde era nublada pero agradable de temperatura, Laia y yo hemos marchado a dar una vuelta por el Corte Inglés de Sanchinarro. La sorpresa ha sido mayúscula al ser atendidos por una jóven conocida de la familia que no sabíamos que trabajaba allí.

   Lo primero ha sido adquirir el libro de Jorge Javier Vázquez para Marta, que la verdad es que siempre la asimilo a mi madre, jamás pide nada para ella y todo le parece poco para los demás, así que, para una vez que expresa en alto algún deseo hay que cogerlo al vuelo. Mi niña no se ha quedado sin regalo, le he comprado una chaquetita marrón de punto que le va a quedar como un guante, va a estar preciosa, ya enseñaré alguna foto.

   El último libro que leí fue la biografia del torero José Miguel Arroyo Joselito, precisamente me lo terminé de empapar cuando Marta dormía en la misma puerta del paritorio por los efectos secundarios de la epidural. No es que sea un afamado lector, pero si es verdad que me gusta tener algún libro en "los chiqueros" para usarlo como sobrero cuando no tengo nada pendiente que hacer, si bien es verdad que cada vez, con los conocimientos que voy adquiriendo de fotografía y retoque, tengo menos tiempo libre.

   Bueno, el caso es que a esta chica conocida le he pedido consejo para llevar otro libro para mi, y el que encabeza el post de hoy ha sido el consejo. Pretendo comenzarlo esta misma noche para ver si ha acertado o por el contrario tendré que decantarme la próxima vez por todo lo opuesto a lo que me recomienden.

   Habrá quien deteste estos días lluviosos de otoño, pero lo cierto es que a mi me enamoran, de hecho esta noche hubiese comenzado mi libro a los pies de una buena lumbre, escuchando la lluvia caer, en esa casita de campo en Munera que cada noche sueño con tener algún dia. A la salida del juzgado le he comprado un cupón a un simpatiquísimo joven invidente, si quisiera Dios que fuese esta noche...

   Buenas noches a tod@s y buen fin de semana.