domingo, 29 de abril de 2012

Disfruto, luego existo






   El único día de la semana que no suelo escribir en mi blog es el domingo de cada semana, pero hoy me veía en la obligación de escribir unas lineas con el fin de pedir disculpas, de una manera simbólica, a quien ayer echase de menos en falta mi diario.

   Mi excusa, más que justificada, es que debido a que nuestra casa se diferencia mucho (en cuando a lo que a dimensiones se refiere) a la Casa Blanca estadounidense, hubo que hacer unas variantes anoche en el mobiliario, para colocar las camas en las que dormirían mis cuñados y mis sobrinos llegados desde Pontevedra, y en esos enseres se encontraba también el ordenador.

   Pues si, casi casi de sorpresa, la hermana de Marta, Sonia, mi cuñado Luis y mis queridos sobrinos Cian y Aitana llegaron a Alcobendas ayer por la tarde; tuvieron a bien venir a pasar tres dias con nosotros y de paso conocer a su nueva sobrina.

   Como reza el encabezamiento de mi post hoy, disfruto. Me vuelve loco ver como sus primitos cogen la mano de Laia, la acarician, le hablan en gallego, en castellano, le observan los pies, ayudan a bañarla. Antes de ayer estaba repleto de felicidad porque aún me quedaban cuatro largos dias para disfrutarlos junto a mi familia, hoy, aunque a veces la nostalgia me pega un golpe en el cogote para recordarme que pasado mañana vuelve a producirse nuestra separación, intento vivir cada moemento al máximo.

   Es cierto que el tiempo no acompaña, para nada, pero hemos aprovechado el medio dia para tomar un buen Albariño en la Feria del Marisco de Alcobendas a la vez que escuchábamos la actuación en directo de diferentes grupos de folclore gallego llegados de diferentes puntos de toda España como Palma de Mallorca, Orense, Alcalá de Henares o Barcelona.

   Para reponer fuerzas y afrontar el dia de lluvia me encargué a las nueve de la mañana de comenzar a cocinar una buena fabada asturiana aclarándonos la boca con otro excelente vino de Cambados, buena tierra ¿eh Samuel?. Para hacer la digestión, dos pasos, el primero brindar con una botella de cava por la visita tan deseada y el segundo, aprovechar las dos horas de ausencia de lluvia para que mis sobrinos disfrutasen en un parque cercano a casa. Al aparecer la lluvia, no quedó más remedio que volver y repasar un poco de los conocimientos adquiridos en el curso de Mérida, que el exámen será el dia 7 y no se puede hacer el bobo.

   Como digo, disfruto de mi familia, de la música gallega que me encanta, de la gastronomía, del buen vino, de mis dos soles, ¿se puede pedir más?. Disfruto, amo, río, siento, pienso, luego existo.

   Buenas y lluviosas tardes a tod@s.

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