jueves, 7 de junio de 2012

Con cabeza, pero sin pausa



   Cuando uno regresa a su casa a medio día, después de trabajar, tras haber circulado casi 200 km por estas asfixiantes carreteras de Madrid y haber sudado la gota gorda, lo único que me apetecen son tres cosas, la primera besar a mi mujer y a mi hijita, la segunda pegarme una buen ducha con el agua templada y la tercera recibir noticias lo más agradables posibles.

   Generalmente los únicos puntos que certeramente se cumplen son los dos primeros, por que el tercero es poco habitual, al menos totalmente. Ayer traía a casa la noticia del fallecimiento de dos compañeros que no llegaban ni siquiera a los 40 años, víctimas de esa enfermedad que no quiero ni siquiera mencionar, y hoy nada más comenzar el telediario se narraba el fallecimiento de Manolo Preciado, entrenador de fútbol para todo aquel que no lo conozca. Manolo Preciado era una persona carismática, muy espontáneo y dicharachero, con la prensa tenía una excelente relación (cosa poco habitual) y tanto con los aficionados como con los futbolistas encajaba a la perfección. Con tan sólo 53 años y a menos de 24 horas de ser presentado como entrenador de un equipo castellonense, su corazón paraba de latir a consecuencia de un seco e inoportuno infarto.

   En muchas, muchísimas ocasiones lo hablo con Marta, tratamos el tema de la fugacidad de la vida, las hojas del calendario parece que están mal encuadernadas de lo rápido que se caen, las hojas de los árboles parece que están alimentadas por savia de mala calidad, porque cada vez nos da la sensación de que el otoño llega antes, los hijos de nuestros amigos parece que son alimentados con piensos compuestos, porque cada vez que los vemos han crecido casi 15 cm... nada más lejos de la realidad.

   Vivimos tan metidos en nuestro mundo, en nuestra burbuja, que le damos una pizca de importancia a nuestra vida de puertas de casa hacia adentro y el resto se la otorgamos al trabajo, a las prisas y en mi caso particular al caótico Madrid. Cada vez que algún compañero o compañera pasa destinado a cualquier punto de la geografía nacional fuera de la capital, tengo la plena certeza de que ganará en calidad de vida un 400 %, porque además lo tengo demostrado, pasados unos meses he hablado con más de uno y me han recomendado que me largue cuanto antes de Madrid.

   Lo que si es cierto es una cosa, que el tren pasa una sola vez, quien decide subirse bien, quien no, lo pierde probablemente para siempre. Ayer se sorprendía un compañero que desayunaba sentado a mi lado, separó el vaso de su café de los labios, se acercó un poco a mi y me miró fijamente a la cabeza para posteriormente decirme con las cejas arrugadas "macho, tienes un montón de canas ya", a lo cual yo le contesté una frase que siempre tengo preparada en la recámara, como comodín: "es desde que llegué a tráfico, yo creo que es por el casco", lo más curioso es que ¡a veces consigo convencer! o ¿quizás los que quiero es autoconvencerme?.

   No hay más cera que la que arde, como suele decirse, y lo que si que es bien cierto es esa especie de oración que tengo siempre en la boca y que recito cincuenta veces al día: No somos nadie; está claro que si el sueldo mensual de una persona es de, por ejemplo, 1.200 €, no puede gastarse en comidas y juergas 500, pero es inevitable tomar algo con la familia, con los amigos, disfrutar, reír, amar.

   Siempre he sido de la misma opinión, cuando algún amigo me ha dicho: "oye, a ver si un día de estos nos juntamos y comemos", he mirado mi agenda, y si ambos hemos podido quedar el mismo día siguiente, lo hemos hecho, ¿quien sabe que tiene preparado el de arriba para nosotros mañana? ¿quien sabe si mañana puedo ser yo otro Manolo Preciado?.

   Mi única ambición es hacer una casita en el pueblo de mi madre, con mi buena chimenea, un salón grande para hacer muchas reuniones con familiares y amigos, y un par de habitaciones donde poder recuperarme de las copichuelas que puedan caer mientras reímos mucho en esas reuniones. Pretendo hacer mi sueño realidad, los otros dos sueños ya los conseguí en menos de un año y no tengo intención de aplazar mi deseo para cuando tenga 60 años, ahora es cuando me siento bien y creo que atravieso la mejor edad para todo.

   Lo dicho, con cabeza, pero sin pausa que el segundero del reloj no para de dar vueltas.

   Buenas noches a tod@s.

3 comentarios:

  1. Bueno, yo espero comerme alguna chuletilla o unas gachas en ese "refugio" y que nuestros hijos jueguen juntos por alli algún día no??

    Un abrazo !

    Antonio.

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  2. Yo quiero ir a esa casita un beso guapo

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  3. Querido sobrino si hay que vivir el día a día cuando se pasa una enfermedad que con los años de revisión te dicen usted es un milagro no tenia que haber durado mas de cinco meses que en ese momento se para uno y suelta muchas lagrimas con tu pareja y el medico. Si, disfruto el día a día abriendo mi persiana mirando al mar, desayunando con mis hijas y disfrutar de mi paseo por la playa.
    Disfruto de mi familia con risas, y bromas que cuando se vienen a comer alguna amiga de tu prima se lo pasa genial.
    y os hecho mucho de menos pero para mi es como si estuvierais cerca porque os tengo en mi corazón.
    Ser felices y vivir esos días que vallan llegando.Muchos besos a los tres de tu tía Paqui.

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