viernes, 25 de mayo de 2012

Regreso al presente



   Sostiene Laia con su manita la prueba de haber superado el curso y en la misma fotografía se une un todo común, como digo, la manita de nuestra niña, la mano de su mamá y el título de "Perfeccionamiento específico para la inspección del transporte por carretera".

   Todo el sufrimiento queda en un segundo plano, todo forma parte de una anécdota del pretérito. Con tan sólo el abrazo y el beso a las que forman mi vida, el poder bañar a mi hija, cambiarle su pañal, con sólo esas cosas tan preciosas regreso al presente. Vuelvo a tener la cabeza plenamente sobre los hombros y me planteo el futuro más inmediato con responsablidad absoluta.

   Para comenzar, toca ponerme a dieta estricta y volver a la carrera. Mal de muchos, consuelo de tontos dice el refranero castellano ¿verdad?, me queda pues la tranquilidad personal de que a los veinte alumnos del curso nos ha pasado lo mismo. La comida del medio día y el desayuno era obligatorio realizarla en el catering de la Escuela, por tanto no hemos podido esquivar los platos fritos, las carnes de cerdo, la comida rápida y grasienta. El resultado, tres kilos y pico de más, que en vez de traerlos desde Mérida en la maleta de ruedas color pistacho, los he traído pegados al trasero y a la zona abdominal...

   Las despedidas han sido como todas las despedidas, fastidiadas. A pesar de la tranquilidad de que vamos a estar en contacto mediante las actuales redes sociales o los teléfonos móviles, no ha sido posible evitar las lágrimas. Me ha sorprendido Fanegas, un compañero de León que me daba la sensación de ser de los que no se humedece las mejillas con facilidad y me confundí, al pobre le ha sido muy difícil hasta desearnos buen viaje de regreso. En general, todos o casi todos hemos soltado alguna lágrima salada con el "hasta luego, buen viaje de vuelta y estamos en contacto", pero tenemos el convencimiento del apoyo que nos vamos a procesar los unos a los otros.

   Y si algo destaco, si hay algo que me ha emocionado en grado sumo, ha sido el abrazo que me he dado con el Capitán tutor del curso (F). Cuatro años atrás, cuando realicé el curso básico de motorista, una confusión hizo que me llevara una bronca de este mismo oficial, fue una bronca de rebote y sin trascendencia, pero me la llevé y he tenido esa espina clavada cuatro largos años por mi carácter sentido. El diploma me lo ha entregado otro Oficial, por lo que no me ha sido posible cruzar con él (con F) unas palabras, de tal manera que ha sido cuando uno a uno pasaban todos mis compañeros a estrecharle la mano, cuando al llegar mi turno, he separado la mano que me extendía y sin pensar en que podía ser rechazado he inciado el ademán de darle un abrazo de esos sentidos; ¡qué satisfacción!, F me ha correspondido y además me ha solicitado que no le guardase rencor mientras apretaba su pecho con el mío. Me he quitado una losa de encima y en la encuesta final del curso lo he reflejado, lo admiro y considero que se trata de una de las personas más válidas y más preparadas que he conocido en la Benemérita y en la Agrupación de Tráfico en concreto.

   Para F y para todos los que han compartido el curso conmigo y que tanto me han apoyado, las puertas de mi casa estarán siempre abiertas, tanto mi hogar como mi familia si nos entregamos, ¡nos entregamos!.

   Vuelta a la vida diaria, vuelta a la realidad, vuelta a mi labor de esposo y padre, vuelta al presente, bendito presente.

   Buenas tardes a tod@s.

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