Puedo entender y de hecho entiendo la cara de sorpresa de la gente que veía desplazarse a una comitiva de 5 turismos juntos de la Guardia Civil de Tráfico y un furgón de las mismas características. Al paso de nuestros vehículos la gente quedaba sorprendida, por la circunvalación de la ciudad de Sevilla, al paso por pequeños pueblo de dicha provincia como Gines o Espartinas, pero la verdad es que la sorpresa mayor estaba por llegar. En las proximidades del Hotel donde hemos estado alojados esta semana en la capital onubense, se encontraba un pequeño chiringuito que hacía las veces de cafetería. El pequeño bar se encuentra escoltado por el Palacio de Justicia de Huelva y el Hotel NH, donde se celebran convenciones y reuniones casi a diario por disponer de un gran salón para estos menesteres. Bien, debido a estas circunstancias el tránsito de vehículos era masivo y por tanto llevaba aparejado los problemas típicos de aparcamiento. Acrecentado por sus problemas de alcoholismo, "Manué" trabaja en la zona, es un aparcacoches o gorrilla (como se les conoce por Andalucía) con gafas, de unos 45 años de edad, de tez morena y con una marcada cojera.
El pobre Manué no sabía donde meterse cuando tras ayudar a una señora a aparcar en un hueco libre, para ganar unos centímos que después gastaría en una caña fresca del chiringuito, se giró y se encontró con 22 Agentes de la Guardia Civil, 5 coches, 1 furgón, no podía correr por la cojera, no podía conversar por la borrachera, pero en cambio, para romper el hielo, se atrevió a decirme con toda naturalidad: "Jefe, ¿no tiene por ahí 30 céntimos que me faltan para una caña?", buena gente Manué; lo he tratado esta semana y no deja de ser un buen corazón encerrado en un cuerpo que no ha sabido aprovechar el único tren que pasa en la vida.
Tras nuestra llegada a Huelva y pasada la marcial presentación a nuestros mandos territoriales, nos dirijimos a obtener las llaves de nuestras habitaciones, pegarnos una buena ducha que nos hiciese relajarnos y "echar un pienso" como diría mi buen amigo y compañero Antonio Espejo.
El resto de la semana lo resumen de manera excelente las fotos de mi post de hoy. Nuestros profesores propusieron al mando de la Escuela de Tráfico desarrollar en Huelva las prácticas del curso, debido al increíble tráfico de mercancías peligrosas que existen en las carreteras de esa ciudad. Debido a la existencia del puerto y a una fábrica de celulosa, el 80 % de los camiones que circulaban por las mañanas eran de transporte de todo tipo de mercancías peligrosas: ácidos, gasolina, gases, en fin, el paraíso de 22 Guardias Civiles que luchan y estudian para ser el dia de mañana especialistas en el control del transporte de mercancías y viajeros por carretera.
Distribuidos en cuatro puntos diferentes de la red de carreteras de la provincia, otros tantos grupos de 5 componentes cada uno, nos dedicábamos a parar camión tras camión. Lejos de efectuar la "masacre" de denuncias que detectábamos, hemos encontrado camioneros llorando como niños por la situación precaria actual, autónomos asfixiados por las deudas, por ello, cuando se encontraban vehículos con varias denuncias, tan sólo se procedía a sancionar la más grave. Todo el mundo entendía nuestro trabajo y reconocía que es imprescindible que alguien se encuentre ahí, para retirar de la carretera al "pirata" que lleva 15 horas conduciendo sin parar y puede crear un accidente muy muy grave.
Claro está, igual que se puede entender la precariedad de los cautos, no se toleran las faltas de respeto o las infracciones que se intentan encubrir para reirse después en el bar de los "inocentes Guardias". Para eso, en mi grupo, Samuel, el compañero de la foto, un extraordinario compañero y mejor persona se encargó de llevar perfectamente a cabo los conocimientos adquiridos en el curso y sacó la sartén más gorda del codificado, para sancionar con 4.601 € al primer tacógrafo manipulado que descubre en su trayectoria como Guardia Civil de Tráfico, el camionero, nativo de Moguer, (como el célebre escritor de Platero y yo, Juan Ramón Jimenez), lejos de colaborar, intentó cachondearse del uniforme; craso error, eso no puede tolerarse y con excelente educación y esquisita profesionalidad mandó el camión al taller escoltado por unos compañeros de Huelva para que esa empresa trabaje como hay que trabajar, con igualdad de condiciones y ciñiéndose a la norma.
Por mi parte, Joaquim, un camionero portugués de muy muy muy mala leche, tuvo que bajarse de la burra, como se dice por tierras manchegas. Tras chillarme porque le había parado y reclamar que yo tenía que saber portugués para hablar con él porque él desconocía el castellano, le encontré una infracción; a esa gente es a la que tenemos que parar los pies porque si no esto sería el Apocalipsis. Pues Joaquim tuvo que pagar 2.001€ para poder ir a cargar fresas para tierras lusitanas y así lo hizo, en billetes de 20€ que tardamos Samuel y yo en contar un buen rato al soletón.
En definitiva, mano dura al que lo merece, al listo de turno, al maleducado y el máximo de apoyo y respeto para el que lo merece. Esa fué nuestra tónica y ese es mi resúmen de las interesantes prácticas en Huelva esta pasada semana. La satisfacción del deber cumplido, una vez más.
El lunes, como Dios manda, retomo mi blog, espero contar con todos vosotros. Gracias por seguir ahí.
Hola Jose por supuesto que aqui estaremos , (tendre que discutir un poco con tu primita para que me deje un rato el ordenador , me dice que estoy enganchada a tu blog , y yo creo que es verdad) Muchos besos para los tres , el mas grande para mi Laia . Tu tata
ResponderEliminarGENIO Y FIGURA, HASTA LA SEPULTURA. ME PARECE MUY BIEN QUE HAGAS CUMPLIR LA LEY, QUE CASTIGUES A LOS INFRACTORES, PERO PROCURA NO IR DE HÉROE POR LA VIDA, EN LA ESPAÑA ACTUAL, NO MERECE LA PENA, AHHH, POR CIERTO, ANTES DE GINES Y ESPARTINAS, ESTÁ CASTILLEJA DE LA CUESTA, POR DONDE TAMBIEN HABEIS PASADO.
ResponderEliminarDesde el primer dia q cree mi blog rogué q quien hiciese un comentario se identificase para poder hacer todo esto transparente y fácil. Puede q usted me conozca físicamente pero de mi carácter, con su comentario, demuestra q me conoce muy poco, jamas "he ido de héroe"; no obstante gracias por su comentario. Hay q saber aceptar las criticas.
ResponderEliminarPara despedirme, le prometo que sigo con la conciencia muy tranquila con el trabajo realizado.
Saludos.
Se te ha echado de menos estos días, un beso para los tres tu tía paqui.
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