jueves, 24 de mayo de 2012

A un principio siempre va ligado un final




   Mi querida Laia:

   Cuando seas mayor y hayas pasado a vestir otra ropa que no sean esos trajecitos que se abrochan a la espalda con corchetes y que tanto te fastidian a juzgar por tus rabietas, harás algún viaje en tren; en ocasiones, cuando viajas en este medio, pasas por parajes en los que puedes divisar un largo tramo de vía y te hace pensar. Te preguntas si ese camino férreo terminará en alguna ocasión o si por el contrario, suma y suma kilómetros al rededor del mundo llegando en algún momento al punto en el que te encuentras es ese instante.

    Al término del curso de Oficial, en el aula de tu abuelo José Manuel se hicieron unas camisetas con un dibujo muy simpático (por cierto desde aquí felicito al fabricante, porque la camiseta tiene más de 18 años y aún sigue activa en el armario de la ropa para el campo en el pueblo de mi madre). En ese dibujo aparecían dos Tenientes muy ancianos con sus estrellas en las hombreras, con bastón y andares dificultosos, figuraban también dos frases en las que textualmente se decía: "Todo lo que empieza..." "Puff, termina".

   Ese fin es el motivo por el que durante toda la mañana de hoy y lo que va de tarde, tiene tu padre un cosquilleo en la tripa, un malestar que ha impedido que fuese hoy a comer, no me encontraba bien, estaba nervioso e inquieto.

   Verás Laia, en esta clase de veinte personas que hemos afrontado el curso de Transportes ha habido de todo. Un par de compañeros que se han mantenido al margen de relaciones extraescolares y tampoco han hecho mucho esfuerzo por conocer al resto, otros destinados en Andalucía con los que más o menos he tenido trato sin llegar a alcanzar para con ellos ningún sentimiento que me haga denotar nada especial, en definitiva, desde que soy Guardia Civil, lo que más me ha costado Laia ha sido despedirme de mis compañeros en los cambios de destino que he experimentado, porque en esos cambios no sólo he dejado de ver la cara dia a día a compañeros, sino que a veces ha coincidido que también eran amigos.

   Anoche en la cena de fin de curso, tras hablar el Sargento Jefe de clase y decir unas emotivas y muy cuerdas palabras, un compañero incitó al resto para que me animase a pronunciar un mini discurso el "Cabo más caracterizado" como momentáneamente me bautizó, tan sólo me limité a reiterar que fué para mi muy difícil separarme de tu mamá y de ti cuando tan sólo hacía veinte días que habías nacido y del mismo modo, reconocí que con el grupo de gente tan sana que hemos formado, los días se me fueron pasando uno a uno hasta llegar al último, el de hoy.

   Mañana mi querida Laia, tendré que despedirme de gente que me va a ser dificultoso y tu padre llegado estos momentos se pone muy llorón, no doy la mano, sino abrazos, y ofrezco mi humilde ayuda para lo que pueda ser útil.

   Tendré que despedirme de gente que recorre las carreteras de la provincia de Toledo, de Jose, gente que vigila la zona manchega de Quintanar de la Orden, ese veterano Candel, cómplice nuestro en alguna de las bromas. Le pegaré un buen abrazo a un excelente motorista de León que desempeña una labor decisiva apoyando a la Vuelta Ciclista a España. También me costará despedir a tres maravillosos especialistas de la querida provincia donde reside nuestra Patrona, compañeros de Cariñena, Zaragoza (Gimeno, un auténtico coco para las mercancías peligrosas, no van a darle con queso ni una), Egea de los Caballeros, el fenómeno de Julio que el pobre siendo de Jaca las ha pasado mal con el seco calor extremeño. 

   Son todos compañeros, claro que si, por todos haría lo que fuese necesario, pero hay una piña Laia, que la forman Mota, González, Álvaro, Samuel y Bea que va a ser dificil de deshacer. A Álvaro lo voy a ver más a menudo, el curso me ha servido para conocerle más allá del típico "Buenos dias" que hasta ahora nos cruzábamos y me alegro en grado sumo que así haya sido, sólo le deseo que su hijo Ícaro que nacerá en algo más de cuatro meses, aporte a él y a su esposa tanta felicidad como tú has aportado a nuestras vidas. Beatriz retomará su vida en la canaria isla de Fuerteventura, y junto a su padre y hermano, seguirán defendiendo el mejor significado de la palabra Benemérita y mucho ojo los camioneros que intenten torearla,  no se anda con chiquitas y antes de estornudar ya tiene el bolígrafo en la mano ¿eh?. Las carreteras de la preciosa ciudad de Cuenca las va a seguir recorriendo Mota, compañero que me ha hecho llorar de risa en más de una ocasión y uno de los que más me alegro de haber profundizado en el conocimiento de su trasfondo, porque tras un aspecto serio, se esconde un padrazo, una persona noble y un gran compañero. González otro fenómeno, aficionado a los toros ha sido el que esta última semana ha seguido conmigo los toros de San Isidro por la la tele, nos hemos hartado de artamuces salados y panchitos en abundancia, ante la paciencia de Mota que el pobre tragaba los toros por no mandarnos al más allá de una patada en el culo. González seguirá en su Tarancón haciendo lo que mejor sabe y desarrollando los conocimientos que ha adquirido estando atentísimo en clase... Dejo para el final al más grande, a Samuel. Canario de alquiler, gallego de nacimiento. Con un torso de pecho de muchos centímetros, pero no por obeso, sino porque su corazón hace que el torso crezca y crezca sin medida. Nos ha aguantado bromas, imitaciones, de todo, me ha recordado la viva imágen de mi suegro a diario y a su vez, me pegó un gran susto unos de los últimos días de curso, en el que casi me hace perder su amistad por no preguntarme el significado de una expresión que salió de mi boca. Afortunadamente, ambos somos hombres, por derecho, y con el mínimo gesto de encerrarnos en una habitación y hablar el tema, terminamos pegándonos un abrazo y marchándonos a comer juntos.

   Mi pequeña Laia, en definitiva, marcho mañana hacia Madrid para daros a mamá y a ti el más fuerte de los besos de reencuentro con la alegría de haber saltado otro "bache", con el orgullo personal de haberme sobrepuesto y con la inmensa alegría de tener entre mis contactos varios nombres más para felicitar las Navidades, para quedar un día para comer y reirnos recordando el curso, pero no es menos cierto que esos mismos contactos harán que las lágrimas que se me escaparon el pasado mes en Madrid afloren mañana en la ciudad de los romanos, Emérita Augusta. Gracias a cada uno de vosotros por vuestro apoyo y por ser unos libros abiertos de nobleza y amistad. En Madrid teneis vuestra casa.

   Fin del curso. Vuelta a Madrid, por fin de nuevo los tres juntos mis tesoros.

   Buenas tardes a tod@s.

No hay comentarios:

Publicar un comentario