martes, 1 de mayo de 2012

Cien años bajo el Atlántico



   La humanidad vivimos sumidos en un fabuloso engaño mundial en muchos de los aspectos que nos rodean y la historia del hundimiento del Titanic parece ser parte de ese tremendo engaño.

   El pasado mes de abril se cumplía el centario del hundimiento en aguas del atlántico, a 600 millas de Terranova, del colosal trasatlántico bautizado como Titanic, tras investigar sólo un poco por encima pude descubrir algunos datos técnicos: buque de 46.328 toneladas de peso, capacidad máxima para 3.547 personas, 269 metros de eslora (longitud), 28,20 metros de manga (anchura), potencia de 46.000 caballos de vapor, altura desde la quilla hasta la chimenea de 253,30 metros o una velocidad máxima de 24 nudos, si bien en el momento de la colisión con el iceberg navegaba a 22,5 nudos.

   Mi abuelo paterno era un enamorado de los barcos, del mar, de los pescadores y de su Virgen, la del Carmen. Su afición a las maquetas de barcos era incalculable, de hecho, una réplica del Titanic montada por él preside la mesa del salón en casa de mis padres, al igual que en mi comendor, en una urna más bien grande descansa la última maqueta que construyó, la del galeón San Vicente, del siglo XVIII.

   Sigo con el Titanic; se han rescatado más de 5.000 objetos pertenecientes a los pasajeros que aquel 14 de abril de 1912 realizaban el trayecto Inglaterra - Nueva York. Objetos que abarcan desde joyas a cubertería de los diferentes salones que existían en el buque. Éste contaba con cuatro ascensores, 9 cubiertas, 3 anclas, 4 inmensas chimeneas y consumía diariamente 825 toneladas de carbón. Podrían haberse hecho innumerables barbacoas con tanto carbón ¿verdad?, pero la realidad fue otra. Hacia la media noche, el buque chocó con un iceberg de considerables dimensiones y tras la agonía, sobre las 2:20 horas de la madrugada del 15 de abril de aquel 2012 el Titanic se hundió hasta una profundidad de 3.700 metros, donde en la actualidad descansa en silencio absoluto.

   Siempre ha habido ricos y pobres, el Titanic no fue una excepción, los pasajeros se dividían en 3 clases, primera, segunda y tercera, siéndo esta última la destinada a las personas menos afortunadas, con menos comodidades. Es casi seguro que la mayoría de mis lectores habrán visto la famosa película, es más, estoy por apostar que en más de una ocasión, yo lo he hecho tres veces.

   Es ahora cuando quiero tratar el tema de la seguridad en aquel barco. Sólo puede entenderse de una manera las contradicciones que existen cien años después del suceso. Bajo mi opinión, es factible que tengan algo de cierto aquellas teorías que afirman que a un gran número de los pasajeros de tercera clase se les encerró con el único fin de que los de primera y segunda ampliasen sus posibilidades de subsistir. De los 1.523 fallecidos en el naufragio, se descubre que un 78 % pertenecían a la clase inferior, y tan sólo 705 logran sobrevivir. Una de las principales quejas que se escuchaban antes de zarpar el buque, en cuanto a la seguridad, era la escasez de botes. He podido comprobar que los astilleros adjudicaban el número de botes salvavidas a los buques que se construían atendiendo a la distancia que recorrería esa aeronave y no atendiendo al número de pasajeros, como sería lo más lógico. El Titanic contaba con 20 botes, 2 de madera para un máximo de 40 pasajeros y 4 de lona con capacidad para 35 pasajeros cada uno. A su vez, el barco poseía 3.560 chalecos salvavidas y 48 aros salvavidas de madera, ¿serían todos repartidos?, seguro que alguien de tercera clase no tenía ni siquiera uno mientras que otro de primera cogería diez.

   Existe contradicción entre la teroría de la brecha en el casco por el choque con el iceberg, ya que con posterioridad, en diversas inmersiones se descubrió que lo que existían eran seis agujeros, nada coincide con las primeras versiones. Del mismo modo, el primer oficial supuestamente se suicidó, en cambio nunca encontraron el cuerpo, ni el Capitán del buque salvó a ningún bebé como rezaba en los comentarios de hace años. Un desastre en definitiva, que como todo, anda enmascarado más de 100 años ya. Y lo más curioso de todo, me he puesto a leer y comparar opiniones debido a que mi amiga Alicia (la polilla como yo la conozco) me propuso tratar el tema algún dia en el blog, no porque me haya despertado nunca curiosidad, en cambio ahora si que me ocurre. Poli, no soy un experto historiador, lo he intentado hacer lo mejor posible, espero que te haya gustado. Nosotros siempre perteneceremos a una clase, a la humilde, habrá que pelear para seguir estando con la cabeza a flote el máximo tiempo posible porque si no...

   Lectores, marcho para Mérida, seguiré intentando escribir como siempre desde allí, aunque ya comienzan los exámenes y el tiempo libre se reduce.

   Buenas tardes a tod@s.

3 comentarios:

  1. Isidro, ha estado genial. Como en casi todas las desgracias hay gente a quién parece interesar q la verdad siga oculta.
    Creo que el intentar sacar a la luz la verdad es un merecido homenaje a todos los hombres, mujeres y niños que una fría noche de Abril pusieron fin a Su sueño de una vida mejor.
    Gracias Por recordarlos.
    Deacansen en paz.
    Ali.

    ResponderEliminar
  2. Lo de las rejas para los de tercera es cosa de la pelicula tan famosa.... No siempre hay q hacer caso a la tv.
    Y desde aqui pedir q no se espolie mas ese templo submarino homenajeando a las familias q no tienen una tumba donde rezar a esos seres.

    ResponderEliminar
  3. Yo lo q pido es q se identifique todo aquel q haga un comentario.
    Al margen, el tema de hoy era uno mas, planteado por una amiga mía, si alguien se sintió ofendid@ no era mi intención, pero tampoco considero q se haya hecho daño a nadie.
    Seamos cautos. Un abrazo.

    ResponderEliminar