viernes, 8 de junio de 2012

Los Caraduros, La ciudad no es para mi o La tonta del bote




   Es de admirar que el gran actor Toni Leblanc, a sus 90 años de edad, se atreva a protagonizar un anuncio de televisores bailando, cantando y haciendo gala del gran humor que ha demostrado durante toda su carrera. Al ver hoy el anuncio en cuestión (algo simple, todo sea dicho de paso), me venía a la mente la cantidad de inmejorables actores y actrices que tuvo nuestro país en el pasado más lejano y en el no tanto.

   No me defino como un experto ni un amante empedernido del cine, pero del mismo modo es cierto que nunca he ido al cine a dormir, por muy petardo que me haya resultado la película, si bien es cierto que lo que si poseo es una simpatía muy especial por las películas españolas de los años 60, 70 y 80.

   Por muy buenos que sean los actores y las actrices españolas de hoy, me es imposible ni siquiera equipararlos al mencionado Toni Leblanc, Lina Morgan, Marisol, Joselito, Gracita Morales, José Luis López Vázquez, Antonio Ozores, Concha Velasco, Manuel Alexandre, Isabel Garcés, Lina Morgan, Andrés Pajares, José Isbert, María Isbert, Arturo Fernández, Fernando Esteso o el gran Paco Martínez Soria.

   Para gustos los colores y de hecho, estoy seguro que habrá algunos de vosotros que conozca tan sólo un para de nombres de los que he enumerado anteriormente, pero para mi, personalmente son, o eran (muchos ya han fallecido), ejemplos no sólo de artistas, sino que además eran seres que transmitían valores y nociones que en la actualidad están tan sumamente escondidos que a veces cuesta mucho encontrar.

   Viendo películas como Sor Citroen, Abuelo made in Spain, La tonta del bote, El pequeño Coronel, o La ciudad no es para mi, además de fabricar agujetas en el abdomen de reír, se sacaban varios mensajes subliminales, podía absorverse educación, respeto a los mayores, el verdadero sentido de la amistad, desprecio al rencor para dar la bienvenida al perdón y a la reconciliación, no se, para mi era muy simple descubrir el trasfondo de la película, lo que podríamos denominar la moraleja.

   Otro tipo de cine y no menos peculiar, era el de Pajares y Esteso; jugando con la sensualidad femenina, las imágenes de pechos o incluso de desnudos integrales, se producían líos incontrolables, mentiras enrevesadas, que al final de casi todas sus películas llevaban a los protagonistas a cambiar su ajetreada vida por la correcta, por el camino que siempre debían de haber seguido; es decir, que también mandaban ese mensaje de desprecio a la ludopatía, al desenfreno o a las mentiras a la familia.

   Las películas de los dos niños cantores por excelencia se me pasaban volando. Al reunir lo entretenido de las historias con la música (que es mi perdición), me daba la sensación de que las películas duraban a penas media hora. Hoy por hoy, cuando nuestra pequeña Laia se desespera porque tiene mucho sueño y no es capaz de conciliarlo, su padre la mece en brazos a la vez que le canta la nana de la famosa película de Joselito, El pequeño Coronel, aquella que utilizaba el Pequeño Ruiseñor para dormir a los bandoleros que le tenían secuestrado y conseguir escapar, ¿a que más de un@ la recuerda?, pues la canto tan bien que hace unos días ¡casi consigo dormir a la vez a Laia y a mi suegra!.

   Pero si hay una película que me entusiasmó y he visto una docena de veces, es La tonta del bote, de hecho, a todo aquel que no la haya visto le invito a que utilice la gran herramienta de internet para poder verla, yo no he dicho nada de pirateo eh...

   En definitiva, nadie puede debatirme que todas las películas descritas, así como los actores tienen poco que ver con Torrente operación en Marbella, Celda 211, Santiago Segura o Rosi de Palma...

   Suerte que lo hecho, hecho está y quedará ahí para las generaciones venideras que deseen admirar el trabajo bien hecho.

   Buenas noches a tod@s.

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