lunes, 11 de junio de 2012

Hacer de tripas corazón...


   Querida Laia:

   A pesar de que aún no sabes comunicarte verbalmente con papá y mamá, seguro que esta mañana te han pasado por la cabeza miles de perrerías para lanzarnos, pero el refranero español es demasiado sabio pequeña, quien bien te quiere, te hará llorar.

   Mamá piensa erróneamente, desde el día que llegaste al mundo que a mi no me cuesta verte llorar.

   Ya comencé mi andadura de padre con coraza el mismo día de tu nacimiento, cuando acompañado por aquella enfermera tan simpática te trasladamos en una cunita de plástico duro transparente a la habitación ubicada frente al control de enfermería. Llegó el primero de los momentos en que vería a alguien "hacerte sufrir" con aquel pinchazo en el talón, tras aquel trámite necesario por motivos preventivos acurruqué tu cuerpecito de apenas dos palmos contra mi cuello para intentar calmar tu llanto y la verdad es que me hiciste quedar genial ante la enfermera porque enseguida encontraste consuelo y cortaste el llanto en seco; primera prueba superada.

   El segundo asalto llegó a las pocas semanas, tu madre ya me hizo saber con bastante antelación que sería yo quien sujetase tu cabecita para que el farmaceútico te hiciese los agujeros para los pendientes.

   La verdad Laia, es que a día de hoy confieso que al ver a aquel señor muy trajeado, con su nudo perfecto de corbata, pero con unos 65 años de edad (quizás me quede corto), me hizo un poco recordar ese anuncio que ponen ahora en la televisión en el que sale un dentista octogenario, con un pulso que casi le impide coger los aparejos y le dice al paciente que si le duele levante la mano... Cuando cogió el rotulador para marcar donde te haría el primer agujero estuve apunto de ofrecerle mi ayuda, pero me tranquilizó ver que cargó raudo y veloz la pistola con el pendiente dorado que te pondría posteriormente. 

   Casi casi estoy convencido de que ni notaste los pendientes, creo que fue más el susto del ruido de aquella rudimentaria pistola, en definitiva, cuando salimos de aquella diminuta habitación el farmaceútico se reía porque mamá seguía llorando, sufriendo por ti, y tu ya ibas en mis brazos, con tus ojitos claros, repasando lo existente en las estanterías de la botica como si estuvieras haciendo inventario.

   Pero hoy pequeña... hoy si que me ha costado. Cuando la doctora me ha pedido tus datos he visto en el libro que la vacuna constaba de tres apartados, intentando autocovencerme de lo contrario, he lanzado una pregunta a la doctora que me ha contestado levantando las cejas y moviendo la cabeza: " no, no es un pinchacito, son tres..." e inmediatamente se ha metido a cargar las tres jeringuillas.

   ¡Madre de Dios!, mamá ha tardado poquísimo en darse la vuelta, pero yo... y eso que la doctora ha sido muy breve, pero tres pinchazos son tres pinchazos. Eso si, tengo que confesar que me haces más feliz cada día en un aspecto, cuando volví del curso de Mérida y te hablaba, te susurraba o te intentaba coger y me respondías con un amargo llanto me hacías agobiar mucho con la idea de que me extrañarías por mucho, mucho tiempo, pero cuando hoy llorabas amargamente y te he apretado contra mi pecho, algo me ha dicho dentro de mi que has notado que era yo, que era tu padre, y de hecho tu llanto ha sido breve.

   El hecho de que hace unos minutos, después de darte el apiretal para intentar bajarte la fiebre de la reacción lógica, te haya vuelto a dormir cantando la única nana que conozco con el mayor de los cariños, hace que tus lágrimas hayan llenado una inyección de moral para mi.

   Hacen que siga creciendo esa faceta de padre, ese sentimiento protector, ese amor que conservaba dentro de mí más de nueve meses, fragúandose, macerando. Todo ese amor es y será para ti.

   Haré de tripas corazón, tendré inevitablemente que verte llorar muchas más veces, pero si por tu padre fuera, todos esas ocasiones llorarías de emoción o felicidad.

   Que sueñes con los angelitos. Te queremos mucho pequeña.

   Buenas noches a tod@s.



2 comentarios:

  1. PRECIOSA FOTOGRAFIA, PERO, SONRIE POR FAVOR, TIENES EN LOS BRAZOS, EL MEJOR REGALO QUE HA PODIDO DARTE LA VIDA, TU HIJA, PAPÁ.

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  2. Hola guapo es normal ese llanto por esas vacunas un beso desde Viena

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