La ciudad que me acoge estos dias de curso, Mérida, fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en el año 1993.
El término emeritus significaba en latín "retirado" y se refería a los soldados licenciados con honor, y precisamente es de ese término de donde procede el nombre de la ciudad. Fue la capital de la provincia romana y fruto de un periodo de gran esplendor dan testimonio sus magníficos edificios: el teatro, el anfiteatro, el circo, los templos, los puentes y acueductos de hecho, Mérida fue un importantísimo centro jurídico, económico, militar, cultural y una de las poblaciones más florecientes en época romana.
En la actualidad la ciudad cuenta con 57.800 habitantes censados. Es cierto que Mérida es bastante grande, cuenta con un parque a la orilla del rio muy hermoso, por donde salimos a correr de vez en cuando para sudar las calorias que nos aportan las patatas fritas y los huevos al pastor que con tanto cariño nos preparan las cocineras de la Escuela. No faltan bares con grandes terrazas y unas tapas extraordinarias, como el secreto ibérico o las tartas de queso de cabra con miel.
A lo que voy (que seguro que mis seguidores están leyendo impacientes para encontrar una relación a mi post con el título), si bien es cierto que después de las clases, en nuestro tiempo libre de clases y estudio, intentamos buscar alternativas de ocio por el centro de la ciudad, a veces llegamos a la escuela con ciertas ganas, como diría yo... de retozar, de cachondeo, de parranda.
Sin ir más lejos, ayer con la ayuda de mi compañero de habitación y Samuel, otro compañero de Cambados (Pontevedra), pensamos una trastada para otro compañero de Toledo llamado Jose. Las puertas de la habitación son de esas huecas, con un pomo dorado reluciente, y llenas de parches de masilla repintados con pintura procedente de resto almacenados en oscuros rincones, da igual que la pintura sea más oscura o más clara que la puerta, para el jefe de material es igual de válida porque no hay presupuesto para gastar más. Pues bien, Jose estaba haciendo deporte por ahí, así que aprovechamos su ausencia, le pedimos la llave a su compañero de habitación, sacamos la puerta de las bisagras y la dejamos cerrada como si nada hubiera pasado. Claro, a la llegada de Jose estaba casi todo el pasillo pendiente de la resolución del tema, Jose metió la llave, giró la muñeca y tomar por saco la puerta, que pegó con el perchero, que pegó con la pared; el resultado, el llavero roto al intentar Jose sujetar la puerta con la llave y una escandalera de las de recordar, a la par que agujetas en el abdomen de reir, menos mal que se lo tomó a bien.
Ayer por la tarde salimos a tomar una cerveza unos diez compañeros de clase, por qué no, a uno se le ocurre llevar una vela de un pub para la escuela para gastarle una broma a un compañero de Dos Hermanas (Sevilla). Pero claro, la vela no es como las que se encienden en la iglesia, no. La vela es del tamaño de un balón de baloncesto, hueca y en su interior lleva alojado un velón de estos rojos que se ponen en el cementerio. Pues al llegar a la escuela, ya entrada la noche, tras colocar la vela encendida en la puerta de la habitación del compañero sevillano, puñetazo en la puerta y a correr. Esta mañana la vela seguía encendida en la puerta y parecía el homenaje a un difunto, sólo faltaba el ramo de flores de plástico pegado con celo. El sevillano sabía que los tiros venían de la habitación 1047 o cerca, el caso es que tras preguntarnos las señoras de la limpieza de la procedencia de la vela, hemos negado saber del tema, asi que las mujeres resignadas han optado por poner la vela en la capilla a la Virgen del Pilar, espero que nos perdone el hurto...
A su vez, una papelera alta, rectangular ya ha pegado doce mil batacazos y está llena de abolladuras, la broma consiste en apoyar la papelera inclinada en una puerta, llamada a la puerta y a correr, como la puerta abre hacia adentro, pum, batacazo y susto para el que abre. Petacas en las camas yo no se las que hemos podido haber hecho ya, alguno habrá roto las sábanas de pura mala leche al intentar meterse en la cama y no poder.
En fin, lo que pongo en el título, ¡esto es la guerra! y hay que tener clara una cosa, donde las dan las toman, así que el buen humor tiene que ser colateral y nadie que haga bromas puede enfadarse por recibir alguna. Yo ya he sufrido en dos semanas dos petacas...
Vamos a disfrutar de la extraordinaria tarde que hace hoy en Mérida, casi 30 º.
Buenas tardes a tod@s.
Vaya tela , que bien os lo pasais, todo no va a ser estudiar ¿verdad? . Bueno Jose mañana ya viernes , cuando llegues a Madrid dale muchos , muchos , muchos besos a Marta y a mi Laia que tengo ya unas ganas de verlas , y para ti otros muchos , muchos , besitos . Hasta mañana . La Roda
ResponderEliminarPRECIOSA FOTOGRAFÍA
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