martes, 17 de abril de 2012

Nos acordamos de Santa Bárbara sólo cuando truena



   Como cada dia y fomentando mi afición taurina, he leido hoy en una página web las noticias del mundo del toro. Entre triunfos de matadores, cogidas, percances y otros temas, me ha llamado sustancialmente la queja que plantea en la actualidad el gremio de criadores de toros de lidia.

    La queja está basada en que cuando termina la temporada taurina en España, que coincide con los últimos coletazos del verano, actualmente los ganaderos se "comen con patatas" casi la mitad de la camada de reses que disponen para vender. El problema viene como casi todos hoy en dia, no hay dinero, al no haber dinero los Ayuntamientos recortan gastos, donde antes en las fiestas de los pueblos se daban tres o cuatro festejos taurinos, ahora se dan dos, uno o quizás ninguno. De esta manera las Concejalías pueden llegar a ahorrarse cantidades más que importantes, ya que no pagan empresa organizadora del festejo, no pagan matadores, no pagan cuadra de caballos para picar los toros, no pagan quirófano de urgencia, etc, etc, etc.

   Los afectados: en primera instancia los toreros, novilleros y banderilleros; torean menos por lo que cada vez resulta más difícil llegar arriba y tan sólo se benefician las principales figuras del momento e incluso ellos, al echar cuentas al final de la temporada se ven obligados a cruzar el charco y realizar la temporada en Hispano América (Quito, Méjico, Bogotá, Cali...) para compensar la balanza de gastos-beneficios.

   Los segundos afectados: los ganaderos. A éstos es a los que quiero darles hoy un buen "pescozón". Hace unos 10 o 12 años, un toro para lidiar en plazas de primera categoría como Madrid, Sevilla, Bilbao, Nimes (Francia), Pamplona, u otras plazas similares podía costar fácilmente la friolera de 10.000 o 12.000€. Ojo, hablo de un sólo toro, para el que no esté muy puesto, una corrida está compuesta por seis, y al menos hay que presentar dos toros suplentes, lo que se conocen con el apelativo de sobreros. En esos cuatro o cinco años que el animal se desarrolla en la finca, su alimentación prácticamente está compuesta de pasto, si bien en épocas de sequía puede complementarse con algo de pienso especial. Ese pienso más los gastos de vacunas y resto de cuidados higiénico sanitarios, por cabeza de ganado, puede sumar un total de unos 300 o 500 €, el resto del dinero era limpio para el ganadero, ¿os haceis una idea de la caja al final de la temporada?, mínimo que cada camada se componga de unos 50 o 60 machos. Claro, así pasaba, flamenquito todos los dias, chicas jóvenes y guapas en minifalda, juergas, drogas, coches de altísima gama. 

   Existen ganaderos que no llegaban al nivel exigido para el toro de Madrid o Sevilla, pero si podían lidiar animales para plazas de segunda categoría o tercera. Toros que podían rondar los 2.000 o 3.000 €. El empresario que tenía unos milloncillos ahorrados y encima era aficionado, pues sin tener ni puñetera idea de genética, compraba una finca, una punta de vacas, tres o cuatro sementales y a hacer toros como si fuesen churros.

   Pero amigo, ahora viene el problema. Cae el ladrillo, llueve la crisis, los bolsillos se agujerean. Ganaderos los hay a patadas, la competencia es máxima. Los Ayuntamientos como dije antes suprimen festejos. El precio de los animales baja un 40 o un 50%. El resultado de toda esta operación es el siguiente: ganaderos que se quedan con más de la mitad de la camada sin vender, camada que por pasarse de edad para el año siguiente, el Reglamento Taurino en vigor no permite que se lidien en las plazas. Alternativas: existen dos, vender los toros para festejos populares como capeas o encierros, donde pueden arañar unos 500 € por toro más o menos, como máximo. Segunda y última solución, mandar los toros al matadero y obtener 200 € por cabeza.

   Ahora truena, ¡vamos a rezar a Santa Bárbara!. Al coche de lujo le echamos gasoil del barato porque está por las nubes, las juergas flamencas las dejamos sólo para la Feria de Abril, las chicas, mejor invitamos a las mujeres titulares y en vez de cocaína, hachís a pachas.

    No me da ninguna pena esta clase de gente. Estos de la gomina y la corbata, de los tacones y los bolsos de Carolina Herrera. Me da pena la burrada de parados, las enfermedades, eso es lo que me da pena, los otros, como se dice en en argot taurino, son sólo "Chuflas".

   Siempre lo ha dicho mi madre: "Hijo, cuando se tiene es cuando hay que guardar".

   Buenas noches a tod@s.

2 comentarios:

  1. Por favor, os ruego que me dejéis firmados los comentarios, ya que si no, no se quien los escribe. Muchas gracias.

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